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Deuteronomio 29 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Deuteronomio 29

Pacto de Jehová con Israel en Moab

1 Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.

2 Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra,

3 las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas.

4 Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.

5 Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie.

6 No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que supierais que yo soy Jehová vuestro Dios.

7 Y llegasteis a este lugar, y salieron Sehón rey de Hesbón y Og rey de Basán delante de nosotros para pelear, y los derrotamos;

8 y tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.

9 Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis.

10 Vosotros todos estáis hoy en presencia de Jehová vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel;

11 vuestros niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua;

12 para que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios concierta hoy contigo,

13 para confirmarte hoy como su pueblo, y para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.

14 Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento,

15 sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros.

16 Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las naciones por las cuales habéis pasado;

17 y habéis visto sus abominaciones y sus ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen consigo.

18 No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo,

19 y suceda que al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la embriaguez quite la sed.

20 No querrá Jehová perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo;

21 y lo apartará Jehová de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley.

22 Y dirán las generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que Jehová la habrá hecho enfermar

23 (azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra, de Adma y de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira);

24 más aún, todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué significa el ardor de esta gran ira?

25 Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto,

26 y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado.

27 Por tanto, se encendió la ira de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro;

28 y Jehová los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con grande indignación, y los arrojó a otra tierra, como hoy se ve.

29 Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

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Deuteronomio 29

Deuteronomio 29 - Introducción

* Moisés recuerda las misericordias de Israel. (1-9) La ira divina sobre aquellos que se halagan en su maldad. (10-21) La ruina de la nación judía. (22-28) Las cosas secretas pertenecen a Dios. (29)

Deuteronomio 29:1-9

1-9 Tanto las misericordias pasadas como las misericordias frescas deben ser consideradas por nosotros como motivos para la obediencia. El oído que oye, el ojo que ve y el corazón que comprende son dones de Dios. Todos los que los tienen, los tienen de Él. Dios no solo da alimento y vestimenta, sino también riquezas y grandes posesiones, a muchos a quienes no da gracia. Muchos disfrutan de los dones sin tener corazones para percibir al Dador ni comprender el verdadero propósito y uso de los dones. Estamos obligados, por gratitud e interés, así como por deber y fidelidad, a guardar las palabras del pacto.

Deuteronomio 29:10-21

10-21 El pacto nacional hecho con Israel no solo tipificaba el pacto de gracia hecho con los verdaderos creyentes, sino que también representaba la dispensación externa del evangelio. Aquellos que han sido capacitados para consentir al nuevo pacto del Señor de misericordia y gracia en Jesucristo, y para entregarse a sí mismos como su pueblo, deberían aprovechar cada oportunidad para renovar su profesiَn abierta de relaciَn con Él y su obligaciَn hacia Él, como el Dios de la salvación, y caminar de acuerdo con ello. El pecador se describe como alguien cuyo corazón se aparta de su Dios; ahí comienza el problema, en el mal corazón de incredulidad, que inclina a los hombres a apartarse del Dios viviente hacia ídolos muertos. Incluso a este pecado, los hombres son tentados en la actualidad, cuando son desviados por sus propias pasiones y fantasías. Tales hombres son raíces que producen hielo y ajenjo. Son malas hierbas que, si se les deja, cubren todo el campo. Satanás puede disfrazar por un tiempo este amargo bocado, de modo que no tengas el sabor natural de él, pero en el último día, si no antes, se discernirá el verdadero sabor. Observa la seguridad del pecador en el pecado. Aunque escucha las palabras de la maldición, incluso entonces se cree a salvo de la ira de Dios. Casi no hay amenaza en todo el libro de Dios más temible que esta. ¡Ojalá los pecadores presumidos la leyeran y temblaran! porque es una declaración real de la ira de Dios contra la impiedad y la injusticia del hombre.

Deuteronomio 29:22-28

22-28 La idolatría sería la ruina de su nación. No es algo nuevo que Dios traiga juicios desoladores sobre un pueblo cercano a Él en profesión. Nunca lo hace sin una buena razón. Nos concierne buscar la razón para que podamos dar gloria a Dios y tomar advertencia para nosotros mismos. Así, la ley de Moisés deja a los pecadores bajo la maldición y arrancados de la tierra del Señor, pero la gracia de Cristo hacia los pecadores arrepentidos y creyentes los planta nuevamente en su tierra; y ya no serán arrancados, pues son guardados por el poder de Dios.

Deuteronomio 29:29

29 Moisés concluye su profecía sobre el rechazo de los judíos, justo como San Pablo concluye su discurso sobre el mismo tema, cuando comenzó a cumplirse, en Romanos 11:33. Se nos prohíbe indagar con curiosidad en los consejos secretos de Dios y determinar acerca de ellos. Pero se nos guía y anima a investigar diligentemente lo que Dios ha dado a conocer. Él no ha ocultado nada que sea provechoso para nosotros, sino solo aquello de lo cual es bueno que seamos ignorantes. El fin de toda revelación divina no es proporcionar temas curiosos de especulación y discurso, sino que podamos hacer todas las palabras de esta ley y ser bendecidos en nuestras acciones. Esto es lo que la Biblia revela claramente; más allá de esto, el hombre no puede avanzar de manera provechosa. Con esta luz, puede vivir y morir cómodamente y ser feliz para siempre.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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