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Esdras 10 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Esdras 10

Expulsión de las mujeres extranjeras

1 Mientras Esdras oraba y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, una gran asamblea de Israel, hombres, mujeres y niños se juntó a él; y el pueblo lloraba amargamente.

2 Y Secanías, hijo de Jehiel, uno de los hijos de Elam, respondió, y dijo a Esdras: Hemos sido infieles a nuestro Dios, y nos hemos casado con mujeres extranjeras de los pueblos de esta tierra; pero todavía hay esperanza para Israel a pesar de esto.

3 Hagamos ahora un pacto con nuestro Dios de despedir a todas las mujeres y a sus hijos, conforme al consejo de mi señor y de los que tiemblan ante el mandamiento de nuestro Dios; y que sea hecho conforme a la ley.

4 Levántate, porque este asunto es tu responsabilidad, pero estaremos contigo; anímate y hazlo.

5 Esdras se levantó e hizo jurar a los principales sacerdotes, a los levitas y a todo Israel que harían conforme a esta propuesta; y ellos juraron.

6 Después se levantó Esdras de delante de la casa de Dios y entró a la cámara de Johanán, hijo de Eliasib. Aunque entró allí, no comió pan ni bebió agua, porque hacía duelo a causa de la infidelidad de los desterrados.

7 E hicieron una proclama en Judá y Jerusalén a todos los desterrados para que se reunieran en Jerusalén,

8 y a cualquiera que no viniera dentro de tres días, conforme al consejo de los jefes y de los ancianos, le serían confiscadas todas sus posesiones y él mismo sería excluido de la asamblea de los desterrados.

9 Se reunieron, pues, todos los hombres de Judá y Benjamín en Jerusalén dentro de los tres días. Era el mes noveno, el día veinte del mes, y todo el pueblo se sentó en la plaza delante de la casa de Dios, temblando a causa de este asunto y de la intensa lluvia.

10 Entonces se levantó el sacerdote Esdras y les dijo: Vosotros habéis sido infieles y os habéis casado con mujeres extranjeras añadiendo así a la culpa de Israel.

11 Ahora pues, confesad al Señor, Dios de vuestros padres, y haced su voluntad; separaos de los pueblos de esta tierra y de las mujeres extranjeras.

12 Y toda la asamblea respondió, y dijo a gran voz: ¡Está bien! Tal como has dicho es nuestro deber hacer.

13 Solo que el pueblo es numeroso, y es la temporada de lluvia, y no podemos permanecer fuera. Tampoco se puede hacer todo en un solo día ni en dos, porque hemos pecado en gran manera en este asunto.

14 Que nuestros jefes representen toda la asamblea y que todos aquellos en nuestras ciudades que se han casado con mujeres extranjeras vengan en tiempos señalados, junto con los ancianos y jueces de cada ciudad, hasta que la tremenda ira de nuestro Dios a causa de este asunto se aparte de nosotros.

15 Solamente Jonatán, hijo de Asael, y Jahazías, hijo de Ticva, se opusieron a esto, con Mesulam y el levita Sabetai respaldándolos.

16 Pero los desterrados sí lo hicieron. Y el sacerdote Esdras designó a hombres jefes de casas paternas por cada una de sus casas paternas, todos ellos por nombre. Y se reunieron el primer día del décimo mes para investigar el asunto.

17 Terminaron de investigar a todos los hombres que se habían casado con mujeres extranjeras el primer día del mes primero.

18 Entre los hijos de los sacerdotes que se habían casado con mujeres extranjeras se encontraron, de los hijos de Jesúa, hijo de Josadac, y de sus hermanos: Maasías, Eliezer, Jarib y Gedalías.

19 (Ellos juraron despedir a sus mujeres, y siendo culpables, ofrecieron un carnero del rebaño por su delito.)

20 De los hijos de Imer: Hananí y Zebadías;

21 de los hijos de Harim: Maasías, Elías, Semaías, Jehiel y Uzías;

22 de los hijos de Pasur: Elioenai, Maasías, Ismael, Natanael, Jozabad y Elasa.

