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Salmos 132 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Salmos 132

SALMO 132Cántico de ascenso gradual.

Plegaria por el santuario

1 Acuérdate, Señor, de David, de toda su aflicción;

2 de cómo juró al Señor, y prometió al Poderoso de Jacob:

3 Ciertamente no entraré en mi casa, ni en mi lecho me acostaré;

4 no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento,

5 hasta que halle un lugar para el Señor, una morada para el Poderoso de Jacob.

6 He aquí, oímos de ella en Efrata; la hallamos en los campos de Jaar.

7 Entremos a sus moradas; postrémonos ante el estrado de sus pies.

8 Levántate, Señor, al lugar de tu reposo; tú y el arca de tu poder.

9 Vístanse de justicia tus sacerdotes; y canten con gozo tus santos.

10 Por amor a David tu siervo, no hagas volver el rostro de tu ungido.

11 El Señor ha jurado a David una verdad de la cual no se retractará: De tu descendencia pondré sobre tu trono.

12 Si tus hijos guardan mi pacto, y mi testimonio que les enseñaré, sus hijos también ocuparán tu trono para siempre.

13 Porque el Señor ha escogido a Sión; la quiso para su habitación.

14 Este es mi lugar de reposo para siempre; aquí habitaré, porque la he deseado.

15 Su provisión bendeciré en abundancia; de pan saciaré a sus pobres.

16 A sus sacerdotes también vestiré de salvación, y sus santos darán voces de júbilo.

17 Allí haré surgir el poder de David; he preparado una lámpara para mi ungido.

18 A sus enemigos cubriré de vergüenza, mas sobre él resplandecerá su corona.

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Salmos 132

Salmo 132 - Introducción

* El cuidado de David por el arca. (1-10) Las promesas de Dios. (11-18)

Salmo 132:1-10

1-10 David se comprometió a encontrar un lugar para el Señor, para el arca, la señal de la presencia de Dios. Cuando hay que hacer un trabajo para el Señor, es bueno atarnos a un tiempo. Es bueno en la mañana fijar el trabajo del día, con sumisión a la Providencia, porque no sabemos qué puede traer un día. Y primero debemos, y sin demora, tratar de que nuestros propios corazones sean habitados por Dios a través del Espíritu. Ora para que Dios tome su vivienda en la habitación que había construido; que daría gracia a los ministros del santuario para cumplir con su deber. David suplica que él era el ungido del Señor, y esto él lo declara como un tipo de Cristo, el gran Ungido. No tenemos méritos propios para suplicar; pero, por Su causa, en quien hay plenitud de mérito, encontremos favor. Y cada verdadero creyente en Cristo, es ungido, y ha recibido del Santo el aceite de la verdadera gracia. La petición es que Dios no se aleje, sino que escuche y responda a sus peticiones por el bien de su Hijo.

Salmo 132:11-18

11-18 El Señor nunca se aparta de nosotros cuando suplicamos el pacto con su Profeta, Sacerdote y Rey ungido. ¡Cuán vasto es el amor de Dios al hombre, que él hable así sobre su iglesia! Es su deseo morar con nosotros; ¡pero qué poco deseamos morar con él! Se quedó en Sión hasta que los pecados de Israel le hicieron entregarlos a los spoilers. No nos abandones, oh Dios, y no nos liberes de la misma manera, aunque pecaminosos somos. El pueblo de Dios tiene una bendición especial sobre los placeres comunes, y esa bendición les otorga una dulzura peculiar. Los pobres de Sion tienen razones para contentarse con un poco de este mundo, porque tienen mejores cosas preparadas para ellos. Dios bendecirá abundantemente el alimento del nuevo hombre y satisfará a los pobres en espíritu con el pan de vida. Él da más de lo que pedimos, y cuando da la salvación, dará abundante alegría. Dios no traería nada a cada diseño formado para destruir la casa de David, hasta que el Rey Mesías surgiera de ella, para sentarse en el trono de su Padre. En él se centran todas las promesas. Sus enemigos, que no lo tendrán para reinar sobre ellos, estarán en el último día vestidos de vergüenza y confusión para siempre.


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La Biblia de las América

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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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