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Jeremías 38 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Jeremías 38

1 Oyeron Safatías, hijo de Matan; Guedelías, hijo de Pasjur; Jucal, hijo de Selemías, y Pasjur, hijo de Melquías, que Jeremías decía delante de todo el pueblo:'

2 Así dice Yahvé: Todos cuantos se queden en esta ciudad morirán de espada, de hambre y de peste; el que huya a los caldeos vivirá y tendrá la vida por botín.'

3 Así dice Yahvé: Con toda certeza, esta ciudad caerá en manos del ejército del rey de Babilonia, que la tomará.

4 Y dijeron los magnates al rey: Hay que matar a ese hombre, porque con eso hace flaquear las manos de los guerreros que quedan en la ciudad, y las de todo el pueblo, diciéndoles cosas tales. Este hombre no busca la paz de este pueblo, sino su mal.

5 Díjoles el rey Sedecías: En vuestras manos está, pues no puede el rey nada contra vosotros.

6 Prendieron, pues, a Jeremías y le metieron en la cisterna de Melquías, hijo del rey, que está en el vestíbulo de la cárcel, bajándole con cuerdas a la cisterna, en la que no había agua, aunque sí lodo, y quedó Jeremías metido en el lodo.

7 Oyó Abdemelec, etíope, eunuco de la casa real, que habían metido a Jeremías en la cisterna. El rey estaba entonces en la puerta de Benjamín.

8 Salió Abdemelec del palacio, y fue a decir al rey:

9 Rey, mi señor, han hecho mal esos hombres tratando así a Jeremías, profeta, metiéndole en la cisterna para que muera allí de hambre, pues no hay ya pan en la ciudad.

10 Mandó el rey a Abdemelec el etíope, diciéndole: Toma contigo tres hombres y saca de la cisterna a Jeremías antes de que muera.

11 Tomando, pues, consigo Abdemelec a los hombres, se dirigió al ropero del palacio, y tomó de allí unos cuantos vestidos usados y ropas viejas, que con cuerdas se hizo llegar a Jeremías en la cisterna.

12 Y dijo Abdemelec el etíope a Jeremías: Ponte estos trapos y ropas viejas debajo de los sobacos, sobre las cuerdas. Hízolo así Jeremías,

13 y sacaron con las cuerdas a Jeremías de la cisterna, y quedó Jeremías en el vestíbulo de la cárcel.

14 El rey Sedéelas mandó buscar a Jeremías y le hizo llevar junto a la tercera entrada del templo, y allí le dijo: Voy a preguntarte una cosa. No me ocultes nada.

15 Dijo Jeremías a Sedecías: Si te la digo, me harás matar; y si te doy un consejo, no lo seguirás.'

16 Hizo, pues, en secreto Sedecías a Jeremías este juramento: Vive Yahvé, que no ha dado la vida a nosotros, que no te daré la muerte y que no te entregaré a esos que buscan tu vida.

17 Dijo entonces Jeremías a Sedecías: Así dice Yahvé de los ejércitos: Si sales y vas a entregarte a los jefes del rey de Babilonia, salvarás tu vida, y esta ciudad no será dada a las llamas, te salvarás tú y tu familia;'

18 pero, si no sales a entregarte a los jefes del rey de Babilonia, caerá esta ciudad en manos de los caldeos, que la incendiarán, y tú no te escaparás de sus manos.

19 Y dijo el rey Sedecías a Jeremías: Temo que me entreguen a los judíos que se han pasado a los caldeos, y aquéllos me escarnezcan.

20 Contestóle Jeremías: No te entregarán. Oye lo que te digo de parte de Yahvé, y te saldrá bien y vivirás.

21 Y si no quieres salir, mira lo que me ha mostrado Yahvé:

22 Todas las mujeres que han quedado en el palacio serán llevadas a los jefes del rey de Babilonia, y he aquí que dirán: “¡Te han engañado y te han vencido tus amigos, han hundido en el lodo tus pies, te volvieron la espalda!”

23 Y todas las mujeres y tus hijos serán llevados a los caldeos, y tú no escaparás a sus manos, sino que serás entregado al rey de Babilonia, y esta ciudad será incendiada.

24 Dijo, pues, el rey Sedecías a Jeremías: Que nadie sepa nada de esto, y no morirás.

25 Si saben los magnates que he hablado contigo y vienen a decirte: Cuéntanos lo que has dicho al rey, no nos ocultes nada; si no, te mataremos, y dinos lo que el rey te ha dicho,'

26 les responderás: He suplicado al rey que no me haga volver a la casa de Jonatán, pues moriría allí.

27 Vinieron, en efecto, los magnates a Jeremías y le preguntaron; y él les dijo lo que el rey había mandado decir, y le dejaron, pues nada se había sabido.'

28 Quedó Jeremías en el vestíbulo de la guardia hasta el día en que fue tomada Jerusalén.

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Jeremías 38

Jeremias 38 - Introducción

* Jeremiah es arrojado a un calabozo, de donde es entregado por un etíope. (1-13) Él aconseja al rey que se rinda a los caldeos. (14-28)

Jeremias 38:1-13

1-13 Jeremías continuó en su simple predicación. Los príncipes continuaron en su malicia. Es común que las personas malvadas consideren a los fieles ministros de Dios como enemigos, porque muestran qué enemigos son los malvados para sí mismos mientras son impenitentes. Jeremías fue puesto en un calabozo. Muchos de los fieles testigos de Dios han sido privados de la prisión. Ebed-melech era etíope; Sin embargo, le habló fielmente al rey: Estos hombres hicieron mal en todo lo que le hicieron a Jeremías. Vea cómo Dios puede levantar amigos para su pueblo en apuros. Se dieron órdenes para la liberación del profeta, y Ebed-melech lo vio redactado. Que esto nos anime a aparecer con valentía ante Dios. Se toma nota especial de su ternura por Jeremías. ¿Qué contemplamos en los diferentes personajes entonces, pero lo mismo que vemos en los diferentes personajes ahora, que los hijos del Señor están conformados a su ejemplo, y los hijos de Satanás a su maestro?

Jeremias 38:14-28

14-28 Jeremías no se adelantó para repetir las advertencias, que parecían poner en peligro su propia vida, y aumentar la culpabilidad del rey, pero preguntó si temía hacer la voluntad de Dios. Cuanto menos temen los hombres a Dios, más temen a los hombres; a menudo no se atreven a actuar de acuerdo con sus propios juicios y conciencias.


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Biblia Nácar-Colunga

Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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