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1 Corintios 16 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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1 Corintios 16

La ofrenda para los santos

1 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.

2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.

3 Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a estos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén.

4 Y si fuere propio que yo también vaya, irán conmigo.

Planes de Pablo

5 Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar.

6 Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir.

7 Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite.

8 Pero estaré en Éfeso hasta Pentecostés;

9 porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.

10 Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor así como yo.

11 Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos.

12 Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, mas de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad.

Salutaciones finales

13 Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.

14 Todas vuestras cosas sean hechas con amor.

15 Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos.

16 Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan.

17 Me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido vuestra ausencia.

18 Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales personas.

19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.

20 Os saludan todos los hermanos. Saludaos los unos a los otros con ósculo santo.

21 Yo, Pablo, os escribo esta salutación de mi propia mano.

22 El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.

23 La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros.

24 Mi amor en Cristo Jesús esté con todos vosotros. Amén.

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1 Corintios 16

1 Corintios 16 - Introducción

Una colecta para los pobres en Jerusalén. (1-9) Elogio de Timoteo y Apolos. (10-12) Exhortación a la vigilancia en la fe y el amor. (13-18) Saludos cristianos. (19-24)

1 Corintios 16:1-9

1-9 Los buenos ejemplos de otros cristianos e iglesias deberían estimularnos. Es bueno acumular para los buenos usos. Los que son ricos en este mundo, deben ser ricos en buenas obras, 1 Timoteo 6:17; 1 Timoteo 6:18. La mano diligente no se hará rica, sin la bendición divina, Proverbios 10:4; Proverbios 10:22. ¿Y qué más apropiado para incitarnos a la caridad con el pueblo y los hijos de Dios, que mirar todo lo que tenemos como su regalo? Las obras de misericordia son verdaderos frutos del verdadero amor a Dios, y por lo tanto son servicios apropiados en su propio día. Los ministros están haciendo su propio negocio, cuando proponen, o ayudan a las obras de caridad. El corazón de un ministro cristiano debe ser hacia el pueblo entre el cual ha trabajado largamente y con éxito. Todos nuestros propósitos deben hacerse con sumisión a la divina providencia,​​​​​​​ Santiago 4:15.  Los adversarios y la oposición no quebrantan el espíritu de los ministros fieles y exitosos, sino que calientan su celo y les inspiran nuevo valor. Un ministro fiel se desanima más por la dureza de los corazones de sus oyentes y las recaídas de los profesantes, que por los intentos de los enemigos.

1 Corintios 16:10-12

10-12 Timoteo vino a hacer la obra del Señor. Por lo tanto, vejar su espíritu, sería contristar al Espíritu Santo; despreciarlo, sería despreciar al que lo envió. Los que trabajan en la obra del Señor, deben ser tratados con ternura y respeto. Los ministros fieles no tendrán celos unos de otros. Los ministros del evangelio deben mostrar preocupación por la reputación y la utilidad de los demás.

1 Corintios 16:13-18

13-18 Un cristiano siempre está en peligro, por lo que debe estar siempre alerta. Debe estar fijo en la fe del evangelio, y nunca abandonarla. Sólo por esta fe podrá mantenerse firme en la hora de la tentación. Los cristianos deben tener cuidado de que la caridad no sólo reine en sus corazones, sino que brille en sus vidas. Hay una gran diferencia entre la firmeza cristiana y el calor y el transporte febriles. El apóstol dio indicaciones particulares en cuanto a algunos que servían a la causa de Cristo entre ellos. Los que sirven a los santos, los que desean el honor de las iglesias, y quitarles los reproches, deben ser considerados mucho y amados. Deben reconocer de buen grado el valor de los mismos, y de todos los que trabajaron con el apóstol o lo ayudaron.

1 Corintios 16:19-24

19-24 El cristianismo no destruye en absoluto el civismo. La religión debe promover un temperamento cortés y servicial hacia todos. Aquellos que dan una falsa idea de la religión, y la reprochan, que se animan con ella a ser agrios y malhumorados. Y los saludos cristianos no son meros cumplidos vacíos, sino que son verdaderas expresiones de buena voluntad hacia los demás, y los encomiendan a la gracia y la bendición divinas. Toda familia cristiana debe ser como una iglesia cristiana. Dondequiera que dos o tres se reúnan en el nombre de Cristo, y él esté en medio de ellos, hay una iglesia. He aquí una solemne advertencia. Muchos de los que tienen el nombre de Cristo en sus bocas, no tienen verdadero amor a él en sus corazones. Nadie lo ama en verdad, que no ame sus leyes, y guarde sus mandamientos. Muchos son cristianos de nombre, que no aman a Cristo Jesús el Señor con sinceridad. Los tales están separados del pueblo de Dios, y del favor de Dios. Los que no aman al Señor Jesucristo, deben perecer sin remedio. No descansemos en ninguna profesión religiosa donde no haya amor a Cristo, deseos sinceros de su salvación, gratitud por sus misericordias y obediencia a sus mandamientos. La gracia de nuestro Señor Jesucristo tiene en ella todo lo que es bueno, para el tiempo y para la eternidad. Desear que nuestros amigos tengan esta gracia con ellos, es desearles el mayor bien. Y esto debemos desear a todos nuestros amigos y hermanos en Cristo. No podemos desearles nada más grande, y no debemos desearles nada menos. El verdadero cristianismo nos hace desear a aquellos a quienes amamos, las bendiciones de ambos mundos; esto significa desear que la gracia de Cristo esté con ellos. El apóstol había tratado con franqueza a los corintios, y les había hablado de sus faltas con justa severidad; pero se despide con amor, y con una solemne profesión de su amor hacia ellos por causa de Cristo. Que nuestro amor sea con todos los que están en Cristo Jesús. Probemos si todas las cosas nos parecen inútiles, cuando las comparamos con Cristo y su justicia. ¿Nos permitimos algún pecado conocido, o el descuido de algún deber conocido? Por medio de tales indagaciones, hechas fielmente, podemos juzgar el estado de nuestras almas.


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Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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