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Deuteronomio 17 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Deuteronomio 17

1 No sacrificarás al Señor tu Dios buey o cordero que tenga defecto o alguna imperfección, porque es cosa abominable al Señor tu Dios.

2 Si se encuentra en medio de ti, en cualquiera de las ciudades que el Señor tu Dios te da, un hombre o una mujer que hace lo malo ante los ojos del Señor tu Dios, violando su pacto,

3 y que haya ido y servido a otros dioses, adorándolos, o adorando al sol, a la luna o a cualquiera de las huestes celestiales, lo cual yo no he mandado,

4 y si te lo dicen y has oído hablar de ello, harás una investigación minuciosa. Y he aquí, si es verdad y es cierto el hecho que esta abominación ha sido cometida en Israel,

5 entonces sacarás a tus puertas a ese hombre o a esa mujer que ha cometido esta mala acción; sacarás al hombre o a la mujer, y los apedrearás hasta que mueran.

6 Al que ha de morir se le dará muerte por la declaración de dos o tres testigos; no se le dará muerte por la declaración de un solo testigo.

7 La mano de los testigos caerá primero contra él para darle muerte, y después la mano de todo el pueblo. Así quitarás el mal de en medio de ti.

8 Si un caso es demasiado difícil para que puedas juzgar, como entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de pleito y otra, o entre una clase de asalto y otra, siendo casos de litigio en tus puertas, te levantarás y subirás al lugar que el Señor tu Dios escoja,

9 y vendrás al sacerdote levita o al juez que oficie en aquellos días, e inquirirás de ellos, y ellos te declararán el fallo del caso.

10 Y harás conforme a los términos de la sentencia que te declaren desde aquel lugar que el Señor escoja; y cuidarás de observar todo lo que ellos te enseñen.

11 Según los términos de la ley que ellos te enseñen, y según la sentencia que te declaren, así harás; no te apartarás a la derecha ni a la izquierda de la palabra que ellos te declaren.

12 Y el hombre que proceda con presunción, no escuchando al sacerdote que está allí para servir al Señor tu Dios, ni al juez, ese hombre morirá; así quitarás el mal de en medio de Israel.

13 Entonces todo el pueblo escuchará y temerá, y no volverá a proceder con presunción.

Instrucciones sobre los reyes

14 Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, y la poseas y habites en ella, y digas: «Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que me rodean»,

15 ciertamente pondrás sobre ti al rey que el Señor tu Dios escoja, a uno de entre tus hermanos pondrás por rey sobre ti; no pondrás sobre ti a un extranjero que no sea hermano tuyo.

16 Además, el rey no tendrá muchos caballos, ni hará que el pueblo vuelva a Egipto para tener muchos caballos, pues el Señor te ha dicho: «Jamás volveréis por ese camino».

17 Tampoco tendrá muchas mujeres, no sea que su corazón se desvíe; tampoco tendrá grandes cantidades de plata u oro.

18 Y sucederá que cuando él se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta ley en un libro, en presencia de los sacerdotes levitas.

19 La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al Señor su Dios, observando cuidadosamente todas las palabras de esta ley y estos estatutos,

20 para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos y no se desvíe del mandamiento ni a la derecha ni a la izquierda, a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

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Deuteronomio 17

Deuteronomio 17 - Introducción

* Todos los sacrificios deben ser perfectos, los idólatras deben ser muertos. (1-7) Controversias difíciles. (8-13) La elección de un rey, sus deberes. (14-20)

Deuteronomio 17:1-7

1-7 Ninguna criatura que tuviera algún defecto debía ser ofrecida en sacrificio a Dios. De esta manera, se nos llama a recordar el sacrificio perfecto, puro e inmaculado de Cristo, y se nos recuerda que debemos servir a Dios con lo mejor de nuestras capacidades, tiempo y posesiones, o nuestra pretendida obediencia le será odiosa. A los idólatras judíos se les infligía un castigo tan grande como la muerte, y una muerte tan notable como la lapidación. Que todos los que en nuestros días erigen ídolos en sus corazones recuerden cómo Dios castigó este crimen en Israel.

Deuteronomio 17:8-13

8-13 Se debían establecer tribunales de justicia en cada ciudad. Aunque su juicio no tenía la autoridad divina de un oráculo, era el juicio de hombres sabios, prudentes y experimentados, y tenía la ventaja de una promesa divina.

Deuteronomio 17:14-20

14-20 Dios mismo era de manera especial el Rey de Israel; y si ellos ponían a otro sobre ellos, era necesario que Él escogiera a la persona. En consecuencia, cuando el pueblo deseó tener un rey, acudieron a Samuel, un profeta del Señor. En todos los casos, la elección de Dios, si tan solo podemos conocerla, debería dirigir, determinar y prevalecer sobre la nuestra. Se dan leyes para el príncipe que debía ser elegido. Debe evitar cuidadosamente todo lo que lo alejaría de Dios y de la religión. Las riquezas, los honores y los placeres son tres grandes obstáculos para la piedad (los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida), especialmente para aquellos en posiciones elevadas; contra estos, el rey está advertido aquí. El rey debe estudiar cuidadosamente la ley de Dios y hacer de ella su norma; y teniendo una copia de las Escrituras escrita por él mismo, debe leerlas todos los días de su vida. No es suficiente tener Biblias, sino que debemos usarlas, usarlas diariamente, mientras vivamos. Los discípulos de Cristo nunca aprenden más allá de sus Biblias, pero siempre tendrán necesidad de ellas, hasta que lleguen a ese mundo donde el conocimiento y el amor serán perfeccionados. La escritura y lectura del rey no servirían de nada si no practicaba lo que escribía y leía. Y aquellos que temen a Dios y guardan sus mandamientos, se beneficiarán mejor incluso en este mundo.


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La Biblia de las América

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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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