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Ezequiel 10 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Ezequiel 10

1 Y miré, y vi encima del firmamento que estaba sobre las cabezas de los querubines una como piedra de zafiro que aparecía sobre ellos como una semejanza de trono,

2 y habló Yahvé al hombre vestido de lino y le dijo: Ve por entre las ruedas de debajo de los querubines, y llena tus manos de las brasas encendidas que hay entre los querubines y échalas sobre la ciudad, y él fue a vista mía.

3 Los querubines se habían parado al lado derecho de la casa cuando el hombre fue, y una nube había llenado el atrio interior.

4 La gloria de Yahvé se alzó sobre el querubín al umbral de la casa, y ésta se llenó de la nube, y el atrio se llenó del esplendor de la gloria de Yahvé,

5 y el rumor de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, semejante a la voz de Dios omnipotente cuando habla.

6 Y como dio la orden al hombre vestido de lino, “toma del fuego de entre las ruedas de en medio de los querubines,” entró él y paróse entre las ruedas,

7 y uno de los querubines tendió la mano al fuego que entre ellos había, y tomó de él y lo puso en las palmas del que estaba vestido de lino, que lo tomó y salió.

8 Mostróse entonces en los querubines una forma de mano de hombre bajo sus alas.

9 Miré y vi cuatro ruedas junto a los querubines, una rueda al lado de uno y otra al lado de otro querubín. A la vista parecían las ruedas como de turquesa,

10 y en cuanto a su forma, las cuatro eran iguales, como rueda dentro de rueda.

11 Cuando se movían, iban a sus cuatro lados, y no se volvían atrás al marchar.

12 Todo el cuerpo de los querubines, dorso, manos y alas, y las ruedas, estaban todo en derredor llenos de ojos, y todos cuatro tenían cada uno su rueda.

13 A las ruedas, como yo lo oí, las llamaban torbellino.

14 Cada uno tenía cuatro aspectos: el primero, de toro; el segundo, de hombre; el tercero, de león, y el cuarto, de águila.'

15 Levantáronse los querubines. Eran los mismos seres vivientes que había visto junto al río Kebar.

16 Al moverse los querubines, se movían las ruedas a su lado, y cuando los querubines alzaban las alas para levantarse de tierra, las ruedas a su vez no se apartaban de su lado;'

17 cuando aquéllos se paraban, se paraban éstas, y cuando se alzaban aquéllos, se alzaban éstas con ellos, pues había en ellas espíritu de vida.

18 La gloria de Yahvé se quitó de sobre el umbral de la casa y se puso sobre los querubines,

19 y los querubines tendieron las alas y se alzaron de tierra a vista mía, y con ellos se alzaron las ruedas. Paráronse a la entrada de la puerta oriental de la casa de Yahvé, y la gloria del Dios de Israel estaba arriba sobre ellos.

20 Eran los mismos seres que había visto bajo el Dios de Israel junto al río Kebar, y supe que se llamaban querubines.

21 Cada uno tenía cuatro aspectos, y cada uno cuatro alas, y una semejanza de mano de hombre bajo las alas.

22 La semejanza de sus rostros era la de los que vi junto al río Kebar. Cada uno iba de frente a sí.

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Ezequiel 10

Ezequiel 10 - Introducción

* Una visión de la quema de la ciudad. (1-7) La gloria divina partiendo del templo. (8-22)

Ezequiel 10:1-7

1-7 El fuego tomado de entre las ruedas, debajo de los querubines, cap. Ezequiel 1:13, parece haber significado la ira de Dios para ser ejecutada sobre Jerusalén. Insinuó que el fuego de la ira divina, que enciende el juicio sobre un pueblo, es justo y santo; y en el gran día, la tierra y todas las obras que hay allí serán quemadas.

Ezequiel 10:8-22

8-22 Ezequiel ve el funcionamiento de la divina providencia en el gobierno del mundo inferior, y los asuntos de él. Cuando Dios está dejando a un pueblo descontento, los ángeles de arriba y todos los eventos de abajo, su partida aún más. El Espíritu de vida, el Espíritu de Dios, dirige a todas las criaturas, en el cielo y en la tierra, para que sirvan al propósito divino. Dios quita gradualmente a un pueblo provocador; y, cuando estén listos para partir, regresarían a ellos, si fueran personas arrepentidas y orantes. Que esto advierta a los pecadores que busquen al Señor mientras puede ser encontrado, y que lo invoquen mientras está cerca, y haga que todos caminemos humildemente y vigilantes con nuestro Dios.


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Biblia Nácar-Colunga

Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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