x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Comentarios





«

Hechos 1 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

×

Hechos 1

La promesa del Espíritu Santo

1 Teófilo, en mi primer libro te relaté todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar

2 hasta el día que fue llevado al cielo, después de haberles dado a sus apóstoles escogidos instrucciones adicionales por medio del Espíritu Santo.

3 Durante los cuarenta días después de que sufrió y murió, Cristo se apareció varias veces a los apóstoles y les demostró con muchas pruebas convincentes que él realmente estaba vivo. Y les habló del reino de Dios.

4 Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: «No se vayan de Jerusalén hasta que el Padre les envíe el regalo que les prometió, tal como les dije antes.

5 Juan bautizaba con agua, pero en unos cuantos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo».

La ascensión de Jesús

6 Así que mientras los apóstoles estaban con Jesús, le preguntaron con insistencia: —Señor, ¿ha llegado ya el tiempo de que liberes a Israel y restaures nuestro reino?

7 Él les contestó: —Solo el Padre tiene la autoridad para fijar esas fechas y tiempos, y a ustedes no les corresponde saberlo;

8 pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.

9 Después de decir esto, Jesús fue levantado en una nube mientras ellos observaban, hasta que ya no pudieron verlo.

10 Mientras se esforzaban por verlo ascender al cielo, dos hombres vestidos con túnicas blancas de repente se pusieron en medio de ellos.

11 «Hombres de Galilea —les dijeron—, ¿por qué están aquí parados, mirando al cielo? Jesús fue tomado de entre ustedes y llevado al cielo, ¡pero un día volverá del cielo de la misma manera en que lo vieron irse!».

Matías toma el lugar de Judas

12 Después los apóstoles regresaron del monte de los Olivos a Jerusalén, a un kilómetro de distancia.

13 Cuando llegaron, subieron a la habitación de la planta alta de la casa donde se hospedaban. Estos son los nombres de los que estaban presentes: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago (hijo de Alfeo), Simón (el zelote) y Judas (hijo de Santiago).

14 Todos se reunían y estaban constantemente unidos en oración junto con María la madre de Jesús, varias mujeres más y los hermanos de Jesús.

15 Durante aquellos días, cuando aproximadamente ciento veinte creyentes estaban juntos en un mismo lugar, Pedro se puso de pie y se dirigió a ellos:

16 «Hermanos —les dijo—, las Escrituras tenían que cumplirse con respecto a Judas, quien guio a los que arrestaron a Jesús. Esto lo predijo hace mucho tiempo el Espíritu Santo cuando habló por medio del rey David.

17 Judas era uno de nosotros y participó con nosotros en el ministerio».

18 (Judas había comprado un campo con el dinero que recibió por su traición. Allí cayó de cabeza, se le reventó el cuerpo y se le derramaron los intestinos.

19 La noticia de su muerte llegó a todos los habitantes de Jerusalén, y ellos le pusieron a ese lugar el nombre arameo Acéldama, que significa «Campo de Sangre»).

20 «Esto estaba escrito en el libro de los Salmos —continuó Pedro—, donde dice: “Que su casa quede desolada y que nadie viva en ella”. También dice: “Que otro tome su lugar”.

21 »Entonces ahora tenemos que elegir a alguien que tome el lugar de Judas entre los hombres que estaban con nosotros todo el tiempo mientras viajábamos con el Señor Jesús,

22 desde el día en que Juan lo bautizó hasta el día en que fue tomado de entre nosotros. El que salga elegido se unirá a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús».

23 Así que propusieron a dos hombres: a José —a quien llamaban Barsabás (también conocido como Justo)— y a Matías.

24 Después todos ellos oraron: «Oh Señor, tú conoces cada corazón. Muéstranos a cuál de estos hombres has elegido

25 como apóstol para que tome el lugar de Judas en este ministerio, porque él nos ha abandonado y se ha ido al lugar que le corresponde».

26 Entonces echaron suertes, y Matías fue elegido para ser apóstol con los otros once.

×

Hechos 1

Hechos 1:1-5

1-5 Nuestro Señor les dijo a los discípulos el trabajo que debían hacer. Los apóstoles se reunieron en Jerusalén; Cristo les ordenó que no partieran de allí, sino que esperaran el derramamiento del Espíritu Santo. Este sería un bautismo del Espíritu Santo, dándoles poder para hacer milagros e iluminando y santificando sus almas. Esto confirma la promesa Divina y nos anima a depender de ella, de que la hemos escuchado de Cristo; porque en él todas las promesas de Dios son sí y amén.

Hechos 1:6-11

6-11 Se empeñaban en preguntar sobre lo que su Maestro nunca les había dirigido ni animado a buscar. Nuestro Señor sabía que su ascensión y la enseñanza del Espíritu Santo acabarían pronto con estas expectativas, y por eso sólo les dio una reprimenda; pero es una advertencia para su iglesia en todas las épocas, para que se cuiden de un deseo de conocimiento prohibido. Él había dado a sus discípulos instrucciones para el cumplimiento de su deber, tanto antes de su muerte como desde su resurrección, y este conocimiento es suficiente para un cristiano. Basta con que se haya comprometido a dar a los creyentes una fuerza a la altura de sus pruebas y servicios; que bajo la influencia del Espíritu Santo puedan, de una manera u otra, ser testigos de Cristo en la tierra, mientras que en el cielo administra sus asuntos con perfecta sabiduría, verdad y amor. Cuando nos quedamos mirando y temblando, los pensamientos de la segunda venida de nuestro Maestro deberían acelerarnos y despertarnos; cuando nos quedamos mirando y temblando, deberían consolarnos y animarnos. Que nuestra expectación sea firme y gozosa, procurando ser hallados irreprochables por él.

Hechos 1:12-14

12-14 Dios puede encontrar escondites para su pueblo. Hicieron una súplica. Todo el pueblo de Dios es un pueblo que ora. Los discípulos de Cristo vivían ahora un tiempo de angustia y peligro; pero si alguno está afligido, que ore; eso acallará las preocupaciones y los temores. Tenían ahora una gran obra que realizar, y antes de comenzarla, oraban fervientemente a Dios por su presencia. Esperaban el descenso del Espíritu, y abundaban en la oración. Aquellos que están en la mejor disposición para recibir las bendiciones espirituales son los que están en una disposición de oración. Cristo había prometido enviar en breve el Espíritu Santo; esa promesa no era para eliminar la oración, sino para avivarla y animarla. Una pequeña compañía unida en el amor, ejemplar en su conducta, ferviente en la oración y sabiamente celosa de promover la causa de Cristo, es probable que aumente rápidamente.

Hechos 1:15-26

15-26 La gran cosa que los apóstoles debían atestiguar al mundo era la resurrección de Cristo, pues era la gran prueba de que era el Mesías y el fundamento de nuestra esperanza en él. Los apóstoles fueron ordenados, no para la dignidad y el dominio mundanos, sino para predicar a Cristo y el poder de su resurrección. Se hizo un llamamiento a Dios: "Tú, Señor, que conoces los corazones de todos los hombres", cosa que nosotros no sabemos, y mejor que ellos mismos. Es conveniente que Dios elija a sus propios siervos; y en la medida en que él, por las disposiciones de su providencia, o por los dones de su Espíritu, muestre a quiénes fueron elegidos, o lo que ha elegido para nosotros, debemos sumarnos a su voluntad. Reconozcamos su mano en la determinación de todo lo que nos acontece, especialmente en aquellos por los que se nos puede confiar.


»

Nueva Traducción viviente

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation .Todos los derechos reservados.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos