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Lucas 6 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Lucas 6

De la legitima guarda del Sabbado. 2. La elecion de los Doze. 3. Muestra la bienauenturança del Euangelio, ſu ingenio, y ſu fuerte en el mũdo, y la miseria de todo lo demas, que la carne juzga jer bienauenturança. 4. Preceptos y doctrinas Euangelicas, aun que fuera de toda carnal opinion, por el seguimiẽto y practica de las quales ſe prouará la verdadera regeneracion del cielo, &c. 5. El verdadero Christiano en la tentacion ſe parece, y anſi mismo el hypocrita.

1 Y Aconteció que paſſando el por los panes en vn sabbado segundo del primero, ſus Diſcipulos arrancauan espigas, y comian fregandolas con las manos.

2 Y vnos de los Phariseos les dixeron, Porque hazeys loque no es licito hazer en Sabbados?

3 Y respondiẽdo Iesus, dixoles, Ni aun eſto aueys leydo, Que hizo Dauid quando tuuo hambre, el, y los que con el eſtauan?

4 Como entró en la Caſa de Dios, y tomó los panes de la Proposicion, y comio, y dió tambien à los que eſtauan con el: los quales no era licito comer, ſino à solos los Sacerdotes.

5 Y deziales, El Hijo del hombre es Señor aun del Sabbado.

6 ¶ Y acontecio tambien en otro Sab bado, que el entró en la Synoga, y enseñó. Y eſtaua alli vn hombre que tenia la mano yzquierda ſeca.

7 Y assechauanlo los Escribas, y los Phariseos, ſi sanaria en Sabbado: por hallar de que lo accusaſſen.

8 Mas el sabia los pensamiẽtos de ellos; y dixo àl hombre que tenia la mano ſeca, Leuantate, y ponte en medio. Y el leuatan doſe, pusose en pie.

9 Entonces Iesus les dize, Preguntaros hé vna coſa: Es licito en Sabbados bien hazer, o mal hazer? hazer salua vna perſona o matarla?

10 Y mirãdolos à todos àl derredor, dize àl hombre, Estien de tu mano. y el lo hizo anſi: y ſu mano fue restituy da sana como la otra.

11 Y ellos fueron llenos de locura, y hablauan los vnos à los otros que harian à Iesus.

12 ¶ Y aconteció en aquellos dias, que fue àl monte à orar, y paſſó la noche orando à Dios.

13 Y como fue dedia, llamó à ſus discipulos: y eſcogió Doze de ellos, los quales tambien llamó apoſtoles:

14 A Simon, àl qual tambien llamó Pedro, y à Andres ſu hermano: Iacobo, y loã, Philippe y Bartholome:

15 Mattheo, y Thomas, y Iacobo hijo de Alpheo, y Simon el que fe llama Zeloso;

16 Iudas de Iacobo, y Iudas Iscariota, que tambien fue el traydor.

17 ¶ Y decendió con ellos, y parose en vn lugar llano: y la compaña de ſus discipu los, y grande multitud de pueblo de toda Iudea y de Ieruſalem, y de la costa de Tyro y de Sidon, qne auian venido à oyrle, y para ſer sanados de ſus enfermedades.

18 Y otros que auian sido atormentados de espiritus immundos, y eran sanos.

19 Y toda la cõpaña procuraua de tocarle: porque ſalia deel virtud, y sanaua à todos

20 Y el alçando los ojos à ſus Diſcipulos, dezia, Bienauenturados los pobres, porque vuestro es el Reyno de Dios.

21 Bienauenturados los que aora teneys hãbre, porque sereys hartados. Biẽauenturados los que aora llorays, porque reyreys.

22 Bienauenturados sereys quando los hombres os aborrecieren, y quando os esparzieren, y os denostaren, y rayeren vuestro nombre como malo por el Hijo del hombre.

23 Gozaos en aquel dia, y alegraos, porque heaqui, vuestro galardon es grande en los cielos: porque anſi hazian ſus padres à los Prophetas.

24 Mas ay de vosotros ricos: porque teneys vuestro consuelo.

25 Ay de vosotros los que estays hartos, porque aureys hambre.

26 Ay de vosotros quando todos los hombres dixeren bien de vosotros: porque anſi haziã ſus padres à los falsos prophetas

27 ¶ Mas à vosotros los que oys, digo, Amad à vuestros enemigos: hazed bien à losque os aborrecen.

