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1 Samuel 15 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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1 Samuel 15

1 Samuel dijo a Saúl: “A mí me envió Yahvé para que te ungiera rey de su pueblo, Israel. Escucha, pues, ahora lo que te dice Yahvé:

2 Así habla Yahvé Sebaot: Tengo presente lo que hizo Amalee contra Israel cuando le cerró el camino a su salida de Egipto. Ve, pues, ahora y castiga a Amalee,

3 y da al anatema cuanto es suyo. No perdones: mata a hombres, mujeres y niños, aun los de pecho; bueyes y ovejas, camellos y asnos.'

4 Dio, pues, Saúl la orden al pueblo y lo congregó en Telam. Contó doscientos mil infantes y diez mil hombres de Judá.

5 Avanzó Saúl hasta las ciudades de Amalee y puso una emboscada en el torrente;'

6 y dijo a los quíneos: “Id, retiraos, salid de en medio de Amalee, no sea que os veáis envueltos con él; pues vosotros tratasteis con benevolencia a los hijos de Israel cuando subían de Egipto.” Retiráronse, pues, de Amalee los quíneos.'

7 Saúl batió a Amalee desde E vila hasta Sur, frente a Egipto.

8 Cogió vivo a Agag, rey de Amalee, y dio al anatema a todo el pueblo, pasándolo a filo de espada.

9 Pero Saúl y el pueblo dejaron con vida a Agag y las mejores ovejas y los mejores bueyes, los más gordos y cebados, y los corderos, no dándolos al anatema, y destruyendo solamente lo malo y sin valor.

10 Yahvé dirigió a Samuel su palabra, diciendo:

11 “Estoy arrepentido de haber hecho rey a Saúl, pues se aparta de mí y no hace lo que digo.” Samuel se entristeció y estuvo clamando a Yahvé toda la noche;'

12 y levantándose de mañana para ir al encuentro de Saúl, supo que había ido al Carmelo, donde se había alzado un monumento, y de vuelta, pasando más allá, había bajado a Gálgala.

13 Dirigióse, pues, a donde estaba Saúl, y le dijo Saúl: “Bendito seas de Yahvé. He cumplido la orden de Yahvé.”

14 Samuel le contestó: “¿Qué es entonces ese balar de ovejas que llega a mis oídos y ese mugir de bueyes que oigo?”

15 Saúl respondió: “Los han traído de Amalee, pues el pueblo ha reservado las mejores ovejas y los mejores bueyes para los sacrificios de Yahvé, tu Dios; el resto ha sido dado al anatema.”

16 Samuel dijo entonces a Saúl: “Basta; voy a darte a conocer lo que Yahvé me ha dicho esta noche.” Saúl le dijo: “Habla.”

17 Samuel dijo: “¿No es verdad que, hallándote tú pequeño a tus propios ojos, has venido a ser el jefe de las tribus de Israel y te ha ungido Yahvé rey sobre Israel?

18 Yahvé te dio una misión, diciéndote: Ve y da al anatema a esos pecadores de Amalee y combátelos hasta exterminarlos.

19 ¿Por qué no has obedecido al mandato de Yahvé y te has echado sobre el botín, haciendo mal a los ojos de Yahvé?”

20 Saúl contestó a Samuel: “Yo he obedecido el mandato de Yahvé y he seguido el camino que me ordenó Yahvé: he destruido a los amalecitas y he traído a Agag, rey de Amalee.

21 El pueblo ha tomado del botín esas ovejas y esos bueyes, como primicias de lo dado al anatema, para sacrificarlos a Yahvé, su Dios, en Gálgala.”

22 Pero Samuel repuso: “¿No quiere mejor Yahvé la obediencia a sus mandatos que no los holocaustos y las víctimas? Mejor es la obediencia que las víctimas. Y mejor escuchar que ofrecer el sebo de los carneros.

23 Tan pecado es la rebelión como la superstición, y la resistencia como la idolatría. Pues que tú has rechazado el mandato de Yahvé, él te rechaza también a ti como rey.”

24 Dijo entonces Saúl a Samuel: “He pecado traspasando el mandamiento de Yahvé y tus palabras; temí al pueblo y le escuché. Perdona, pues, te ruego, mi pecado,'

25 y vuélvete conmigo para adorar a Yahvé.”

26 Samuel le contestó: “No me volveré contigo, porque tú rechazaste el mandato de Yahvé, y Yahvé te rechaza a ti para que no reines en Israel.”

27 Volvióse Samuel para irse, pero Saúl le cogió por la orla del manto, que se rompió;'

28 y le dijo Samuel: “Hoy ha roto Yahvé de sobre ti el reino para entregárselo a otro mejor que tú;'

29 y el Esplendor de Israel no se doblegará, no se arrepentirá, pues no es un hombre para que se arrepienta.”

30 Saúl dijo: “He pecado; pero hónrame ahora, te lo ruego, en presencia de los ancianos de mi pueblo y en presencia de Israel, y ven conmigo a adorar a Yahvé, tu Dios.”

