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Daniel 8 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Daniel 8

Visión del carnero y del macho cabrío

1 En el año tercero del reinado del rey Belsasar me apareció una visión a mí, Daniel, después de aquella que me había aparecido antes.

2 Vi en visión; y cuando la vi, yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam; vi, pues, en visión, estando junto al río Ulai.

3 Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después.

4 Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía.

5 Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos.

6 Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza.

7 Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder.

8 Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo.

9 Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa.

10 Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó.

11 Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra.

12 Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó.

13 Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?

14 Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.

15 Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre.

16 Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a este la visión.

17 Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin.

18 Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie.

19 Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin.

20 En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, estos son los reyes de Media y de Persia.

21 El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero.

22 Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él.

23 Y al fin del reinado de estos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas.

24 Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos.

25 Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana.

26 La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días.

27 Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía.

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Daniel 8

Daniel 8 - Introducción

* La visión de Daniel del carnero y el macho cabrío. (1-14) La interpretación de la misma. (15-27)

Daniel 8:1-14

1-14 Dios le da a Daniel una previsión de la destrucción de otros reinos, que en su día fueron tan poderosos como el de Babilonia. Si pudiéramos prever los cambios que ocurrirán cuando nos hayamos ido, deberíamos estar menos afectados por los cambios en nuestros días. El carnero con dos cuernos era el segundo imperio, el de Media y Persia. Vio este carnero vencido por un macho cabrío. Este fue Alejandro Magno. Alexander, cuando tenía unos treinta y tres años de edad, y con toda su fuerza, murió y mostró la vanidad de la pompa y el poder mundanos, y que no pueden hacer feliz a un hombre. Si bien los hombres discuten, como en el caso de Alejandro, respecto de la muerte de algún guerrero próspero, es evidente que la gran Primera Causa de todos no tenía más de su plan para ejecutar, y por lo tanto lo cortó. En lugar de ese gran cuerno, surgieron cuatro notables, los cuatro capitanes principales de Alexander. Un cuerno pequeño se convirtió en un gran perseguidor de la iglesia y del pueblo de Dios. Parece que aquí se señala el engaño mahometano. Prosperó, y en un momento casi destruyó la religión sagrada que la mano derecha de Dios había plantado. Es justo con Dios privar a aquellos de los privilegios de su casa que los desprecian y los profanan; y hacer que esos sepan el valor de las ordenanzas por la falta de ellos, que no lo sabrían por el disfrute de ellos. Daniel escuchó el tiempo de esta calamidad limitada y determinada; pero no el momento en que debería venir. Si quisiéramos conocer la mente de Dios, debemos aplicarnos a Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento; no se escondió de nosotros, sino que se escondió por nosotros. Hay mucha dificultad en cuanto al tiempo preciso aquí indicado, pero el final no puede ser muy distante. Dios, para su propia gloria, velará por la limpieza de la iglesia a su debido tiempo. Cristo murió para limpiar su iglesia; y él lo limpiará tanto como para presentarlo sin culpa para sí mismo.

Daniel 8:15-27

15-27 El eterno Hijo de Dios se paró ante el profeta en la apariencia de un hombre, y le indicó al ángel Gabriel que explicara la visión. El desmayo y el asombro de Daniel ante la perspectiva de males que vio venir sobre su pueblo y la iglesia, confirman la opinión de que se predijeron calamidades prolongadas. Terminada la visión, se le dio un cargo a Daniel para mantenerlo en privado por el momento. Se lo guardó para sí mismo y pasó a cumplir con el deber de su lugar. Mientras vivamos en este mundo, debemos tener algo que hacer en él; e incluso aquellos a quienes Dios ha honrado más, no deben pensar por encima de sus asuntos. El placer de la comunión con Dios tampoco debe apartarnos de los deberes de nuestros llamamientos, sino que debemos cumplir con ellos en Dios. Todos los que se encargan de los negocios públicos deben descargar su confianza de manera recta; y, en medio de todas las dudas y desalientos, pueden, si son verdaderos creyentes, esperar un tema feliz. Por lo tanto, debemos esforzarnos por componer nuestras mentes para atender los deberes a los que cada uno es designado, en la iglesia y en el mundo.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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