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Génesis 42 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Génesis 42

Compele Dios por medio de la hambre à los hermanos de Ioseph que vengan à Egypto por alimentos. II. Conocidos de Ioseph, y ellos no conociendolo le hazen reuerencia, y el los calumnia à sabiendas de espiones, y àl fin les manda que dexando à Simeon en prision bueluan à ſu tierra, y traygan consigo à Ben-iamin. III. Bueltos à ſu padre le cuentan el caso, y le piden à Ben-iamin para boluer conel à Egypto, mas el no lo quiere dar.

1 Y Viendo Iacob que en Egypto auia alimentos, dixo à ſus hijos, Porque os estays mirando?

2 Y dixo, Heaqui yo he oydo que ay alimentos en Egypto: decendid allá, y comprad para noſotros de allá, para que biuamos y no nos muramos.

3 Y decendieron los diez hermanos de Ioseph à comprár trigo à Egypto.

4 Mas à Ben-iamin hermano de Ioseph no embió Iacob consus hermanos porque dixo, Porque no le acõtezca algun desastre.

5 Y vinierõ los hijos de Iſrael a comprar entre los que venian: porque auia hambre en la tierra de Chanaan.

6 ¶ Y Ioseph era el señor de la tierra, que vendia el trigo à todo el pueblo de la tierra: y llegaron los hermanos de Ioseph, y inclinaronſe à el la haz ſobre la tierra.

7 Y Ioseph como vido à ſus hermanos, conociolos: y hizo que no los conocia: y habloles asperamente, y dixoles, De dõde aueys venido? Ellos respondieron, De la tierra de Chanaan à comprar alimentos.

8 Y Ioseph conoció à ſus hermanos, mas ellos no lo conocieron.

9 Entonces Ioseph ſe acordó de los sueños que auia soñado dellos, y dixoles, Espiones soys: por ver lo descubierto de la tierra aueys venido.

10 Y ellos le respõdieron, No señor mio: mas tus sieruos han venido à comprár alimentos.

11 Todos noſotros somos hijos de vn varon, hombres de verdad somos: tus sieruos nunca fueron espiones.

12 Y el les dixo, No: à ver lo descubierto de la tierra aueys venido.

13 Ellos respondieron, Tus sieruos somos doze hermanos hijos de vn varõ en la tierra de Chanaan: y heaqui el menor eſtá con nuestro padre oy, y otro no parece.

14 Y Ioseph les dixo, Eſſo es loque yo hos he dicho, diziendo que soys espiones.

15 En eſto sereys prouados, Biue Pharaõ, que no saldreys de aqui, sinó quando vuestro hermano menor viniere aqui.

16 Embiad vno de vosotros, y tome à vuestro hermano, y vosotros quedád presos, y vuestras palabras serán prouadas, ſi ay verdad con vosotros: y sinó, biue Pharaõ, que soys espiones.

17 Y juntolos en la carcel tres dias.

18 Y al tercero dia dixoles Ioseph, Hazed eſto, y biuid: Yo temo à Dios.

19 Si soys hõbres de verdad, quede preso en la caſa de vuestra carcel vno de vuestros hermanos: y vosotros yd, lleuad el alimento para la hambre de vuestra caſa:

20 Y traer me eys à vuestro hermano menor, y serán verisicadas vuestras palabras, y no morireys. Y ellos lo hizieron anſi.

21 Y deziã el vno al otro, Verdaderamente noſotros auenos peccado contra nuestro hermano, que vimos el angustia de ſu alma, quando nos rogaua, y no oymos: por effo ha venido ſobre noſotros eſta angustia.

22 Entonces Ruben les respondió, diziendo, No os lo dezia yo, diziendo, No pequeys cõtra el moço, y no oystes? Heaqui tambien ſu sangre es requerida.

