x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Comentarios





«

Éxodo 33 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

×

Éxodo 33

La presencia del S
eñor

1 Entonces el Señor dijo a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que has sacado de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: «A tu descendencia la daré».

2 Y enviaré un ángel delante de ti, y echaré fuera al cananeo, al amorreo, al hitita, al ferezeo, al heveo y al jebuseo.

3 Sube a una tierra que mana leche y miel; pues yo no subiré en medio de ti, oh Israel, no sea que te destruya en el camino, porque eres un pueblo de dura cerviz.

4 Cuando el pueblo oyó esta mala noticia, hicieron duelo, y ninguno de ellos se puso sus atavíos.

5 Porque el Señor había dicho a Moisés: Di a los hijos de Israel: «Sois un pueblo de dura cerviz; si por un momento yo me presentara en medio de ti, te destruiría. Ahora pues, quítate tus atavíos, para que yo sepa qué he de hacer contigo».

6 Y a partir del monte Horeb los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos.

7 Y acostumbraba Moisés tomar la tienda, y la levantaba fuera del campamento a buena distancia de él, y la llamó la tienda de reunión. Y sucedía que todo el que buscaba al Señor salía a la tienda de reunión, que estaba fuera del campamento.

8 Y sucedía que cuando Moisés salía a la tienda, todo el pueblo se levantaba y permanecía de pie, cada uno a la entrada de su tienda, y seguía con la vista a Moisés hasta que él entraba en la tienda.

9 Y cuando Moisés entraba en la tienda, la columna de nube descendía y permanecía a la entrada de la tienda, y el Señor hablaba con Moisés.

10 Cuando todo el pueblo veía la columna de nube situada a la entrada de la tienda de reunión todos se levantaban y adoraban, cada cual a la entrada de su tienda.

11 Y acostumbraba hablar el Señor con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Cuando Moisés regresaba al campamento, su joven ayudante Josué, hijo de Nun, no se apartaba de la tienda.

Moisés responde al S

12 Y Moisés dijo al Señor: Mira, tú me dices: «Haz subir a este pueblo»; pero tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Además has dicho: «Te he conocido por tu nombre, y también has hallado gracia ante mis ojos».

13 Ahora pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me hagas conocer tus caminos para que yo te conozca y halle gracia ante tus ojos. Considera también que esta nación es tu pueblo.

14 Y Él respondió: Mi presencia irá contigo, y yo te daré descanso.

15 Entonces le dijo Moisés: Si tu presencia no va con nosotros, no nos hagas partir de aquí.

16 ¿Pues en qué se conocerá que he hallado gracia ante tus ojos, yo y tu pueblo? ¿No es acaso en que tú vayas con nosotros, para que nosotros, yo y tu pueblo, nos distingamos de todos los demás pueblos que están sobre la faz de la tierra?

17 Y el Señor dijo a Moisés: También haré esto que has hablado, por cuanto has hallado gracia ante mis ojos y te he conocido por tu nombre.

18 Entonces Moisés dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.

19 Y Él respondió: Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión.

20 Y añadió: No puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir.

21 Entonces el Señor dijo: He aquí, hay un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;

22 y sucederá que al pasar mi gloria, te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.

23 Después apartaré mi mano y verás mis espaldas; pero no se verá mi rostro.

×

Éxodo 33

Éxodo 33 - Introducción

* El Señor se niega a ir con Israel. (1-6) El tabernáculo de Moisés es retirado fuera del campamento. (7-11) Moisés desea ver la gloria de Dios. (12-23)

Éxodo 33:1-6

1-6 Los que Dios perdona deben saber lo que merecía su pecado. "Que sigan adelante tal como están", esto expresaba claramente el desagrado de Dios. Aunque promete cumplir su pacto con Abraham al darles Canaán, les niega las señales de su presencia con las que habían sido bendecidos. El pueblo se lamentó por su pecado. De todos los frutos amargos y consecuencias del pecado, los verdaderos penitentes lamentan y temen más la partida de Dios de ellos. Canaán en sí no sería una tierra agradable sin la presencia del Señor. Aquellos que se despojaron de ornamentos para mantener el pecado no podían hacer menos que desechar los adornos como señal de tristeza y vergüenza por él.

Éxodo 33:7-11

7-11 Moisés tomó el tabernáculo y lo levantó fuera del campamento. Esto parece haber sido un edificio temporal, erigido para el culto y donde él juzgaba las disputas entre el pueblo. El pueblo lo siguió; tenían un gran deseo de estar en paz con Dios y estaban ansiosos por saber lo que sucedería. La columna de nube, que se había retirado del campamento cuando este se había contaminado con la idolatría, ahora regresaba. Si nuestros corazones se vuelven hacia Dios para encontrarse con Él, Él vendrá graciosamente a encontrarnos.

Éxodo 33:12-23

12-23 Moisés se muestra muy ferviente en su súplica a Dios. De esta manera, a través de la intercesión de Cristo, no solo somos salvados de la perdición, sino que también adquirimos el derecho a la felicidad eterna. Observemos cómo argumenta. Encontramos gracia ante los ojos de Dios si encontramos gracia en nuestros corazones para guiarnos y animarnos en el camino de nuestro deber. Moisés habla como alguien que temía la idea de avanzar sin la presencia del Señor. Las promesas y la misericordia de Dios hacia nosotros no solo deberían alentar nuestra fe, sino también estimular nuestra fervorosidad en la oración. Observemos cómo avanza. Veamos, en un tipo, la intercesión de Cristo, que él vive para hacer constantemente por todos los que vienen a Dios por medio de él, y que no depende de nada en aquellos por quienes intercede. Moisés luego suplica ver la gloria de Dios y también es escuchado en eso. Una revelación completa de la gloria de Dios abrumaría incluso al propio Moisés. El hombre es insignificante y no es digno de ello; es débil y no podría soportarlo; es culpable y no podría sino temerlo. Solo la exhibición misericordiosa que se hace en Cristo Jesús puede ser soportada por nosotros. El Señor concedió lo que satisfaría abundantemente. La bondad de Dios es su gloria, y él quiere que lo conozcamos por la gloria de su misericordia, más que por la gloria de su majestuosidad. Sobre la roca había un lugar adecuado para que Moisés contemplara la bondad y la gloria de Dios. La roca en Horeb era un tipo de Cristo la Roca; la Roca de refugio, salvación y fortaleza. Felices son aquellos que están sobre esta Roca. La hendidura puede ser un emblema de Cristo, como herido, crucificado, lacerado y muerto. Lo que sigue denota el conocimiento imperfecto de Dios en el estado presente, incluso como se revela en Cristo; porque esto, cuando se compara con la visión celestial de Él, es como ver a un hombre que ya ha pasado, cuya espalda es lo único que se puede ver. Dios en Cristo, tal como es, incluso las manifestaciones más completas y brillantes de su gloria, gracia y bondad, están reservadas para otro estado.


»

La Biblia de las América

Copyright (c) 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos