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Deuteronomio 22 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Deuteronomio 22

1 Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano.

2 Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás.

3 Así harás con su asno, así harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiere y tú la hallares; no podrás negarle tu ayuda.

4 Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.

5 No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.

6 Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos.

7 Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien, y prolongues tus días.

8 Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno.

9 No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña.

10 No ararás con buey y con asno juntamente.

11 No vestirás ropa de lana y lino juntamente.

12 Te harás flecos en las cuatro puntas de tu manto con que te cubras.

Leyes sobre la castidad

13 Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere,

14 y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé virgen;

15 entonces el padre de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta;

16 y dirá el padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece;

17 y he aquí, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad.

18 Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán;

19 y le multarán en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días.

20 Mas si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven,

21 entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.

22 Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.

23 Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella;

24 entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.

25 Mas si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella;

26 mas a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso.

27 Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase.

28 Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos;

29 entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.

30 Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.

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Deuteronomio 22

Deuteronomio 22 - Introducción

* De la humanidad hacia los hermanos. (1-4) Diversos preceptos. (5-12) Contra la impureza. (13-30)

Deuteronomio 22:1-4

1-4 Si observamos debidamente la regla de oro de "hacer a los demás lo que quisiéramos que nos hicieran a nosotros", muchos preceptos particulares podrían ser omitidos. No podemos reclamar propiedad sobre nada que encontremos. La religión nos enseña a ser buenos vecinos y estar dispuestos a hacer todo tipo de favores a todos los hombres. No sabemos cuándo podremos necesitar ayuda.

Deuteronomio 22:5-12

5-12 La providencia de Dios se extiende incluso a los asuntos más pequeños, y sus preceptos también lo hacen, de modo que incluso en ellos debemos vivir en el temor del Señor, ya que estamos bajo su mirada y cuidado. Sin embargo, la tendencia de estas leyes, que parecen insignificantes, es tal que, al encontrarse entre las cosas de la ley de Dios, deben considerarse grandes cosas. Si queremos demostrar que somos el pueblo de Dios, debemos tener respeto por su voluntad y su gloria, y no por las vanas modas del mundo. Incluso al vestirnos, al igual que al comer o beber, todo debe hacerse con un serio cuidado por preservar la pureza de nuestro corazón y nuestras acciones, tanto las nuestras como las de los demás. Nuestro ojo debe ser sencillo, nuestro corazón sincero y nuestro comportamiento coherente.

Deuteronomio 22:13-30

13-30 Estas y otras regulaciones similares podrían haber sido necesarias en ese momento, pero no es necesario que las examinemos con detalle. Las leyes se relacionan con el séptimo mandamiento, imponiendo restricciones a las pasiones carnales que luchan contra el alma.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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