23 Y ellos no sabian que entẽdia Ioseph: porque auia interprete entre ellos.

24 Y apartose deellos, y lloró: deſpues boluió à ellos y hablo les: y tomó deellos à Simeon, y emprisionole delante de ellos.

25 Y mandó Ioseph que hinchesen ſus saccos de trigo, y les boluieſſen ſu dinero de cada vnò de ellos en ſu sacco, y les dieſſen comida para el camino: y fue hecho cõellos anſi.

26 Y ellos puſieron ſu trigo ſobre ſus asnos, y fueronsé de alli.

27 Y abriendo el vno ſu sacco para dar de decomer à ſu asno, enel meson, vido ſu dinero que eſtaua en la boca de ſu sacco.

28 Y dixo à ſus hermanos, Mi dinero es buelto, y helo aqui tambien en mi sacco. Entonces el coraçon ſe les ſobre saltó, y espantados el vno àl otro, dixeron, Que es eſto que nos ha hecho Dios?

29 ¶ Y venidos à Iacob ſu padre en tierra de Chanaan, contaronle todo loque les auia acaecido, diziendo.

30 Aquel varon señor de la tierra nos habló asperamente, y nos trató como à espiones de la tierra:

31 Y noſotros le diximos, Hombres de verdad somos, nunca fuemos espiones.

32 Doze hermanos somos hijos de nuestro padre, el vno no parece, y el menor eſta oy cõ nuestro padre en la tierra de Chanaã.

33 Y aquel varõ señor de la tierra nos dixo, Enesto conoceré que soys hombres de verdad: Dexad comigo el vno de vuestros hermanos, y tomad para la hambre de vuestras casas, y andad,

34 Y traedme à vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no soys espiones, ſino hombres de verdad: y daros hé à vuestro hermano, y negociareys en la tierra.

35 Y aconteció, que vaziando ellos ſus saccos, heaqui que en el saco de cada vno eſtaua el trapo de ſu dinero: y viendo ellos y ſu padre los trapos de ſus dineros, ouieron temor:

36 Entõces ſu padre Iacob les dixo, Deshijado me aueys: Ioseph no parece, y Simeon no parece, y à Ben-iamin tomareys: ſobre mi ſon todas estas coſas.

37 Y Rubẽ hablo à ſu padre diziẽdo', Mis dos hijos harás morir, ſino te lo boluiere: da lo en mi mamo, que yo lo bolueré àti.

38 Y el dixo, No decẽdirá mi hijo cõ vosotros, que ſu hermano es muerto, y el solo ha quedado: y ſi le aconteciere algun desastre enel camino donde vays, hareys decẽdir mis canas con dolor à la ſepultura.

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Génesis 42

Génesis 42 - Introducción

* Jacob envía diez hijos para comprar maíz. (1-6) el trato de José a sus hermanos. (7-20) Su remordimiento, Simeón detenido. (21-24) El resto regresa con maíz. (25-28) Jacob se niega a enviar a Benjamín a Egipto. (29-38)

Génesis 42:1-6

1-6 Jacob vio el maíz que sus vecinos habían comprado en Egipto y lo trajo a casa. Es un estímulo para el esfuerzo ver a otros suministrados. ¿Deberán otros conseguir comida para sus almas, y nos moriremos de hambre mientras la tenemos? Después de haber descubierto dónde se debe obtener ayuda, debemos solicitarla sin demora, sin reducir el trabajo, ni los gastos de mala gana, especialmente en lo que respecta a nuestras almas que nunca mueren. Hay provisión en Cristo; pero debemos acercarnos a él y buscarlo de él.

