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Números 33 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Números 33

Recaptiulanse todos los alojamientos que el Campo de Iſrael bizo desde la ſalida de Egvpto haſta los campos de Moab. II. Manda dios àl Pueblo que entrados en la tierra de Chanaan, echen deella todos ſus moradores, y destruyan ſus idolos.

1 Estas ſon las partidas de los hijos de Iſrael, que ſalieron de la tierra de Egypto por ſus esquadrones, por mano de Moyſen y Aaron.

2 Que Moyſen escriuió ſus ſalidas por ſus partidas per dicho de Iehoua: y estas ſon ſus partidas por ſus ſalidas.

3 De Rameſſes partierõ el mes Primero à los quinze dias del mes primero: el segundo dia de la Pascua ſalieron los hijos de Iſrael con mano alta à ojos de todo Egypto.

4 Enterrando los Egypcios los que Iehoua auia muerto deellos, à todo primogenito, y auiendo Iehoua hecho juyzios en ſus dioses.

5 Partierõ pues los hijos de Iſrael de Rameſſes, y aſſentaron campo en Socoth.

6 Y partiendo de Socoth aſſentaron en Etham, que es àl cabo del desierto.

7 Y partiendo de Etham boluieron ſobre Phi-hahiroth, que es delante de Baalsephon, y aſſentaron delante de Magdalo.

8 Y. partiẽdo de Phi hahiroth paſſarõ por medio de la mar àl desierto, y anduuieron camino de tres dias por el desierto de Etham, y aſſentaron en Mara.

9 Y partiendo de Mara vinierõ á Elim, donde auia doze fuentes de aguas y senteta palmas, y aſſentaron àlli.

10 Y partidos de Elim aſſentaron junto al mar Bermejo.

11 Y partidos del mar Bermejo aſſentaron en el desierto de Sin.

12 Y partidos del desierto de Sin aſſentaron en Daphca.

13 Y partidos de Daphca aſſentaron en Alus.

14 Y partidos de Alus aſſentaron en Raphidim, donde el pueblo no tuuo aguas para beuer.

15 Y partidos de Raphidim aſſentarõ en el desierto de Sinai.

16 Y partidos del desierto de Sinai aſſentaron en Kibroth-Hathaaua.

17 Y partidos de Kibroth-hathaaua aſſen taron en Hasseroth.

18 Y partidos de Hasseroth aſſentaron en Rethma.

19 Y partidos de Rethma aſſentaron en Remmon Phares.

20 Y partidos de Remmon Phares aſſentaron en Lebna.

21 Y partidos de Lebna assẽtarõ en Reſſa.

22 Y partidos de Reſſa aſſentaron en Ceelatha.

23 Y partidos de Cealatha aſſentaron en el monte de Sepher.

24 Y partidos del monte de Sepher aſſentaron en Harada.

25 Y partidos de Harada aſſentaron en Maceloth.

26 Y partidos de Maceloth aſſentarõ en Thahath.

27 Y partidos de Thahath aſſentaron en Thare.

28 Y partidos de Thare aſſentaron en Methca.

29 Y partidos de Methca aſſentaron en Hesmona.

30 Y partidos de Hesmona aſſentaron en Moseroth.

31 Y partidos de Moseroth aſſentaron en Bene-jaacan.

32 Y partidos de Bene-iaacan aſſentaron en el monte de Gadgad.

33 Y partidos del monte de Gadgad aſſentaron en Iethebatha.

34 Y partidos de Iethebatha aſſentaron en Hebrona.

35 Y partidos de Hebrona aſſentaron en Asion-gaber.

36 Y partidos de Asion gaber aſſentaron en el desierto de Zin, que es Cades.

37 Y partidos de Cades aſſentarõ en el monte de Hor en el fin dela tierra de Edõ.

38 Y subió Aaron el Sacerdote en el mõte de Hor, conforme ál dicho de Iehoua, y alli murió à los quarenta años de la ſalida de los hijos de Iſrael de la tierra de Egypto, en el mes Quinto, en el primero del mes.

39 Y era Aaron de edad de ciẽto y veynte y tres años quãdo murió en el mõte de Hor.

40 Y oyó el Chananeo Rey de Arad, que habitaua àl Mediodia en la tierra de Chanaan, como auian entrado los hijos de Iſrael.

