Eclesiastés 8
Eclesiastés 8 - Introducción
* Elogios de la sabiduría. (1-5) Para prepararse para los males repentinos y la muerte. (6-8) Será bueno para los justos, y malo para los impíos. (9-13) Misterios de la Providencia. (14-17)
Eclesiastés 8:1-5
1-5 Ninguno de los ricos, poderosos, honorables o consumados de los hijos de los hombres, es tan excelente, útil o feliz como el sabio. ¿Quién más puede interpretar las palabras de Dios o enseñar correctamente sus verdades y dispensaciones? ¡Qué locura debe ser para las criaturas débiles y dependientes rebelarse contra el Todopoderoso! ¡Qué números forman juicios erróneos y traen miseria a sí mismos, en esta vida y en la venidera!
Eclesiastés 8:6-8
6-8 Dios, en sabiduría, nos ha mantenido alejado del conocimiento de eventos futuros, para que siempre estemos listos para los cambios. Todos debemos morir, ningún vuelo o escondite puede salvarnos, ni existen armas de resistencia efectiva. Noventa mil mueren cada día, más de sesenta por minuto y uno cada momento. ¡Qué solemne es el pensamiento! ¡Oh, que los hombres fueran sabios, que entendieran estas cosas, que consideraran su último fin! Solo el creyente está preparado para enfrentar la solemne convocatoria. La maldad, por la cual los hombres a menudo escapan a la justicia humana, no puede protegerse de la muerte.
Eclesiastés 8:9-13
9-13 Salomón observó que muchas veces un hombre gobierna sobre otro para su dolor, y que la prosperidad los endurece en su maldad. Los pecadores se engañan a sí mismos. La venganza viene lentamente, pero viene seguramente. Los días de un buen hombre tienen algo de sustancia; él vive con un buen propósito: los días de un hombre malvado son todos como una sombra, vacía y sin valor. Oremos para que podamos ver las cosas eternas como cercanas, reales y de suma importancia.
Eclesiastés 8:14-17
14-17 La fe sola puede establecer el corazón en esta escena mixta, donde los justos a menudo sufren y los malvados prosperan. Salomón elogió la alegría y la seguridad sagrada de la mente, que surgen de la confianza en Dios, porque un hombre no tiene nada mejor bajo el sol, aunque un hombre bueno tiene cosas mucho mejores que el sol, que sobria y afortunadamente usar las cosas de esta vida. de acuerdo a su rango. Él no quiere que tratemos de dar una razón por lo que Dios hace. Pero, dejando que el Señor aclare todas las dificultades en su propio tiempo, podemos disfrutar alegremente de las comodidades y soportar las pruebas de la vida; mientras que la paz de conciencia y la alegría en el Espíritu Santo permanecerán en nosotros a través de todos los cambios externos, y cuando la carne y el corazón fallarán.
