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Deuteronomio 7 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Deuteronomio 7

Advertencias contra la idolatría de Canaán
(Ex. 34.11-17)

1 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú,

2 y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia.

3 Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.

4 Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.

5 Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.

Un pueblo santo para Jehová

6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.

7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;

8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.

9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;

10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago.

11 Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.

Bendiciones de la obediencia
(Lv. 26.3-13; Dt. 28.1-14)

12 Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.

13 Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.

14 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados.

15 Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.

16 Y consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo, ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo.

17 Si dijeres en tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo; ¿cómo las podré exterminar?

18 no tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto;

19 de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano poderosa y el brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres.

20 También enviará Jehová tu Dios avispas sobre ellos, hasta que perezcan los que quedaren y los que se hubieren escondido de delante de ti.

21 No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.

22 Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti.

23 Mas Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo, hasta que sean destruidas.

24 Él entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas.

25 Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominación a Jehová tu Dios;

26 y no traerás cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.

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Deuteronomio 7

Deuteronomio 7 - Introducción

* Las relaciones con los cananeos están prohibidas. (1-11) Promesas si fueron obedientes. (12-26)

Deuteronomio 7:1-11

1-11 Aquí hay una precaución estricta contra toda amistad y compañerismo con ídolos e idólatras. Aquellos que están en comunión con Dios, no deben tener comunicación con las obras infructuosas de la oscuridad. Limitar las órdenes de destruir, a las naciones aquí mencionadas, muestra claramente que después de siglos no se trazaría esto como un precedente. Una comprensión adecuada del mal del pecado, y del misterio de un Salvador crucificado, nos permitirá percibir la justicia de Dios en todos sus castigos, temporales y eternos. Debemos lidiar decididamente con nuestras lujurias que luchan contra nuestras almas; no les demostremos misericordia, sino mortifiquemos, crucifiquemos y destruyamos por completo. Miles de personas en el mundo que ahora es, han sido deshechas por matrimonios impíos; porque hay más probabilidades de que lo bueno se pervierta que de que lo malo se convierta. Aquellos que, al elegir compañeros de yugo, no se mantienen dentro de los límites de una profesión de religión, no pueden prometerse ayuda para cumplir con ellos.

Deuteronomio 7:12-26

12-26 Estamos en peligro de tener comunión con las obras de las tinieblas si disfrutamos de la comunión con aquellos que realizan tales obras. Lo que nos lleva a una trampa, nos lleva a una maldición. Seamos constantes a nuestro deber, y no podemos cuestionar la constancia de la misericordia de Dios. Las enfermedades son los siervos de Dios; van a donde él los envía y hacen lo que él les ordena. Por lo tanto, es bueno para la salud de nuestros cuerpos, mortificar completamente el pecado de nuestras almas; cual es nuestra regla de deber. Sin embargo, el pecado nunca se destruye totalmente en este mundo; y en realidad prevalece en nosotros mucho más de lo que lo haría si fuéramos vigilantes y diligentes. En todo esto, el Señor actúa según el consejo de su propia voluntad; pero ese consejo que se nos oculta no constituye una excusa para nuestra negligencia y descuido, de la cual no es en absoluto la causa. No debemos pensar que, debido a que la liberación de la iglesia y la destrucción de los enemigos del alma no se hacen de inmediato, por lo tanto, nunca se harán. Dios hará su propio trabajo en su propio método y tiempo; y podemos estar seguros de que siempre son los mejores. Así, la corrupción es expulsada de los corazones de los creyentes poco a poco. El trabajo de santificación se lleva a cabo gradualmente; pero al fin habrá una victoria completa. El orgullo, la seguridad y otros pecados que son efectos comunes de la prosperidad, son enemigos más peligrosos que las bestias del campo y más propensos a aumentar sobre nosotros.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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