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Números 9 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Números 9

1 Yahvé habló a Moisés en el desierto del Sinaí el primer mes del segundo año después de la salida de la tierra de Egipto. Dijo:

2 “Que celebren los hijos de Israel la Pascua a su tiempo.

3 El día catorce de este mes, entre dos luces, la celebraréis conforme a todas las leyes y a todos los ritos que a ella se refieren.”

4 Moisés habló a los hijos de Israel para que celebraran la Pascua;'

5 y la celebraron el día catorce del primer mes, entre dos luces, en el desierto del Sinaí. Conforme a todo cuanto había mandado Yahvé a Moisés, así hicieron los hijos de Israel.

6 Había algunos hombres que estaban impuros por un cadáver, y no pudieron celebrar la Pascua en ese día. Presentándose aquel mismo día ante Moisés y Aarón, les dijeron:

7 “Estamos impuros por un cadáver; ¿por qué habremos de vernos privados de presentar nuestra ofrenda a Yahvé, a su tiempo, con los demás hijos de Israel?”

8 y Moisés les respondió: “Esperad que sepa yo lo que cuanto a vosotros dispone Yahvé.”

9 Yahvé habló a Moisés, diciendo:

10 “Habla a los hijos de Israel y diles: Si alguno de vosotros o de vuestros descendientes está impuro por un cadáver o está en viaje lejos, celebrará la Pascua de Yahvé.

11 En el segundo mes, el día catorce de él, entre dos luces, la celebrará. La comerán con pan ácimo y lechugas amargas;'

12 no dejarán de ella nada para el día siguiente, ni quebrantarán ninguno de sus huesos; la celebrarán conforme a todos sus ritos.'

13 Si alguno, estando limpio y no estando de viaje, dejare de celebrarla, éste será borrado de su pueblo; por no haber ofrecido a su tiempo su ofrenda a Yahvé, llevará sobre sí su culpa.'

14 Si el extranjero que habitare entre vosotros celebra la Pascua, guardará todas las leyes y ritos que a ella se refieren. La ley será la misma para vosotros; la misma para el extranjero que para el nativo.”

15 El día en que fue alzado el tabernáculo, la nube cubrió el tabernáculo, y desde la tarde hasta la mañana hubo sobre el tabernáculo como un fuego.

16 Así sucedía constantemente: de día lo cubría la nube, y de noche la nube parecía de fuego.

17 Cuando la nube se alzaba del tabernáculo, partían los hijos de Israel, y en el lugar en que se paraba la nube, allí acampaban los hijos de Israel.

18 A la orden de Yahvé partían los hijos de Israel, y a la orden de Yahvé sentaban su campo; cuanto tiempo estaba la nube sobre el tabernáculo, estábanse quietos.'

19 Cuando la nube se detenía muchos días sobre el tabernáculo, aguardaban los hijos de Israel la orden de Yahvé y no se movían;'

20 y cuando la nube estaba pocos días sobre el tabernáculo, a la orden de Yahvé posaban y a la orden de Yahvé partían.

21 Cuando la nube se detenía desde la tarde a la mañana, y a la mañana se levantaba, partían; y si se levantaba a la noche, entonces partían.'

22 Fuese dos días, un mes o un año, mientras la nube se detenía sobre el tabernáculo, estándose sobre él, los hijos de Israel seguían acampados y no se movían; cuando ella se alzaba, se movían ellos.'

23 A la orden de Yahvé acampaban y a la orden de Yahvé partían, guardando el mandato de Yahvé, como Yahvé se lo había dicho a Moisés.

