Proverbios 24 - Comentario Bíblico de Matthew HenryProverbios 241 No tengas envidia del malvado ni desees ponerte en su lugar, 2 porque su corazón maquina la ruina, y sus labios no hablan más que para dañar. 3 Con la sabiduría se edifica la casa y con la prudencia se afirma;' 4 con la ciencia se hinchan sus cámaras de todo lo más preciado y deleitoso. 5 Hace más el sabio que el valiente, el hombre de ciencia más que el fuerte;' 6 porque con estratagemas se hace la guerra, y la victoria está en la muchedumbre de los consejeros. 7 Demasiado sublime es para el necio la sabiduría; no abrirá su boca en las puertas.' 8 El que maquina el mal será llamado hombre de malos pensamientos. 9 El pensamiento del necio es el pecado, y es abominable a los hombres el petulante. 10 Si eres flojo en el tiempo bueno, ¿qué fuerza tendrás en el día de la desventura? 11 Libra al que es llevado a la muerte; al que está en peligro de muerte sálvale.' 12 Que si luego dijeres: “No lo sabía,” ¿no lo sabrá el que pesa los corazones? Bien lo sabe el que vela por tu vida, y dará a cada uno según su merecido. 13 Come miel, hijo mío, que es buena, y el panal es muy dulce al paladar. 14 Así es, sábelo, la sabiduría para tu alma; si la adquieres, tendrás buen porvenir, y tu esperanza no quedará incumplida.' 15 No aceches, ¡oh impío! la morada del justo, no saquees su casa;' 16 pues el justo, si siete veces cae, siete se levanta; pero el impío sucumbirá en la desventura.' 17 No te goces en la ruina de tu enemigo, no se alegre tu corazón al verle sucumbir;' 18 no lo vea Dios y le desagrade y aparte de sobre él su ira. 19 No te entrometas con los perversos, no tengas envidia del impío;' 20 porque el impío no tendrá buen fin, y la lámpara del malvado será apagada. 21 Teme, hijo mío, a Yahvé y al rey y no te unas a los veleidosos, 22 porque de improviso viene sobre ellos la perdición, y el disfavor de entrambos, ¿quién lo conoce? 23 También éstas son sentencias de los sabios. No está bien tener acepción de personas en el juicio. 24 Al que dice al culpable: “Tú tienes la razón,” le detesta el pueblo y le maldicen las gentes;' 25 pero al que rectamente juzga, todo le va bien, y sobre él desciende fausta bendición. 26 Da un beso en los labios quien da una buena respuesta. 27 Dispon tu obra de fuera y prepáratela en el campo; luego la meterás en casa.' 28 No testifiques de ligero contra el prójimo; ¿quieres, acaso, engañar con tus labios?' 29 No digas: “Como me ha tratado a mí, le trataré yo a él y le daré lo que se merece.” 30 Pasé junto al campo del perezoso y junto a la viña del insensato, 31 y todo eran cardos y ortigas, que habían cubierto su superficie; y su cerca de piedra estaba destruida.' 32 A su vista me puse a reflexionar; aquello fue para mí una lección.' 33 Un poco dormir, un poco cabecear; otro poco mano sobre mano descansando.' 34 Y sobreviene como correo la miseria, y como ladrón la indigencia. Proverbios 24
** El nombre de este libro significa "El Predicador". La sabiduría de Dios aquí nos predica, hablando por Salomón, quien es evidente que fue el autor. Al final de su vida, siendo consciente de su pecado y su locura, registró aquí su experiencia en beneficio de otros, como el libro de su arrepentimiento; y declaró que todo bien terrenal es "vanidad y aflicción de espíritu". Nos convence de la vanidad del mundo y de que no puede hacernos felices; de la vileza del pecado y su cierta tendencia a hacernos miserables. Muestra que ningún bien creado puede satisfacer el alma, y que la felicidad se encuentra solo en Dios; y esta doctrina debe, bajo la bendita enseñanza del Espíritu, conducir el corazón a Cristo Jesús. * Salomón muestra que todas las cosas humanas son vanas. (1-3) El trabajo del hombre y la falta de satisfacción. (4-8) No hay nada nuevo. (9-11) La irritación en la búsqueda del conocimiento. (12-18) |
Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit