x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Comentarios





«

2 Corintios 8 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

×

2 Corintios 8

1 También quiero, hermanos, haceros conocer la gracia que Dios ha hecho a las iglesias de Macedonia,

2 que la gran tribulación con que han sido probados abundó en gozo y su extremada pobreza se convirtió en riqueza de su liberalidad.

3 Doy testimonio de que, según sus facultades y aun por encima de sus facultades, de iniciativa propia,

4 rápidamente nos rogaban que les hiciésemos la gracia de participar en el socorro a favor de los santos:

5 y no como esperábamos, sino que a sí mismos se entregaron, primeramente al Señor, y luego a nosotros, por la voluntad de Dios.

6 Así que encargamos a Tito que, según había comenzado, así también hiciese entre vosotros esta obra de caridad.

7 Y así como abundáis en todo, en fe, en palabra, en ciencia, en toda obra de celo y en amor hacia nosotros, así abundéis también en esta obra de caridad.

8 No os lo digo como imponiendo un precepto, sino en vista de la solicitud de otros y para que probéis lo sincero de vuestra caridad.

9 Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por amor nuestro, para que vosotros fueseis ricos por su pobreza;'

10 y os aconsejo esto, pues es lo que os conviene a vosotros, que, desde el año pasado, habéis sido los primeros no sólo en proponeros esta obra, sino en realizarla.

11 Procurad, pues, ahora llevarla a buen término, a fin de que, según la prontitud de la voluntad, así sea la ejecución de aquélla, conforme a vuestras facultades.

12 Cuando está pronta la voluntad, es acepta en la medida de lo que se tiene, no de lo que no se tiene,

13 porque no se trata de que, viviendo otros con desahogo, viváis vosotros en estrechez, sino que haya igualdad, y ahora

14 vuestra abundancia alivie la escasez de aquéllos, para que asimismo su abundancia alivie vuestra penuria, de manera que haya equidad,

15 según está escrito: “Ni el que recogió mucho abundaba, ni el que recogió poco estaba escaso.”

16 y gracias sean dadas a Dios, que puso en el corazón de Tito esta solicitud por vosotros,

17 pues no sólo acogió nuestro ruego, sino que, solícito, por propia iniciativa, partió a vosotros.

18 Y con él enviamos a otro hermano, cuyo elogio en la predicación del Evangelio está difundido por todas las iglesias:

19 y no sólo esto, sino que también fue elegido por las iglesias para compañero nuestro de viaje en esta obra de caridad que hacemos para gloria del mismo Señor y para cumplimiento de nuestra pronta voluntad,

20 mirando a que nadie nos vitupere con motivo de esta importante suma que administramos.

21 Pues procuramos hacer el bien, no sólo ante Dios, sino también ante los hombres.

22 Enviamos con ellos a nuestro hermano, cuya solicitud tenemos bien probada con frecuencia en muchos negocios, y ahora se ha mostrado muy solícito por la gran confianza que tiene en vosotros.

23 Por lo que hace a Tito, es mi compañero y cooperador entre vosotros; cuanto a nuestros hermanos, enviados son de las iglesias, gloria de Cristo.'

24 Mostrad, pues, para con ellos vuestra caridad a la faz de las iglesias y la verdad de los encomios que he hecho de vosotros.

×

2 Corintios 8

2 Corintios 8 - Introducción

El apóstol les recuerda las contribuciones caritativas para los santos pobres. (1-6) Lo hace por sus dones y por el amor y la gracia de Cristo. (7-9) Por la disposición que habían mostrado a esta buena obra. (10-15) Les recomienda a Tito. (16-24)