28 Bendezid à los que os maldizen: y orad por los que os calunnian.

29 Y alque te hiriere en la mexilla, da le tambien la otra: y delque te quitare la capa, niaun el sayo le defiendas.

30 Y a qual quiera que te pidiere, dá; y alque te tomare loque es tuyo, no bueluas à pedir.

31 Y como quereys que os hagan los hombres, hazeldes tambien vosotros anſi.

32 Porque ſi amays à los que os aman, que gracias aureys? porque tãbien los peccadores aman à los que los aman.

33 Y ſi hizierdes bien à los que os hazen bien, que gracias aureys? porque tambien los peccadores hazen lo mismo.

34 Y ſi prestardes à aquellos de quien eſperays recebir, que gracias aureys? porque tambien los peccadores prestan à los pecadores para recebir otro tanto.

35 Amad pues à vuestros enemigos, y hazed bien, y emprestad no eſperando de ello nada: y ſerá vuestro galardon grande, y sereys hijos del Altiſsimo: porque el es benigno aun para con los ingratos y malos.

36 Sed pues misericordiosos, como tambien vuestro Padre es Misericordioso.

37 No juzgueys, y no sereys juzgados: no condeneys, y no sereys condenados: perdonad, y sereys perdonados.

38 Dad, y serhos ha dado: medida buena, apretada, remecida, y reboſſando darán en vuestro regaço: porque con la misma medida que midierdes, os ſerá buelto à medir.

39 Y deziales [tãbiẽ] vna parabola, Puede el ciego guiar àl ciego? no caerán ambos en el hoyo?

40 El discipulo no es ſobre el maestro: mas qualquieraque fuere como el maestro, ſerá perfecto.

41 Porque miras la paja que eſtá en el ojo de tu hermano, y la viga que eſtá en tu proprio ojo no consideras?

42 O como puedes deziz à tu hermano, Hermano, dexa, echaré fuera la paja que eſtá en tu ojo, no mirando tu la viga que eſtá en tu ojo? Hypocrita, echa fuera primero de tu ojo la viga: y entonces mirarás de echar fuera la paja que eſtá en el ojo de tu hermano.

43 Porque no es buen arbol el que haze malos frutos: ni arbol malo el que haze buen fruto.

44 Porque cada arbol por ſu fruto es conocido: que no cogen higos de las espinas, ni vendimian vuas de las çarças.

45 El buen hombre del buen thesoro de ſu coraçon saca bien: y el mal hombre del mal thesoro de ſu coraçon saca mal. porque del abundãcia de ſu coraçõ habla ſu boca.

46 Porque me llamays Señor Señor, y no hazeys loque digo?

47 ¶ Todo aquel que viene à mi, y oye mis palabras, y las haze, yo os enfeñaré à quien es semejante.

48 Semejãte es àl hõbre que edifica vna caſa: que cauó y ahõdó, y puso el fundamẽto ſobre piedra, yauiendo auenida, el rio dió cõ impetu en aquella caſa, mas no la pudo menear: porque estauá fundada ſobre piedra.

49 Mas elque oyó, y no hizo, semejante es àl hombre que edificó ſu caſa ſobre tierra ſin fundamento: en laqual el rio dió cõ impetu, y luego cayó: y fué grande la ruyna de aquella caſa.

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Lucas 6

Lucas 6 - Introducción

Los discípulos arrancan maíz en sábado. (1-5) Obras de misericordia adecuadas para el día de reposo. (6-11) los apóstoles elegidos. (12-19) Bendiciones y aflicciones declaradas. (20-26) Cristo exhorta a la misericordia. (27-36) Y a la justicia y sinceridad. (37-49)

Lucas 6:1-5

1-5 Cristo justifica a sus discípulos en una obra necesaria para ellos en el día de reposo, que fue arrancar espigas cuando tenían hambre. Pero debemos tener cuidado de no confundir esta libertad con la licencia para cometer pecados. Cristo quiere que sepamos y recordemos que es su día y que, por lo tanto, debemos emplearlo en su servicio y en su honor.