Génesis 42:7-20

7-20 José fue duro con sus hermanos, no por un espíritu de venganza, sino para llevarlos al arrepentimiento. Al no ver a su hermano Benjamin, sospechó que se habían ido con él, y les dio la oportunidad de hablar de su padre y hermano. Dios, en su providencia, a veces parece duro con aquellos a quienes ama, y ​​habla con rudeza a aquellos por quienes aún tiene una gran misericordia. Joseph se decidió por fin, que uno de ellos debería quedar, y el resto ir a casa y buscar a Benjamin. Fue una palabra muy alentadora que les dijo: "Temo a Dios"; como si él hubiera dicho: Puedes estar seguro de que no te haré mal; No me atrevo, porque sé que hay uno más alto que yo. Con aquellos que temen a Dios, podemos esperar un trato justo.

Génesis 42:21-24

21-24 El oficio de conciencia es recordar cosas desde hace mucho tiempo dicho y hecho. Cuando la culpa de este pecado de los hermanos de José era fresca, la ignoraron y se sentaron a comer pan; pero ahora, mucho después, sus conciencias los acusaron de ello. Ver el bien de las aflicciones; a menudo prueban los medios felices de despertar la conciencia y traer el pecado a nuestro recuerdo. Además, el mal de la culpa en cuanto a nuestros hermanos. La conciencia ahora les reprochó por ello. Siempre que pensemos que nos hemos hecho mal, debemos recordar lo que les hemos hecho a los demás. Rubén solo recordó con consuelo que había hecho todo lo posible para evitar la travesura. Cuando compartimos con otros en sus sufrimientos, será un consuelo si tenemos el testimonio de nuestras conciencias para nosotros, que no compartimos sus actos malvados, sino que en nuestros lugares fuimos testigos de ellos. José se retiró a llorar. Aunque su razón indicaba que aún debía comportarse como un extraño, porque todavía no eran lo suficientemente humildes, pero el afecto natural no podía dejar de funcionar.

Génesis 42:25-28

25-28 Los hermanos vinieron por el maíz, y el maíz que tenían: no solo así, sino que a cada uno le devolvieron su dinero. Así, Cristo, como José, entrega suministros sin dinero y sin precio. Los más pobres están invitados a comprar. Pero las conciencias culpables tienden a tomar buenas providencias en un mal sentido; ponerle significados equivocados incluso a las cosas que los hacen.

Génesis 42:29-38

29-38 Aquí está el informe que los hijos de Jacob le hicieron a su padre. Le preocupaba al buen hombre. Incluso los fajos de dinero que José devolvió, con amabilidad, a su padre, lo asustaron. Él culpó a sus hijos; conociéndolos, temió que hubieran provocado a los egipcios, y por error trajeron a casa su dinero. Jacob claramente desconfiaba de sus hijos, recordando que nunca había visto a José desde que había estado con ellos. Es malo con una familia, cuando los niños se comportan tan mal que sus padres no saben cómo confiar en ellos. Jacob da por vencido a José, ya Simeón y Benjamín como en peligro; y concluye: Todas estas cosas están en mi contra. Resultó lo contrario, que todas estas cosas eran para él, estaban trabajando juntos por su bien y el bien de su familia.

A menudo pensamos que estar en contra de nosotros, lo cual es realmente para nosotros. Estamos afligidos en cuerpo, estado, nombre y en nuestras relaciones; y piensa que todas estas cosas están en nuestra contra, mientras que realmente están trabajando para nosotros un peso de gloria. Así el Señor Jesús se oculta a sí mismo y su favor, así reprende y castiga a aquellos para quienes tiene propósitos de amor. Mediante correcciones agudas y convicciones humillantes, romperá la fortaleza y estropeará el orgullo del corazón, y llevará al verdadero arrepentimiento. Sin embargo, antes de que los pecadores lo conozcan por completo o sientan que es amable, consulta su bien y sostiene sus almas para esperarlo. Que lo hagamos así, sin ceder nunca al desánimo, determinando no buscar otro refugio y humillándonos cada vez más bajo su poderosa mano. A su debido tiempo responderá a nuestras peticiones y hará por nosotros más de lo que podemos esperar.


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La Biblia del Oso 1559

Casiodoro de Reina © Versión de Dominio Público.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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