2 Corintios 8:1-6

1-6 La gracia de Dios debe ser considerada como la raíz y la fuente de todo lo bueno que hay en nosotros, o que hacemos, en cualquier momento. Es una gran gracia y favor de Dios, si nos hacemos útiles a los demás, y avanzamos en cualquier obra buena. Encomia la caridad de los macedonios. Lejos de necesitar que Pablo les inste, le rogaron que recibiera el don. Todo lo que utilicemos o dispongamos para Dios, no es más que darle lo que es suyo. Todo lo que demos para usos caritativos, no será aceptado por Dios, ni se convertirá en nuestra ventaja, a menos que primero nos entreguemos al Señor. Atribuyendo todas las obras realmente buenas a la gracia de Dios, no sólo damos la gloria a aquel a quien le corresponde, sino que también mostramos a los hombres dónde está su fuerza. El abundante gozo espiritual engrandece el corazón de los hombres en la obra y el trabajo del amor. ¡Qué diferente es esto de la conducta de aquellos que no se unen a ninguna obra buena, a menos que se les inste a ello!

2 Corintios 8:7-9

7-9 La fe es la raíz; y como sin fe no es posible agradar a Dios, Hebreos 11:6, así que los que abundan en la fe, abundarán también en otras gracias y buenas obras; y esto obrará y se mostrará por el amor. Los grandes habladores no siempre son los mejores hacedores; pero estos corintios eran diligentes para hacer, así como para saber y hablar bien. A todas estas cosas buenas, el apóstol desea que añadan también esta gracia: abundar en la caridad con los pobres. Los mejores argumentos para los deberes cristianos, se extraen de la gracia y el amor de Cristo. Aunque era rico, por ser Dios, igual en poder y gloria al Padre, no sólo se hizo hombre por nosotros, sino que también se hizo pobre. Al final se vació, por así decirlo, para rescatar sus almas con su sacrificio en la cruz. De qué riqueza, Señor bendito, a qué pobreza descendiste por nosotros, y a qué riqueza nos has hecho avanzar con tu pobreza. Es nuestra felicidad estar totalmente a tu disposición.

2 Corintios 8:10-15

10-15 Los buenos propósitos son como los capullos y las flores, agradables de contemplar, y dan esperanzas de buenos frutos; pero se pierden, y no significan nada sin las buenas obras. Los buenos comienzos son buenos, pero perdemos el beneficio si no hay perseverancia. Cuando los hombres se proponen lo que es bueno, y se esfuerzan, según su capacidad, por realizarlo también, Dios no los rechazará por lo que no está en su poder hacer. Pero esta escritura no justificará a los que piensan que las buenas intenciones son suficientes, o que los buenos propósitos, y la mera profesión de una mente dispuesta, son suficientes para salvar. La Providencia da a algunos más de las cosas buenas de este mundo, y a otros menos, para que los que tienen abundancia puedan suplir a otros que están en necesidad. Es la voluntad de Dios que, al abastecernos mutuamente, haya una especie de igualdad; no una nivelación tal que destruya la propiedad, pues en tal caso no podría haber ejercicio de la caridad. Todos deben pensar en aliviar a los necesitados. Así lo demuestra la recolección y distribución del maná en el desierto, Éxodo 16:18. Los que tienen la mayor parte de este mundo, no tienen más que comida y vestimenta; y aquellos que tienen muy poco de este mundo, rara vez están sin ellos.

2 Corintios 8:16-24

16-24 El apóstol encomienda a los hermanos enviados a recoger su caridad, para que se sepa quiénes son y con qué seguridad se puede confiar en ellos. Es deber de todos los cristianos actuar con prudencia; impedir, en la medida de lo posible, toda sospecha injusta. Es necesario, en primer lugar, actuar con rectitud a los ojos de Dios, pero también hay que atender a las cosas honestas a los ojos de los hombres. Un carácter claro, así como una conciencia pura, son requisitos para la utilidad. Ellos dieron gloria a Cristo como instrumentos, y obtuvieron el honor de Cristo de ser considerados fieles, y empleados en su servicio. La buena opinión que otros tienen de nosotros, debe ser un argumento para que hagamos el bien.


»

Biblia Nácar-Colunga

Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos