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Jeremías 34 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Jeremías 34

Profecía contra Sedequías

1 Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor, cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército y todos los reinos de la tierra que estaban bajo su dominio y todos los pueblos peleaban contra Jerusalén y contra todas sus ciudades, diciendo:

2 Así dice el Señor, Dios de Israel: «Ve y habla a Sedequías, rey de Judá, y dile: “Así dice el Señor: ‘He aquí, yo entrego esta ciudad en manos del rey de Babilonia, y él le prenderá fuego.

3 Y tú no escaparás de su mano, sino que ciertamente serás capturado y entregado en su mano; tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y él te hablará cara a cara, y a Babilonia irás’ ” ».

4 Sin embargo, oye la palabra del Señor, oh Sedequías, rey de Judá. Así dice el Señor acerca de ti: «No morirás a espada;

5 en paz morirás. Como quemaron especias por tus padres, los reyes anteriores que te precedieron, así quemarán especias por ti, y con “¡Ay, señor!” harán lamento por ti»: Porque yo he hablado la palabra —declara el Señor.

6 Entonces habló el profeta Jeremías a Sedequías, rey de Judá, todas estas palabras en Jerusalén

7 mientras el ejército del rey de Babilonia peleaba contra Jerusalén y contra todas las ciudades que quedaban en Judá, es decir, Laquis y Azeca, pues solo estas quedaban como ciudades fortificadas entre las ciudades de Judá.

8 Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor, después que el rey Sedequías había hecho un pacto con todo el pueblo que había en Jerusalén para proclamarles libertad:

9 que cada uno debía poner en libertad a su siervo y a su sierva hebreos, para que nadie retuviera a un judío, hermano suyo, en servidumbre.

10 Y obedecieron todos los oficiales y todo el pueblo que habían entrado en el pacto, de que cada uno dejara en libertad a su siervo y cada uno a su sierva, de modo que nadie los mantuviera más en servidumbre; obedecieron y los pusieron en libertad.

11 Pero después se arrepintieron y volvieron a tomar a los siervos y a las siervas a quienes habían dejado en libertad, y los redujeron a servidumbre como siervos y como siervas.

12 Entonces vino la palabra del Señor a Jeremías, diciendo:

13 Así dice el Señor, Dios de Israel: «Yo hice un pacto con vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, diciendo:

14 “Al cabo de siete años cada uno de vosotros pondrá en libertad al hermano hebreo que le fue vendido y que le ha servido por seis años, y lo enviará libre de junto a sí; pero vuestros padres no me escucharon, ni inclinaron su oído.

15 Aunque recientemente os habíais arrepentido y habíais hecho lo que es recto ante mis ojos, cada uno proclamando libertad a su prójimo, habiendo hecho un pacto delante de mí en la casa que es llamada por mi nombre,

16 ahora os habéis vuelto atrás y profanado mi nombre, y cada uno ha tomado de nuevo a su siervo y cada uno a su sierva, a quienes habíais dejado libres según su deseo, y los habéis reducido a servidumbre como siervos y como siervas” ».

17 Por tanto, así dice el Señor: «Vosotros no me habéis obedecido proclamando libertad cada uno a su hermano y cada uno a su prójimo. He aquí, proclamo contra vosotros libertad» —declara el Señor— «a la espada, a la pestilencia y al hambre; y haré de vosotros motivo de espanto para todos los reinos de la tierra.

18 Y entregaré a los hombres que han transgredido mi pacto, que no han cumplido las palabras del pacto que hicieron delante de mí, cuando cortaron en dos el becerro y pasaron entre los pedazos,

19 a los oficiales de Judá, a los oficiales de Jerusalén, a los oficiales de la corte, a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra que pasaron entre los pedazos del becerro;

20 y los entregaré en manos de sus enemigos y en manos de los que buscan su vida. Sus cadáveres servirán de comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra.

21 Y a Sedequías, rey de Judá, y a sus oficiales los entregaré en manos de sus enemigos, en manos de los que buscan su vida y en manos del ejército del rey de Babilonia, que se ha retirado de vosotros.

22 He aquí, daré órdenes» —declara el Señor— «y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra ella, la tomarán y le prenderán fuego; y haré de las ciudades de Judá una desolación sin habitantes».

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Jeremías 34

Jeremias 34 - Introducción

* Se predijo la muerte de Sedequías en Babilonia. (1-7) Los judíos reprendieron por obligar a sus pobres hermanos a regresar a la esclavitud ilegal. (8-22)

Jeremias 34:1-7

1-7 Sedequías se le dice que la ciudad será tomada, y que morirá cautivo, pero que morirá de muerte natural. Es mejor vivir y morir penitente en una prisión, que vivir y morir impenitente en un palacio.

Jeremias 34:8-22

8-22 Un judío no debe ser mantenido en servidumbre por más de siete años. Esta ley ellos y sus padres habían violado. Y cuando había alguna esperanza de que se levantara el asedio, obligaron a los sirvientes que habían liberado a sus servicios nuevamente. Aquellos que piensan engañar a Dios mediante el arrepentimiento disimulado y la reforma parcial, ponen el mayor engaño sobre sus propias almas. Esto muestra que la libertad de pecar es realmente solo la libertad de tener los juicios más dolorosos. Es justo con Dios decepcionar las expectativas de misericordia, cuando decepcionamos las expectativas del deber. Y cuando la reforma surge solo del terror, rara vez dura. Los votos solemnes así celebrados, profanan las ordenanzas de Dios; y los que están más dispuestos a atarse apelando a Dios, generalmente están más dispuestos a romperlos. Miremos a nuestros corazones, para que nuestro arrepentimiento sea real, y cuidemos que la ley de Dios regule nuestra conducta.


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La Biblia de las América

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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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