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2 Corintios 5 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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2 Corintios 5

Nuevos cuerpos

1 Pues sabemos que, cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos (es decir, cuando muramos y dejemos este cuerpo terrenal), tendremos una casa en el cielo, un cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo y no por manos humanas.

2 Nos fatigamos en nuestro cuerpo actual y anhelamos ponernos nuestro cuerpo celestial como si fuera ropa nueva.

3 Pues nos vestiremos con un cuerpo celestial; no seremos espíritus sin cuerpo.

4 Mientras vivimos en este cuerpo terrenal, gemimos y suspiramos, pero no es que queramos morir y deshacernos de este cuerpo que nos viste. Más bien, queremos ponernos nuestro cuerpo nuevo para que este cuerpo que muere sea consumido por la vida.

5 Dios mismo nos ha preparado para esto, y como garantía nos ha dado su Espíritu Santo.

6 Así que siempre vivimos en plena confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo no estamos en el hogar celestial con el Señor.

7 Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.

8 Sí, estamos plenamente confiados, y preferiríamos estar fuera de este cuerpo terrenal porque entonces estaríamos en el hogar celestial con el Señor.

9 Así que, ya sea que estemos aquí en este cuerpo o ausentes de este cuerpo, nuestro objetivo es agradarlo a él.

10 Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal.

Somos embajadores de Dios

11 Dado que entendemos nuestra temible responsabilidad ante el Señor, trabajamos con esmero para persuadir a otros. Dios sabe que somos sinceros, y espero que ustedes también lo sepan.

12 ¿Estamos de nuevo recomendándonos a ustedes? No, estamos dándoles un motivo para que estén orgullosos de nosotros, para que puedan responder a los que se jactan de tener ministerios espectaculares en vez de tener un corazón sincero.

13 Si parecemos estar locos es para darle gloria a Dios, y si estamos en nuestro sano juicio, es para beneficio de ustedes.

14 Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla. Ya que creemos que Cristo murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra vida antigua.

15 Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos.

16 Así que hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano. En un tiempo, pensábamos de Cristo solo desde un punto de vista humano. ¡Qué tan diferente lo conocemos ahora!

17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!

18 Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a sí mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él.

19 Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación.

20 Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!».

21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.

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2 Corintios 5

2 Corintios 5 - Introducción

La esperanza y el deseo del apóstol de la gloria celestial. (1-8) Este entusiasmo por la perseverancia. Las razones de su celo por los corintios. (9-15) La necesidad de la regeneración y de la reconciliación con Dios por medio de Cristo. (16-21)

2 Corintios 5:1-8

1-8 El creyente no sólo está bien asegurado por la fe de que hay otra vida feliz después de que ésta termine, sino que tiene una buena esperanza, por medio de la gracia, de que el cielo sea una morada, un lugar de descanso, un escondite. En la casa de nuestro Padre hay muchas mansiones, cuyo Constructor y Hacedor es Dios. La felicidad del estado futuro es lo que Dios ha preparado para los que le aman: moradas eternas, no como los tabernáculos terrenales, las pobres cabañas de barro, en las que ahora habitan nuestras almas; que se están pudriendo y descomponiendo, cuyos cimientos están en el polvo. El cuerpo de carne es una carga pesada, las calamidades de la vida son una carga pesada. Pero los creyentes gimen, al estar cargados con un cuerpo de pecado, y a causa de las muchas corrupciones que permanecen y hacen estragos en su interior. La muerte nos despojará del vestido de carne, y de todas las comodidades de la vida, así como pondrá fin a todos nuestros problemas aquí abajo. Pero las almas creyentes serán vestidas con ropas de alabanza, con ropas de justicia y de gloria. Las gracias y los consuelos actuales del Espíritu son las primicias de la gracia y el consuelo eternos. Y aunque Dios está con nosotros aquí, por su Espíritu, y en sus ordenanzas, no estamos con él como esperamos estar. La fe es para este mundo, y la vista es para el otro mundo. Es nuestro deber, y será nuestro interés, caminar por la fe, hasta que vivamos por la vista. Esto muestra claramente la felicidad de que gozarán las almas de los creyentes cuando estén ausentes del cuerpo, y donde Jesús da a conocer su gloriosa presencia. Estamos relacionados con el cuerpo y con el Señor; cada uno reclama una parte en nosotros. Pero ¡con cuánta más fuerza aboga el Señor por tener el alma del creyente estrechamente unida a él! Tú eres una de las almas que he amado y elegido; una de las que me han sido dadas. ¡Qué es la muerte, como objeto de temor, comparada con estar ausente del Señor!

2 Corintios 5:9-15

9-15 El apóstol se anima a sí mismo y a los demás a cumplir con su deber. Las esperanzas bien fundadas en el cielo no alentarán la pereza y la seguridad pecaminosa. Que todos consideren el juicio venidero, que se llama El terror del Señor. Sabiendo la terrible venganza que el Señor iba a ejecutar sobre los obreros de la iniquidad, el apóstol y sus hermanos utilizaron todos los argumentos y la persuasión para llevar a los hombres a creer en el Señor Jesús y a actuar como sus discípulos. Su celo y diligencia eran para la gloria de Dios y el bien de la iglesia. El amor de Cristo hacia nosotros tendrá un efecto similar en nosotros, si se considera debidamente y se juzga correctamente. Todos estaban perdidos y deshechos, muertos y arruinados, esclavos del pecado, sin poder liberarse, y habrían permanecido así de miserables para siempre, si Cristo no hubiera muerto. No debemos hacer de nosotros mismos, sino de Cristo, el fin de nuestra vida y acciones. La vida de un cristiano debe estar dedicada a Cristo. Ay, cuántos muestran la inutilidad de su fe y amor profesados, viviendo para sí mismos y para el mundo.

2 Corintios 5:16-21

16-21 El hombre renovado actúa según nuevos principios, según nuevas reglas, con nuevos fines y en nueva compañía. El creyente es creado de nuevo; su corazón no es simplemente enderezado, sino que se le da un nuevo corazón. Es hechura de Dios, creado en Cristo Jesús para buenas obras. Aunque es el mismo hombre, es cambiado en su carácter y conducta. Estas palabras deben significar, y de hecho significan, más que una reforma externa. El hombre que antes no veía ninguna belleza en el Salvador como para desearlo, ahora lo ama sobre todas las cosas. El corazón del no regenerado está lleno de enemistad contra Dios, y Dios está justamente ofendido con él. Sin embargo, puede haber reconciliación. Nuestro Dios ofendido nos ha reconciliado consigo mismo por medio de Jesucristo. Por inspiración de Dios se escribieron las Escrituras, que son palabra de reconciliación; mostrando que la paz ha sido hecha por la cruz, y cómo podemos estar interesados en ella. Aunque Dios no puede perder con la disputa, ni ganar con la paz, sin embargo, suplica a los pecadores que dejen de lado su enemistad y acepten la salvación que ofrece. Cristo no conoció el pecado. Fue hecho Pecado; no un pecador, sino Pecado, una Ofrenda por el Pecado, un Sacrificio por el pecado. El fin y el propósito de todo esto era que fuéramos hechos justicia de Dios en él, que fuéramos justificados gratuitamente por la gracia de Dios mediante la redención que es en Cristo Jesús. ¿Puede alguien perder, trabajar o sufrir demasiado por Aquel que dio a su amado Hijo para que fuera el sacrificio por sus pecados, para que fueran hechos justicia de Dios en él?


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Nueva Traducción viviente

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation .Todos los derechos reservados.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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