41 Y pattidos del Monte de Hor aſſentaron en Salmona.

42 Y partidos de Salmona aſſentaron en Phunon.

43 Y partidos de Phunon aſſentaron en Oboth.

44 Y partidos de Oboth aſſentaron en le abarim en el termino de Moab.

45 Y partidos de le abarim aſſentarõ en Dibon-gad.

46 Y partidos de Dibon-gad aſſentaron en Helmon-deblathaim.

47 Y partidos de Helmon-deblathaim aſſentaron en los montes de Abarim delãte de Nabó.

48 Y partidos de los montes de Abarim aſſentaron en los campos de Moab junto àl Iordan de Iericho.

49 Finalmente assenraron junto àl Iordan desde Beth-jesimoth haſta Abel-satim en los campos de Moab.

50 ¶ Y habló Iehoua à Moyſen en los campos de Moab junto àl Iordan de Iericho, diziendo,

51 Habla à los hijos de Iſrael, y diles, Quãdo ouierdes paſſado el Iordan à la tierra de Chanaan,

52 Echareys à todos los moradores de la tierra de delante de vosotros, y destruyreys todas ſus pinturas, y todas ſus imagines de fundicion destruyreys, destruyreys anſi mismo todos ſus altos.

53 Y echareys los moradores de la tierra, y habitareys en ella: porque yo os la he dado paraque la heredeys.

54 Y heredareys la tierra por fuertes por vuestras familias, àl mucho dareys mucho por ſu heredad, y âl poco dareys poco por ſu heredad: donde le ſaliere la fuerte, alli la tendrá: por los tribus de vuestros padres heredareys.

55 Y ſi no echardes los moradores de la tierra de delante de vosotros, ſerá, que los que dexardes deellos serán por aguijones en vuestros ojos, y por espinas en vuestros costa dos, y affligiroshán ſobre la tierra en que vosotros habitareys.

56 Y ſerá, que como yo pensé hazerles à ellos, haré à vosotros.

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Números 33

Números 33 - Introducción

* Campamentos de los israelitas. (1-49) Los cananeos a ser destruidos. (50-56)

Números 33:1-49

1-49 Esta es una breve reseña de los viajes de los hijos de Israel a través del desierto. Es una historia memorable. En sus viajes hacia Canaán, estaban continuamente en remoción. Tal es nuestro estado en este mundo; no tenemos aquí una ciudad continua, y todos nuestros lugares en este mundo son, de una parte, un desierto a otro. Fueron conducidos de un lado a otro, hacia adelante y hacia atrás, pero estaban todo el tiempo bajo la dirección del pilar de nubes y fuego. Dios los guió, pero los guió por el camino correcto. La forma en que Dios toma para atraer a su pueblo a sí mismo es siempre la mejor manera, aunque no siempre nos parece la forma más cercana. Se mencionan eventos anteriores. Por lo tanto, debemos tener en cuenta las providencias de Dios con respecto a nosotros y a nuestras familias, a nosotros y a nuestra tierra, y las muchas instancias de ese cuidado Divino que nos ha guiado, alimentado y mantenido hasta nuestros días. Se pueden pensar en pocos períodos de nuestras vidas, sin recordarnos la bondad del Señor y nuestra propia ingratitud y desobediencia: su amabilidad nos deja sin excusa para nuestros pecados. No podríamos desear viajar de nuevo por las etapas que hemos pasado, a menos que pudiéramos, por la gracia de Dios, evitar los pecados que cometimos y aprovechar las oportunidades de hacer el bien que hemos dejado escapar. Pronto terminarán nuestras andanzas, y nuestro estado eterno será reparado sin posibilidad de recuerdo; ¡Cuán importante es el momento presente! Felices son aquellos a quienes el Señor ahora guía con su consejo, y al final recibirán para su gloria. A esta felicidad nos llama el evangelio. He aquí ahora es el tiempo aceptado, ahora es el día de la salvación. Que los pecadores aprovechen la oportunidad y huyan en busca de refugio a la esperanza que se les presenta. Redimimos nuestro tiempo, para glorificar a Dios y servir a nuestra generación; y nos llevará a salvo a través de todos, a su reino eterno.

Números 33:50-56

50-56 Ahora que iban a pasar el Jordán, volvían a caer en la tentación de seguir a los ídolos; y están amenazados de que, si salvaron a los ídolos o a los idólatras, su pecado ciertamente sería su castigo. Ellos criarían víboras en sus propios senos. El resto de los cananeos, si hicieran las paces con ellos, aunque fuera por un tiempo, serían pinchazos en los ojos y espinas en los costados. Debemos esperar problemas y aflicciones de cualquier pecado que cometamos; lo que estamos dispuestos debe tentarnos, nos molestará. Se pretendía que los cananeos fueran expulsados ​​de la tierra; pero si los israelitas aprendieran sus malos caminos, también serían expulsados. Escuchemos esto y tengamos miedo. Si no expulsamos el pecado, el pecado nos expulsará. Si no somos la muerte de nuestras lujurias, nuestras lujurias serán la muerte de nuestras almas.


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La Biblia del Oso 1559

Casiodoro de Reina © Versión de Dominio Público.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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