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Jeremías 50 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Jeremías 50

1 Palabras que dirigió Yahvé a Jeremías, profeta, acerca de Babilonia y de la tierra de los caldeos:

2 Anunciadlo a las gentes, pregonadlo, alzad bandera, publicadlo, no lo calléis, decid: “Babilonia ha sido tornada, avergonzado Bel, vencido está Marduk, confundidos sus ídolos, abatidos sus dioses,

3 Pues del septentrión avanza contra ella un pueblo que hará de su tierra soledad, en que no habitará nadie; hombres y ganados huyeron, desaparecieron.'

4 Entonces, en aquellos días, vendrán los hijos de Israel, y con ellos los hijos de Judá. Seguirán su camino llorando y buscarán a Yahvé, su Dios.

5 Preguntarán por el camino de Sión, vuelto hacia ella su rostro: “¡Venid y liguémonos con Yahvé con pacto eterno, que no se olvide jamás!”

6 Rebaño descarriado ha venido a ser mi pueblo. Sus pastores le extraviaron y le hicieron vagar por los montes. Anduvieron de monte en collado, se olvidaron del aprisco.

7 Cuantos los hallaron los devoraban, y se decían sus enemigos: “No hay delito en ello, porque han pecado contra Yahvé, sede de la justicia y esperanza de sus padres, Yahvé.”

8 Huid de en medio de Babilonia, de la tierra de los caldeos salid. Sed como machos cabríos a la cabeza del ganado,

9 porque he aquí que voy a suscitar y lanzar contra Babel un conglomerado de grandes naciones procedentes del norte, que se aprestarán contra ella, y desde allí será conquistada. Sus saetas, como de guerreros adiestrados, no volverán de vacío.

10 Y será dada Caldea al pillaje, y se hartarán todos sus despojadores, oráculo de Yahvé.

11 Aunque os alegréis y os regocijéis,' despojadores de mi heredad; aunque saltéis como novilla sobre la hierba y relinchéis como sementales,'

12 grande será la confusión de vuestra madre, la vergüenza de la que os engendró. Será la última de las naciones, desierto, aridez y estepa.

13 La ira de Yahvé la dejará deshabitada, la convertirá en soledad; cuantos pasen por Babel se espantarán, y silbarán por todas las magullaciones.'

14 Aprestaos contra Babel en sus contornos cuantos tendéis el arco. Combatidla, no escatiméis las saetas, porque pecó contra Yahvé.

15 Lanzad gritos contra ella alrededor; entrega su mano, caen sus pilares, han sido arrasados sus muros. Es la venganza de Yahvé. Véngaos de ella, haced con ella como ella hizo.'

16 Exterminad de Babel al sembrador, al que empuña la hoz en tiempo de siega: Ante la espada devastadora, cada uno se volverá a su pueblo, cada uno huirá a su tierra.

17 Israel es una oveja dispersa; leones la dispersaron. Primero la devoró el rey de Asiría; luego Nabucodonosor, rey de Babilonia, le quebró los huesos.'

18 Por eso así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que castigaré al rey de Babel y a su tierra, como castigué al rey de Asiría.

19 Y haré volver a Israel a sus pastizales, y se apacentará en el Carmelo y en Basan, se saciará en el monte de Efraím y de Galaad.

20 Entonces, en aquellos días — oráculo de Yahvé — ”e buscará la iniquidad de Israel, y no se hallará; los pecados de Judá, y no se encontrarán, porque yo seré propicio a los que queden.'

21 Sube contra la tierra de Meratáyini y contra los habitantes de Pecod. ¡Mata a espada y extermínalos, oráculo de Yahvé, y haz cuanto yo te he mandado!

22 Estruendo de guerra en la tierra, inmensa ruina.

23 ¿Cómo ha sido roto en pedazos el martillo de toda la tierra? ¿Cómo ha venido a ser Babel horror entre las gentes?

24 Soy yo quien te ha tendido la red, y has quedado presa, ¡oh Babel! sin que te dieses cuenta. Estás tomada, has sido apresada, porque provocaste a Yahvé.

25 Yahvé abrió sus arsenales, ha sacado las armas de su cólera, porque tenía un quehacer el Señor, Yahvé de los ejércitos, en la tierra de los caldeos.

26 Venid desde los últimos confines contra ella, abrid sus graneros, (haced de ella montones como de gavillas y destruid, que no quede nada.

27 Matad todos sus toros, que vayan al matadero. ¡Ay de ellos! les llegó su día, el tiempo de su castigo.

28 Rumor de tumulto de los fugitivos, de los que escapan de la tierra de Babel, anunciando en Sión la venganza de Yahvé, nuestro Dios; la venganza de su templo.'

29 Convocad contra Babel a los arqueros, a cuantos entesan el arco; cercadla, que no escape nadie; retribuidla según sus obras, haced con ella como ella hizo, pues se irguió contra Yahvé, contra el Santo de Israel.'

30 Por eso caerán sus jóvenes en sus plazas, y todos sus hombres de guerra perecerán aquel día.

31 Heme aquí contra ti, insolente, oráculo del Señor, Dios de los ejércitos. Ha llegado tu día, el día de tu castigo.

32 Vacila la insolente, caerá, y nadie podrá levantarla. Yo pegaré fuego a sus ciudades, que consumirá todos sus alrededores.

33 Así dice Yahvé de los ejércitos: Los hijos de Israel viven en la opresión, y con ellos los hijos de Judá. Cuantos los hicieron esclavos, los retienen, y rehusan soltarlos.

