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1 Corintios 7 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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1 Corintios 7

Problemas del matrimonio

1 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer;

2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.

3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.

4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.

5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.

6 Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento.

7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.

8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo;

9 pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.

10 Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido;

11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.

12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.

13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.

14 Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.

15 Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.

16 Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?

17 Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias.

18 ¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide.

19 La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios.

20 Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede.

21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más.

22 Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.

23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.

24 Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios.

25 En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.

26 Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está.

27 ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte.

28 Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar.

29 Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen;

30 y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen;

31 y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa.

32 Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor;

33 pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer.

34 Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

35 Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor.

36 Pero si alguno piensa que es impropio para su hija virgen que pase ya de edad, y es necesario que así sea, haga lo que quiera, no peca; que se case.

37 Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha resuelto en su corazón guardar a su hija virgen, bien hace.

38 De manera que el que la da en casamiento hace bien, y el que no la da en casamiento hace mejor.

39 La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.

40 Pero a mi juicio, más dichosa será si se quedare así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios.

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1 Corintios 7

1 Corintios 7 - Introducción

El apóstol responde a varias preguntas sobre el matrimonio. (1-9) Los cristianos casados no deben tratar de separarse de sus cónyuges incrédulos. (10-16) Las personas que se encuentran en un puesto fijo deben permanecer en él. (17-24) Era muy conveniente, a causa de los días peligrosos de entonces, que las personas se desprendieran de este mundo. (25-35) Se debe tener mucha prudencia en el matrimonio; debe ser sólo en el Señor. (36-40)

1 Corintios 7:1-9

1-9 El apóstol dice a los corintios que era bueno, en aquella situación de tiempo, que los cristianos se mantuvieran solteros. Sin embargo, dice que el matrimonio, y las comodidades de ese estado, están establecidos por la sabiduría divina. Aunque nadie puede quebrantar la ley de Dios, esa regla perfecta deja a los hombres en libertad de servirle de la manera más adecuada a sus facultades y circunstancias, de las que otros son a menudo jueces muy incapaces. Todos deben determinar por sí mismos, buscando el consejo de Dios sobre cómo deben actuar.

1 Corintios 7:10-16

10-16 El hombre y la mujer no deben separarse por ninguna otra causa que la que permite Cristo. El divorcio, en aquel tiempo, era muy común tanto entre los judíos como entre los gentiles, con pretextos muy leves. El matrimonio es una institución divina; y es un compromiso de por vida, por designación de Dios. Estamos obligados, en la medida en que nos sea posible, a vivir en paz con todos los hombres, Romanos 12:18, por lo que debemos promover la paz y la comodidad de nuestros parientes más cercanos, aunque no sean creyentes. Debe ser el trabajo y el estudio de los que están casados, hacer que cada uno sea lo más fácil y feliz posible. ¿Debe un cristiano abandonar a su marido o a su esposa cuando tiene la oportunidad de dar la mayor prueba de amor? Quédate, y trabaja de corazón por la conversión de tu pariente. En todo estado y relación el Señor nos ha llamado a la paz; y debe hacerse todo lo posible para promover la armonía, hasta donde la verdad y la santidad lo permitan.

1 Corintios 7:17-24

17-24 Las reglas del cristianismo alcanzan todas las condiciones; y en cada estado un hombre puede vivir de manera que sea un crédito para él. Es el deber de todo cristiano estar contento con su suerte, y conducirse en su rango y lugar como corresponde a un cristiano. Nuestra comodidad y felicidad dependen de lo que somos para Cristo, no de lo que somos en el mundo. Ningún hombre debe pensar en hacer de su fe o religión un argumento para romper cualquier obligación natural o civil. Debe permanecer tranquila y satisfecha en la condición en la que ha sido colocada por la Divina Providencia.

1 Corintios 7:25-35

25-35 Teniendo en cuenta la angustia de aquellos tiempos, el estado de soltería era lo mejor. Sin embargo, el apóstol no condena el matrimonio. Cuán opuestos son al apóstol Pablo quienes prohíben a muchos casarse, y los enredan con votos para permanecer solteros, ya sea que deban hacerlo o no. Él exhorta a todos los cristianos a una santa indiferencia hacia el mundo. En cuanto a las relaciones, no deben poner su corazón en las comodidades del estado. En cuanto a las aflicciones, no deben consentir el dolor del mundo: incluso en el dolor el corazón puede estar alegre. En cuanto a los placeres mundanos; aquí no está su descanso. En cuanto al empleo mundano; los que prosperan en el comercio y aumentan su riqueza, deben mantener sus posesiones como si no las tuvieran. En cuanto a todos los asuntos mundanos; deben mantener el mundo fuera de sus corazones, para no abusar de él cuando lo tengan en sus manos. Todas las cosas mundanas son un espectáculo; nada es sólido. Todo desaparecerá rápidamente. Preocuparse sabiamente por los intereses mundanos es un deber; pero estar lleno de preocupaciones, tener cuidados ansiosos y perplejos, es un pecado. Con esta máxima el apóstol resuelve el caso de si es aconsejable casarse. Para todo hombre es mejor aquella condición de vida que es mejor para su alma, y que le mantiene más alejado de los cuidados y de las asechanzas del mundo. Reflexionemos sobre las ventajas y las trampas de nuestra propia condición de vida, para mejorar las primeras y evitar en lo posible todo perjuicio de las segundas. Y, sean cuales sean las preocupaciones que presionan la mente, dejemos tiempo para las cosas del Señor.

1 Corintios 7:36-40

36-40 Se cree que el apóstol da aquí un consejo sobre la disposición de los hijos en el matrimonio. Desde este punto de vista, el significado general es claro. Los hijos deben buscar y seguir las indicaciones de sus padres en cuanto al matrimonio. Y los padres deben consultar los deseos de sus hijos; y no considerar que tienen poder para hacer con ellos, y dictar lo que les plazca, sin razón. El conjunto se cierra con consejos para las viudas. Las segundas nupcias no son ilícitas, por lo que hay que tener en cuenta que hay que casarse en el Señor. En la elección de nuestras relaciones, y en el cambio de condiciones, debemos guiarnos siempre por el temor de Dios, y las leyes de Dios, y actuar en dependencia de la providencia de Dios. El cambio de condición sólo debe hacerse después de una cuidadosa consideración, y sobre la base probable de que será ventajoso para nuestros intereses espirituales.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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