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2 Corintios 6 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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2 Corintios 6

1 Y cooperadores, también exhortamos a que en vano la gracia de Dios no recibáis

2 (pues dice: Is. 49,8 En tiempo acepto te he escuchado, y en día de salud ayudádote; he aquí ahora tiempo acepto; he aquí ahora día de salud);

3 ninguna, en nada, dando ofensa, para que no se vitupere el ministerio;

4 sino en todo recomendándonos como de Dios ministros, en paciencia mucha, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;

5 en golpes, en prisiones; en sediciones; en fatigas, en vigilias, en ayunos;

6 en castidad, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en Espíritu Santo, en caridad infingida,

7 en palabra de verdad, en virtud de Dios; por las armas de la justicia, las diestras y las siniestras(a) ;

8 por gloria y deshonra, por infamia y buena fama; como seductores, y veraces;

9 como desconocidos, y conocidos; como muriendo, y he aquí vivimos; como castigados, y no occisos;

10 como entristecidos, y siempre gozando; como pobres, pero a muchos enriqueciendo; como nada teniendo, y todo poseyendo.

11 Nuestra boca abierta está para vosotros, corintios; nuestro corazón dilatado está;

12 no os angustiáis en nosotros(b) , pero os angustiáis en vuestras entrañas;

13 pero, al mismo galardón (como a hijos digo), dilataos también vosotros.

14 No os hagáis diversamente enyugados(c) con infieles; pues ¿qué compañía a justicia e iniquidad? ¿o qué comunión a luz con tinieblas?

15 ¿Y qué armonía de Cristo con Belial? ¿o qué parte a fiel con infiel?

16 ¿Y qué convenio a templo de Dios con ídolos? Pues nosotros templo de Dios somos vivientes; según dijo Dios: que habitaré en ellos e iréme caminando en ellos; y seré su Dios; y ellos serán mi pueblo.

17 Por lo cual salid de en medio de ellos, y separaos, dice Dios; y a cosa impura no adhiráis; y yo acogeréos;

18 y seréos en padre y vosotros seréisme en hijos e hijas, dice Señor Omnipotente.

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2 Corintios 6

2 Corintios 6 - Introducción

El apóstol, junto con otros, demostraron ser fieles ministros de Cristo, por su vida y comportamiento intachables. (1-10) Por su afecto hacia ellos, y por su ferviente preocupación de que no tuvieran comunión con los incrédulos e idólatras. (11-18)

2 Corintios 6:1-10

1-10  El evangelio es una palabra de gracia que suena en nuestros oídos. El día del evangelio es un día de salvación, los medios de gracia son medios de salvación, las ofertas del evangelio son ofertas de salvación, y el tiempo presente es el tiempo apropiado para aceptar estas ofertas. El día de mañana no es nuestro: no sabemos lo que habrá en el día de mañana, ni dónde estaremos. Ahora disfrutamos de un día de gracia; entonces, que todos tengan cuidado de no descuidarlo. Los ministros del evangelio deben considerarse a sí mismos como siervos de Dios, y actuar en todo lo que corresponda a ese carácter. El apóstol así lo hizo, con mucha paciencia en las aflicciones, actuando desde los buenos principios, y con el debido temperamento y comportamiento. Los creyentes, en este mundo, necesitan la gracia de Dios para armarse contra las tentaciones, para soportar la buena reputación de los hombres sin orgullo, y para soportar sus reproches con paciencia. No tienen nada en sí mismos, sino que lo poseen todo en Cristo. De tales diferencias se compone la vida de un cristiano, y a través de tal variedad de condiciones e informes, es nuestro camino al cielo; y debemos tener cuidado en todas las cosas para aprobarnos ante Dios. El Evangelio, cuando se predica fielmente y se recibe plenamente, mejora la condición incluso de los más pobres. Ahorran lo que antes gastaban desenfrenadamente, y emplean diligentemente su tiempo en fines útiles. Ahorran y ganan por medio de la religión, y así se enriquecen, tanto para el mundo venidero como para éste, en comparación con su estado pecaminoso y despilfarrador, antes de recibir el evangelio.

2 Corintios 6:11-18

11-18 Es un error que los creyentes se unan a los malvados y profanos. La palabra incrédulo se aplica a todos los desprovistos de la verdadera fe. Los verdaderos pastores amonestarán a sus amados hijos en el evangelio, para que no se unan en yugo desigual. Los efectos fatales de descuidar los preceptos de las Escrituras en cuanto a los matrimonios aparecen claramente. En lugar de una ayuda, la unión trae una trampa. Aquellos cuya cruz es estar unidos desigualmente, sin su culpa voluntaria, pueden esperar consuelo bajo ella; pero cuando los creyentes entran en tales uniones, en contra de las advertencias expresas de la palabra de Dios, deben esperar angustia. La precaución se extiende también a la conversación común. No debemos unirnos en amistad y conocimiento con hombres malvados e incrédulos. Aunque no podemos evitar del todo ver y oír, y estar con ellos, nunca debemos elegirlos como amigos. No debemos contaminarnos conversando con los que se contaminan con el pecado. Salid de los obreros de la iniquidad, y apartaos de sus vanos y pecaminosos placeres y búsquedas; de toda conformidad con las corrupciones de este presente mundo malo. Si es un privilegio envidiado ser hijo o hija de un príncipe terrenal, ¿quién puede expresar la dignidad y la felicidad de ser hijos e hijas del Todopoderoso?


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Biblia Version Septuaginta en español

Natalio Fernández Marcos y María Victoria Spottorno Díaz © Traductores

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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