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Números 9

Números 9 - Introducción

* La Pascua (1-14) Los desplazamientos de los israelitas (15-23)

Números 9:1-14

1-14 Dios dio instrucciones específicas para la celebración de esta Pascua, y por lo que parece, después de esto, no celebraron ninguna Pascua hasta que llegaron a Canaán, como se menciona en Josué 5:10. Esto demostró desde temprano que las instituciones ceremoniales no debían durar para siempre, ya que poco después de ser establecidas, algunas fueron permitidas a dormir durante muchos años. Sin embargo, la ordenanza de la Cena del Señor no fue desechada de esta manera en los primeros días de la iglesia cristiana, a pesar de que esos días fueron de mayor dificultad y aflicción de lo que Israel experimentó en el desierto; incluso en tiempos de persecución, la Cena del Señor se celebró con más frecuencia que después. Los israelitas en el desierto no podían olvidar la liberación de Egipto. Había peligro de que esto sucediera cuando llegaron a Canaán. Se dieron instrucciones con respecto a aquellos que estaban ceremonialmente inmundos y cuándo podían comer la Pascua. Aquellos cuyas mentes y conciencias están contaminadas por el pecado no son aptos para la comunión con Dios y no pueden participar con comodidad en la Pascua del evangelio hasta que sean limpiados por un verdadero arrepentimiento y fe. Observa con qué preocupación y pesar estos hombres se quejaron de que se les impidiera ofrecer al Señor. Debería ser una preocupación para nosotros cuando, por cualquier motivo, se nos impida participar en las solemnidades de un sábado o un sacramento. Observa la deliberación de Moisés al resolver este caso. Los ministros deben pedir consejo a la boca de Dios, no determinar según su propia fantasía o afecto, sino según la Palabra de Dios en la medida de su conocimiento. Y si, en casos difíciles, se toma tiempo para presentar el asunto ante Dios en oración humilde y creyente, el Espíritu Santo ciertamente guiará en el buen y recto camino. Dios dio instrucciones en este caso, y en otros casos similares, explicando la ley de la Pascua. Como aquellos que, en contra de su voluntad, se ven obligados a ausentarse de las ordenanzas de Dios, pueden esperar los favores de la gracia de Dios en su aflicción, así aquellos que, por elección propia, se ausentan, pueden esperar la ira de Dios por su pecado. No os engañéis; Dios no se deja burlar.

Números 9:15-23

15-23 Esta nube fue designada como el signo y símbolo visible de la presencia de Dios con Israel. Así se nos enseña a ver a Dios siempre cerca de nosotros, tanto de noche como de día. Mientras la nube reposaba sobre el tabernáculo, ellos permanecían en el mismo lugar. No hay tiempo perdido mientras esperamos el tiempo de Dios. Cuando la nube se levantaba, se movían, por cómodos que estuvieran acampados. Se nos mantiene en la incertidumbre con respecto al momento en que dejaremos la morada terrenal de este tabernáculo, para que estemos siempre listos para movernos al mandato del Señor. Es muy seguro y agradable avanzar cuando vemos a Dios delante de nosotros y descansando donde Él nos ordena descansar. El liderazgo de esta nube se menciona como un símbolo de la guía del Espíritu Santo. Ahora no debemos esperar tales señales de la presencia divina y dirección, pero la promesa es segura para todo el Israel espiritual de Dios, que Él los guiará con su consejo, Salmo 73:24, incluso hasta la muerte, Salmo 48:14. Todos los hijos de Dios serán guiados por el Espíritu de Dios, Romanos 8:14. Él dirigirá los caminos de aquellos que en todos sus caminos lo reconozcan, ​​​​​​​ Proverbios 3:6. A la orden del Señor, nuestros corazones siempre deben moverse y descansar, diciendo: "Padre, hágase tu voluntad; dispón de mí y de los míos como te plazca. Lo que quieras y donde quieras; solo déjame ser tuyo y siempre en el camino de mi deber". Al aplicar preceptos generales a circunstancias particulares, debe haber buen consejo y ferviente oración. Cuando cualquier empresa es evidentemente incorrecta o dudosamente correcta, y sin embargo, la mente se inclina de esa manera, en tal caso, "el movimiento de la nube", como a veces los hombres lo llaman erróneamente, generalmente no es más que una tentación que Satanás está permitido a proponer; y los hombres imaginan que siguen al Señor cuando siguen sus propias inclinaciones caprichosas. El registro de su misericordia nos conducirá con una verdad infalible, a través de Cristo, a la paz eterna. Sigue la columna de la nube y del fuego. Toma la BIBLIA en tu corazón y recibe con mansedumbre la palabra implantada, que puede salvar vuestras almas.


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Biblia Nácar-Colunga

Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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