34 Pero su redentor es fuerte; su nombre es Yahvé de los ejércitos. El sabrá defender su causa, para dar reposo a la tierra y confusión a los habitantes de Babilonia.'

35 ¡Espada contra los caldeos — oráculo de Yahvé — y contra los moradores de Babel, contra sus grandes y contra sus sabios!

36 ¡Espada contra sus mentirosos adivinos, que serán tenidos por necios! ¡Espada contra sus hombres de guerra, que se llenarán de pavor!

37 ¡Espada contra sus caballos, y contra sus carros, y contra todas sus tropas auxiliares, que están en medio de ella, que se harán como mujeres! ¡Espada contra sus tesoros, que serán saqueados!

38 ¡Espada contra sus aguas, que se secarán! Porque es tierra de ídolos y se glorían por sus espantajos.

39 Por eso se convertirá en cubil de fieras y chacales, en morada de avestruces. Y no será más habitada, ni poblada por siglos.

40 Como destruyó Yahvé a Sodoma, a Gomorra y a las ciudades vecinas, no habitará hombre en ella, ni morará en ella hijo de hombre.

41 Ya viene del norte un pueblo, una nación grande; muchos reyes se alzan de los confines de la tierra.'

42 Empuñan el arco y el venablo, son crueles y sin piedad. Su estrépito es como el mugido del mar; montan caballos, vienen con todos los pertrechos de guerra contra ti, hija de Babel.'

43 El rey de Babel ha recibido la noticia, se le han caído los brazos, es presa de la angustia y de dolores, como de mujer en parto.

44 Vedlos, se lanzan como leones que suben de los boscajes del Jordán a los pastos siempre verdes. En un momento los hago partir y establezco allí a quien me place. ¿Pues quién como yo? ¿Quién me pedirá cuentas? ¿Quién es el pastor que podrá oponérseme?

45 Oíd, pues, los designios de Yahvé contra Babel, sus planes contra Caldea. Irán conducidos por lo más ruin del rebaño, y a su vista los pastizales se asombrarán.

46 Al rumor de la conquista de Babel temblará la tierra; sus ecos repercutirán en las naciones.'

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Jeremías 50

Jeremias 50 - Introducción

* La ruina de Babilonia. (1-3,8-16,21-32,35-46;) La redención del pueblo de Dios. (4-7,17-20,33,34)

Jeremias 50:1-7

1-7 El rey de Babilonia fue amable con Jeremías, sin embargo, el profeta debe predecir la ruina de ese reino. Si nuestros amigos son enemigos de Dios, no nos atrevemos a hablarles paz. Se habla de la destrucción de Babilonia como hecha a fondo. Aquí hay una palabra para el consuelo de los judíos. Regresarán primero a su Dios, luego a su propia tierra; La promesa de su conversión y reforma da paso a las otras promesas. Sus lágrimas no fluyen del dolor del mundo, como cuando entraron en cautiverio, sino del dolor piadoso. Buscarán al Señor como su Dios, y no tendrán más que ver con ídolos. Pensarán en regresar a su propio país. Esto representa el regreso de las pobres almas a Dios. En los conversos verdaderos hay deseos sinceros de alcanzar el fin, y preocupaciones constantes por mantenerse en el camino. Su caso actual es lamentado como muy triste. Los pecados de los cristianos profesos nunca excusarán a quienes se regocijan en destruirlos.

Jeremias 50:8-20

8-20 La desolación que será traída sobre Babilonia se expone en una variedad de expresiones. La causa de esta destrucción es la ira del Señor. Babilonia estará completamente desolada; porque ella pecó contra el Señor. El pecado hace de los hombres una marca para las flechas de los juicios de Dios. La misericordia prometida al Israel de Dios, no solo acompañará, sino que surgirá de la destrucción de Babilonia. Estas ovejas serán recogidas de los desiertos, y puestas nuevamente en buenos pastos. Todos los que regresen a Dios y su deber, encontrarán satisfacción del alma al hacerlo. Las liberaciones de los problemas son, de hecho, comodidades, cuando son frutos del perdón del pecado.

Jeremias 50:21-32

21-32 Las fuerzas están reunidas y facultadas para destruir Babilonia. Déjelos hacer lo que Dios exige, y llevarán a cabo lo que él amenaza. El orgullo de los corazones de los hombres pone a Dios en contra de ellos, y los madura a la velocidad de la ruina. El orgullo de Babilonia debe ser su ruina; ella ha estado orgullosa contra el Santo de Israel; ¿Quién puede mantener a aquellos a quienes Dios arrojará?

Jeremias 50:33-46

33-46 El consuelo de Israel en la angustia es que, aunque son débiles, su Redentor es fuerte. Esto puede aplicarse a los creyentes, que se quejan del dominio del pecado y la corrupción, y de su propia debilidad y múltiples enfermedades. Su Redentor puede cumplir lo que le confían; y el pecado no tendrá dominio sobre ellos. Les dará ese descanso que queda para el pueblo de Dios. También aquí está el pecado de Babilonia y su castigo. Los pecados son, idolatría y persecución. El que no salvará a su pueblo en sus pecados, nunca tolerará la maldad de sus enemigos abiertos. Los juicios de Dios por estos pecados los destruirán. En los juicios denunciados contra la próspera Babilonia y las misericordias prometidas para afligir a Israel, aprendemos a elegir sufrir la aflicción con el pueblo de Dios, en lugar de disfrutar los placeres del pecado por una temporada.


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Biblia Nácar-Colunga

Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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