Lucas 6:6-11

6-11 Cristo no se avergonzó ni tuvo miedo de reconocer los propósitos de su gracia. Sanó al pobre hombre, aunque sabía que sus enemigos se aprovecharían de ello. No nos dejemos apartar de nuestro deber ni de nuestra utilidad por ninguna oposición. Bien podemos asombrarnos de que los hijos de los hombres sean tan malvados.

Lucas 6:12-19

12-19 A menudo pensamos que una media hora es mucho para dedicarla a la meditación y a la oración secreta, pero Cristo estuvo noches enteras ocupado en estos deberes. Al servir a Dios, nuestro gran cuidado debe ser no perder tiempo, sino hacer que el fin de un buen deber sea el comienzo de otro. Se nombran aquí los doce apóstoles; nunca hubo hombres tan privilegiados; sin embargo, uno de ellos tenía un demonio y resultó ser un traidor. Aquellos que no tienen una predicación fiel cerca de ellos, más vale que viajen lejos que estar sin ella. En efecto, vale la pena recorrer un gran camino para escuchar la palabra de Cristo, y desviarse de otros asuntos por ella. Vinieron para ser curados por él, y él los curó. Hay una plenitud de gracia en Cristo, y una virtud curativa en él, lista para salir de él, que es suficiente para todos, suficiente para cada uno. Los hombres consideran las enfermedades del cuerpo como males mayores que las del alma; pero la Escritura nos enseña lo contrario.

Lucas 6:20-26

20-26 Aquí comienza un discurso de Cristo, la mayoría de los cuales también se encuentra en Lucas 6:5; Lucas 6:7. Pero algunos piensan que esto fue predicado en otro momento y lugar. Todos los creyentes que toman los preceptos del evangelio para sí mismos y viven de acuerdo con ellos, pueden tomar las promesas del evangelio para sí mismos y vivir de acuerdo con ellos. Se denuncian los males contra los pecadores prósperos como personas miserables, aunque el mundo los envidia. ¡Esos son realmente bendecidos a quienes Cristo bendice, pero deben ser terriblemente miserables los que caen bajo su desgracia y maldición! ¡Qué gran ventaja tendrá el santo sobre el pecador en el otro mundo! ¡y qué gran diferencia habrá en sus recompensas, cuánto podrá prosperar el pecador y el santo será afligido aquí!

Lucas 6:27-36

27-36 Estas son lecciones difíciles para la carne y la sangre. Pero si estamos completamente fundados en la fe del amor de Cristo, esto nos facilitará sus mandamientos. Todo el que viene a él por lavarse en su sangre, y conoce la grandeza de la misericordia y el amor que hay en él, puede decir, en verdad y sinceridad, Señor, ¿qué quieres que haga? Procuremos entonces ser misericordiosos, incluso de acuerdo con la misericordia de nuestro Padre celestial para con nosotros.

Lucas 6:37-49

37-49 Todos estos dichos los utilizó Cristo con frecuencia; era fácil aplicarlos. Debemos ser muy cuidadosos cuando culpamos a los demás, porque nosotros mismos necesitamos que se nos perdone. Si tenemos un espíritu de dar y perdonar, nosotros mismos cosecharemos el beneficio. Aunque las devoluciones completas y exactas se hacen en otro mundo, no en éste, la Providencia hace lo que debería animarnos a hacer el bien. Los que siguen a la multitud para hacer el mal, siguen el camino ancho que lleva a la destrucción. El árbol se conoce por sus frutos; que la palabra de Cristo se injerte de tal manera en nuestros corazones, que seamos fructíferos en toda palabra y obra buena. Y lo que comúnmente habla la boca, generalmente concuerda con lo que más hay en el corazón. Sólo aquellos que piensan, hablan y actúan de acuerdo con las palabras de Cristo, trabajan con seguridad por sus almas y por la eternidad, y toman el camino que les beneficiará en los tiempos difíciles. Los que se esmeran en la religión, fundan su esperanza en Cristo, que es la Roca de las Edades, y ningún otro fundamento puede poner. En la muerte y el juicio están seguros, siendo guardados por el poder de Cristo mediante la fe para la salvación, y nunca perecerán.


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La Biblia del Oso 1559

Casiodoro de Reina © Versión de Dominio Público.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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