23 Entre los levitas: Jozabad, Simei, Kelaía, (es decir, Kelita), Petaías, Judá y Eliezer.

24 De los cantores: Eliasib, y de los porteros: Salum, Telem y Uri.

25 También entre los de Israel: de los hijos de Paros: Ramía, Jezías, Malquías, Mijamín, Eleazar, Malquías y Benaía;

26 de los hijos de Elam: Matanías, Zacarías, Jehiel, Abdi, Jeremot y Elías;

27 de los hijos de Zatu: Elioenai, Eliasib, Matanías, Jeremot, Zabad y Aziza;

28 de los hijos de Bebai: Johanán, Hananías, Zabai y Atlai;

29 de los hijos de Bani: Mesulam, Maluc, Adaía, Jasub, Seal y Ramot;

30 de los hijos de Pahat-moab: Adna, Quelal, Benaía, Maasías, Matanías, Bezaleel, Binúi y Manasés;

31 de los hijos de Harim: Eliezer, Isías, Malquías, Semaías, Simeón,

32 Benjamín, Maluc y Semarías;

33 de los hijos de Hasum: Matenai, Matata, Zabad, Elifelet, Jeremai, Manasés y Simei;

34 de los hijos de Bani: Madai, Amram, Uel,

35 Benaía, Bedías, Quelúhi,

36 Vanías, Meremot, Eliasib,

37 Matanías, Matenai, Jaasai,

38 Bani, Binúi, Simei,

39 Selemías, Natán, Adaía,

40 Macnadebai, Sasai, Sarai,

41 Azareel, Selemías, Semarías,

42 Salum, Amarías y José;

43 de los hijos de Nebo: Jeiel, Matatías, Zabad, Zebina, Jadau, Joel y Benaía.

44 Todos estos se habían casado con mujeres extranjeras, y algunos de ellos tenían mujeres que les habían dado a luz hijos.

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Esdras 10

Esdras 10 - Introducción

* Ezra anima a la reforma. (1-5) Él reúne a la gente. (6-14) Reforma efectuada. (15-44)

Esdras 10:1-5

1-5 Shechaniah poseía la culpa nacional. El caso es triste, pero no es desesperado; La enfermedad es amenazante, pero no incurable. Ahora que la gente comienza a lamentar, parece que se derrama un espíritu de arrepentimiento; ahora hay esperanza de que Dios perdone y tenga misericordia. El pecado que justamente nos perturba no nos arruinará. En tiempos de melancolía, debemos observar lo que nos favorece, así como en contra de nosotros. Y puede haber buenas esperanzas a través de la gracia, incluso donde existe el sentimiento de gran culpa ante Dios. El caso es claro; lo que se ha hecho mal, debe deshacerse nuevamente en la medida de lo posible; nada menos que esto es arrepentimiento verdadero. El pecado debe ser eliminado, con una resolución de no tener nunca más nada que ver con eso. Lo que se ha obtenido injustamente, debe ser restaurado. Levántate, sé de buen valor. Llorar, en este caso, es bueno, pero reformar es mejor. En cuanto a estar en yugo desigual con los no creyentes, tales matrimonios, es cierto, son pecaminosos y no deben hacerse; pero ahora no son nulos, como lo fueron antes del evangelio que eliminó la separación entre judíos y gentiles.

Esdras 10:6-14

6-14 Hay esperanza con respecto a las personas, cuando están convencidas, no solo de que es bueno separarse de sus pecados, sino que es necesario; debemos hacerlo, o estamos deshechos. Tan rica es la misericordia, y tan abundante la redención de Dios, que hay esperanza para los más viles que escuchan el evangelio y están dispuestos a aceptar la salvación gratuita. Cuando los pecadores lloran por sus pecados y tiemblan ante la palabra de Dios, hay esperanza de que los abandonen. Para afectar a otros con tristeza o amor a Dios, debemos ser afectados. Se acordó cuidadosamente cómo debería llevarse a cabo este asunto. Lo que se resuelve apresuradamente rara vez resulta duradero.

Esdras 10:15-44

15-44 Los mejores reformadores solo pueden hacer su esfuerzo; cuando el Redentor mismo venga a Sion, efectivamente rechazará la impiedad de Jacob. Y cuando el pecado se arrepiente y se abandona, Dios lo perdonará; pero la sangre de Cristo, nuestra ofrenda por el pecado, es la única expiación que nos quita la culpa. Ningún aparente arrepentimiento o enmienda beneficiará a quienes lo rechacen, porque la autodependencia demuestra que aún no se han humillado. Todos los nombres escritos en el libro de la vida son de pecadores penitentes, no de personas que se consideran justos, que piensan que no necesitan arrepentirse.


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La Biblia de las América

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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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