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Deuteronomio 31 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Deuteronomio 31

Josué es instalado como sucesor de Moisés

1 Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel,

2 y les dijo: Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.

3 Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho.

4 Y hará Jehová con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó.

5 Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado.

6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.

7 Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar.

8 Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.

9 Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jehová, y a todos los ancianos de Israel.

10 Y les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos,

11 cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos.

12 Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley;

13 y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.

14 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y esperad en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo de reunión.

15 Y se apareció Jehová en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.

16 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él;

17 y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí?

18 Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos.

19 Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.

20 Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerán y se saciarán, y engordarán; y se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto.

21 Y cuando les vinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues será recordado por la boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los introduzca en la tierra que juré darles.

22 Y Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.

23 Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, pues tú introducirás a los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.

Orden de guardar la ley junto al arca

24 Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse,

25 dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo:

26 Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti.

27 Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto?

28 Congregad a mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra.

29 Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos.

Cántico de Moisés

30 Entonces habló Moisés a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.

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Deuteronomio 31

Deuteronomio 31 - Introducción

* Moisés anima al pueblo y a Josué. (1-8) La ley debe leerse cada séptimo año. (9-13) Se predice la apostasía de los israelitas. Se da una canción como testimonio contra ellos. (14-22) La ley se entrega a los levitas. (22-30)

Deuteronomio 31:1-8

1-8 Moisés asegura a Israel de la constante presencia de Dios con ellos. Esto se aplica por el apóstol a todo Israel espiritual de Dios, para alentar su fe y esperanza; a nosotros también se nos predica este evangelio, como a ellos; Él nunca te fallará ni te abandonará Hebreos 13:5. Moisés recomienda a Josué como líder; alguien cuya sabiduría, coraje y afecto habían conocido durante mucho tiempo; alguien a quien Dios había designado para ser su líder; y por lo tanto, Dios lo reconocería y bendeciría. Josué está muy contento de ser amonestado por Moisés a que sea fuerte y valiente. Aquellos prosperarán a quienes Dios les acompaña; por lo tanto, deben tener buen ánimo. Con la ayuda de Dios hagamos proezas, porque a través de Él haremos victoriosamente; si resistimos al diablo, él huirá de nosotros.

Deuteronomio 31:9-13

9-13 Aunque leemos la palabra en privado, no debemos pensar que es innecesario escucharla en público. Esta lectura solemne de la ley debe hacerse en el año de remisión. El año de remisión era un tipo de la gracia del evangelio, que se llama el año aceptable del Señor; porque nuestro perdón y libertad por Cristo nos comprometen a guardar sus mandamientos. Debe leerse a todo Israel, hombres, mujeres, niños y extranjeros. Es la voluntad de Dios que todas las personas se familiaricen con su palabra. Es una regla para todos, por lo tanto, debe leerse para todos. Cualquiera que haya leído acerca del esfuerzo que muchas personas hacen para obtener fragmentos de las Escrituras, cuando no se podía obtener ni poseer una copia completa, verá cuán agradecidos deberíamos estar por los miles de copias que tenemos entre nosotros. También comprenderán la situación muy diferente en la que se encontraron los israelitas durante muchas edades. Pero el corazón del hombre es tan descuidado que todo será insuficiente para mantener el conocimiento de las verdades, preceptos y adoración de Dios.

Deuteronomio 31:14-22

14-22 Moisés y Josué se presentaron ante la Divina Majestad a la puerta del tabernáculo. A Moisés se le dice nuevamente que morirá pronto; incluso aquellos que están más dispuestos y deseosos de morir, necesitan que se les recuerde a menudo que su muerte está cerca. El Señor le dice a Moisés que, después de su muerte, el pacto que se había esforzado mucho por hacer entre Israel y su Dios, ciertamente será quebrantado. Israel lo abandonará; entonces Dios abandonará a Israel. Con justicia él rechaza a aquellos que lo rechazan de manera tan injusta. Moisés recibe la orden de darles una canción, que deberá ser un testimonio permanente para Dios, como fiel al advertirles y contra ellos, como personas falsas consigo mismas por no tomar en cuenta la advertencia. La palabra de Dios es un discernidor de los pensamientos y las intenciones del corazón de los hombres, y los confronta con reprensiones y correcciones. Los ministros que predican la palabra no conocen las imaginaciones de los hombres; pero Dios, cuya palabra es, lo sabe perfectamente.

Deuteronomio 31:23-30

23-30 Se relata nuevamente la solemne entrega del libro de la ley a los levitas, para ser depositado en, o más bien al lado, del arca. El cántico que sigue en el próximo capítulo es entregado a Moisés, y él lo presenta al pueblo. Lo escribió primero, como el Espíritu Santo le enseñó, y luego lo pronunció ante todo el pueblo. Moisés les dice claramente: Sé que después de mi muerte, os corromperéis totalmente. Sin duda, muchas tristes reflexiones le causaron a este buen hombre; pero su consuelo fue que había hecho su deber y que Dios sería glorificado en su dispersión, si no en su asentamiento, porque el fundamento de Dios está seguro.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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