31 Volvióse Samuel y siguió a Saúl, y éste adoró a Yahvé.

32 Samuel dijo: “Traedme a Agag, rey de Amalee”; y Agag se acercó a él, temblando, y dijo: “¡Qué amarga es la muerte!”

33 Samuel repuso: “Así como a tantas madres privó tu espada de hijos, así será entre las mujeres tu madre privada de su hijo.” Y destrozó a Agag ante Yahvé, en Gálgala.

34 Partióse Samuel para Rama, y Saúl subió a su casa de Gueba de Saúl.

35 No volvió Samuel a ver a Saúl hasta el día de su muerte, pero se lamentaba por Saúl de que se hubiera Yahvé arrepentido de haberle hecho rey de Israel.

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1 Samuel 15

1 Samuel 15 - Introducción

* Saúl enviado a destruir a Amalek. (1-9) Saúl se excusa y se felicita a sí mismo. (10-23) la humillación imperfecta de Saúl. (24-31) Agag asesinado, Samuel y Saúl se separan. (32-35)

1 Samuel 15:1-9

1-9 La sentencia de condena contra los amalecitas se había extendido mucho antes, Éxodo 17:14; Deuteronomio 25:19, pero se habían salvado hasta que llenaran la medida de sus pecados. Estamos seguros de que el Señor justo no hace injusticia a nadie. El recordar la bondad de los antepasados ​​de los kenitas, a favor de ellos, en el momento en que Dios castigaba las heridas causadas por los antepasados ​​de los amalecitas, tendía a limpiar la justicia de Dios en esta dispensación. Es peligroso encontrarse en compañía de los enemigos de Dios, y es nuestro deber e interés salir de entre ellos, no sea que compartamos sus pecados y plagas, Apocalipsis 18:4. Como el mandamiento había sido expreso, y una prueba de la obediencia de Saúl, su conducta evidentemente fue el efecto de un espíritu orgulloso y rebelde. Destruyó solo la basura, eso fue bueno por poco. Lo que ahora fue destruido fue sacrificado a la justicia de Dios.

1 Samuel 15:10-23

10-23 El arrepentimiento en Dios no es un cambio de opinión, como lo es en nosotros, sino un cambio de método. El cambio fue en Saúl; "Se ha vuelto de seguirme". De este modo, hizo de Dios su enemigo. Samuel pasó una noche entera suplicando por Saúl. El rechazo de los pecadores es el dolor de los creyentes: Dios no se deleita en su muerte, ni nosotros debemos hacerlo. Saúl se jacta a Samuel de su obediencia. Así, los pecadores piensan, al justificarse, escapar de ser juzgados por el Señor. El ruido que hizo el ganado, como el óxido de la plata, Santiago 5:3, fue testigo en su contra. Muchos se jactan de obedecer el mandato de Dios; pero, ¿qué significa entonces su indulgencia de la carne, su amor al mundo, su espíritu enojado y cruel, y su negligencia de los deberes sagrados, que testifican contra ellos? Vea de qué codicia malvada es la raíz; y vea cuál es la pecaminosidad del pecado, y observe que en él, lo que por encima de cualquier otra cosa lo hace malo ante los ojos del Señor; es desobediencia: "No obedeciste la voz del Señor". Los corazones carnales y engañosos, como Saúl, piensan disculparse de los mandamientos de Dios por lo que les agrada. Es difícil convencer a los niños de la desobediencia. Pero la obediencia humilde, sincera y concienzuda a la voluntad de Dios es más agradable y aceptable para él que todos los holocaustos y sacrificios. Dios es más glorificado y se niega más a sí mismo, por obediencia que por sacrificio. Es mucho más fácil traer un becerro o cordero para quemarlo en el altar, que poner cada pensamiento elevado en obediencia a Dios, y someter nuestra voluntad a su voluntad. Esos no son aptos e indignos de gobernar sobre los hombres, que no están dispuestos a que Dios los gobierne.

1 Samuel 15:24-31

24-31 Hubo varios signos de hipocresía en el arrepentimiento de Saúl.

1. Solo rogó a Samuel, y parecía ansioso por mantenerse en su opinión y ganar su favor.

2. Excusa su culpa, incluso cuando la confiesa; ese nunca es el camino de un verdadero penitente.

3. Lo único que le importaba era salvar su crédito y preservar su interés en la gente. Los hombres son volubles y alteran sus mentes, son débiles y no pueden afectar sus propósitos; sucede algo que no podían prever, por el cual se rompen sus medidas; pero con Dios no es así. La fuerza de Israel no mentirá.

1 Samuel 15:32-35

32-35 Muchos piensan que la amargura de la muerte ya pasó cuando no pasó; ponen ese día malo lejos de ellos, que está muy cerca. Samuel llama a Agag para dar cuenta de sus propios pecados. Siguió el ejemplo de la crueldad de sus antepasados, justamente, por lo tanto, se requiere toda la sangre justa derramada por Amalek. Saúl parece indiferente ante la muestra del disgusto de Dios bajo el cual yacía, pero Samuel llora día y noche por él. Jerusalén estaba carnalmente segura mientras Cristo lloró sobre ella. ¿Deseamos hacer toda la voluntad de Dios? Vuélvete hacia él, no en forma y apariencia, sino con sinceridad.


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Biblia Nácar-Colunga

Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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