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2 Samuel 3 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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2 Samuel 3

1 Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David se iba fortaleciendo, mientras que la casa de Saúl se iba debilitando.

Hijos de David nacidos en Hebrón

2 A David le nacieron hijos en Hebrón; su primogénito fue Amnón, hijo de Ahinoam la jezreelita;

3 el segundo, Quileab, de Abigail, viuda de Nabal de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur;

4 el cuarto, Adonías, hijo de Haguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital,

5 y el sexto, Itream, de Egla, mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón.

David y Abner

6 Sucedió que durante la guerra que había entre la casa de Saúl y la casa de David, Abner se fortaleció en la casa de Saúl.

7 Y Saúl había tenido una concubina cuyo nombre era Rizpa, hija de Aja; y dijo Is-boset a Abner: ¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre?

8 Entonces Abner se enojó mucho por las palabras de Is-boset, y dijo: ¿Acaso soy yo cabeza de perro que pertenece a Judá? Hoy he mostrado bondad hacia la casa de tu padre Saúl, hacia sus hermanos y hacia sus amigos, y no te he entregado en manos de David; sin embargo, tú me acusas hoy de una ofensa con esta mujer.

9 Así haga Dios a Abner, y aún más, si lo que el Señor ha jurado a David no lo obtengo para él:

10 transferir el reino de la casa de Saúl y establecer el trono de David sobre Israel y sobre Judá desde Dan hasta Beerseba.

11 Y él ya no pudo responder a Abner ni una palabra, porque le temía.

12 Entonces Abner envió mensajeros a David de su parte, diciendo: ¿De quién es la tierra? Y que dijeran también: Haz tu pacto conmigo, y he aquí, mi mano será contigo para traer a ti a todo Israel.

13 Y él respondió: Muy bien. Haré pacto contigo, pero una cosa demando de ti: No verás mi rostro a menos de que cuando vengas a verme traigas a Mical, la hija de Saúl.

14 Y David envió mensajeros a Is-boset, el hijo de Saúl, diciendo: Dame a mi mujer Mical, con la cual me desposé por cien prepucios de los filisteos.

15 Is-boset, pues, envió a quitársela a su marido, a Paltiel, hijo de Lais.

16 Pero su marido fue con ella, llorando mientras iba, y la siguió hasta Bahurim. Entonces Abner le dijo: Ve, vuélvete. Y él se volvió.

17 Abner consultó con los ancianos de Israel, diciendo: Hace tiempo que buscabais a David para que fuera rey sobre vosotros.

18 Ahora pues, hacedlo. Porque el Señor ha hablado acerca de David, diciendo: «Por mano de mi siervo David salvaré a mi pueblo Israel de mano de los filisteos y de mano de todos sus enemigos».

19 Habló también Abner a oídos de los de Benjamín; Abner además fue a hablar a oídos de David en Hebrón de todo lo que parecía bien a Israel y a toda la casa de Benjamín.

20 Llegó Abner adonde estaba David, en Hebrón, y con él veinte hombres. Y David preparó un banquete para Abner y los hombres que lo acompañaban.

21 Y Abner dijo a David: Me levantaré e iré a reunir a todo Israel junto a mi señor el rey para que hagan un pacto contigo, y seas rey sobre todo lo que tu corazón desea. Entonces David despidió a Abner, y él se fue en paz.

22 He aquí, los siervos de David y Joab vinieron de hacer una incursión trayendo consigo mucho botín; pero Abner no estaba con David en Hebrón, porque él lo había despedido y se había ido en paz.

23 Cuando llegó Joab y todo el ejército que estaba con él, le dieron aviso a Joab, diciendo: Abner, hijo de Ner, vino al rey, y él lo ha despedido y se ha ido en paz.

24 Entonces vino Joab al rey y dijo: ¿Qué has hecho? He aquí, Abner vino a ti; ¿por qué, pues, lo has despedido y él ya se ha ido?

25 Conoces a Abner, hijo de Ner, que vino a engañarte y saber de tus salidas y de tus entradas, y a enterarse de todo lo que haces.

La muerte de Abner

26 Y saliendo Joab de donde estaba David, envió mensajeros tras Abner, y lo hicieron volver desde el pozo de Sira; pero David no lo sabía.

27 Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó aparte en medio de la puerta para hablarle en privado, y allí, por causa de la sangre de Asael su hermano, lo hirió en el vientre y murió.

28 Cuando David lo supo después, dijo: Yo y mi reino somos inocentes para siempre delante del Señor de la sangre de Abner, hijo de Ner.

29 Caiga su sangre sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre, y nunca falte en la casa de Joab quien padezca flujo, ni quien sea leproso, ni quien se sostenga con báculo, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan.

30 Así pues, Joab y su hermano Abisai mataron a Abner porque él había dado muerte a Asael, hermano de ellos, en la batalla de Gabaón.

31 Entonces David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: Rasgad vuestros vestidos, y ceñíos de cilicio, y haced duelo delante de Abner. Y el rey David iba detrás del féretro.

32 Sepultaron, pues, a Abner en Hebrón; y el rey alzó su voz y lloró junto al sepulcro de Abner, y lloró también todo el pueblo.

33 Y entonó el rey una elegía por Abner, y dijo: ¿Había de morir Abner como muere un insensato?

34 Tus manos no estaban atadas, ni tus pies puestos en grillos; como el que cae delante de los malvados, has caído. Y todo el pueblo volvió a llorar por él.

35 Entonces todo el pueblo se llegó a David para persuadirlo a que comiera pan mientras aún era de día; pero David juró, diciendo: Así me haga Dios y aun más, si pruebo pan o cosa alguna antes de ponerse el sol.

36 Y todo el pueblo reparó en ello, y les agradó, pues todo lo que el rey hacía agradaba a todo el pueblo.

37 Así todo el pueblo y todo Israel comprendió aquel día que no había sido el deseo del rey de que se diera muerte a Abner, hijo de Ner.

38 Entonces el rey dijo a sus siervos: ¿No sabéis que un príncipe y un gran hombre ha caído hoy en Israel?

39 Hoy soy débil, aunque ungido rey; y estos hombres, hijos de Sarvia, son más duros que yo. Que el Señor pague al malhechor conforme a su maldad.

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2 Samuel 3

2 Samuel 3 - Introducción

* El poder de David aumenta a su familia. (1-6) Abner se rebela contra David. (7-21) Joab mata a Abner David llora por él. (22-39)

2 Samuel 3:1-6

1-6 La duración de esta guerra probó la fe y la paciencia de David, y finalmente hizo que su acuerdo fuera más bienvenido. La competencia entre la gracia y la corrupción en los corazones de los creyentes, puede compararse con esta guerra. Hay una larga guerra entre ellos, la carne lujuriosa contra el espíritu, y el espíritu contra la carne; pero a medida que se lleva a cabo la obra de santidad, la corrupción, como la casa de Saúl, se debilita cada vez más; mientras que la gracia, como la casa de David, se fortalece más y más.

2 Samuel 3:7-21

7-21 Muchos, como Abner, no están por encima de cometer crímenes básicos, están demasiado orgullosos para soportar reproches, o incluso la sospecha de ser culpables. Mientras los hombres continúan pecando, y aparentemente sin preocupación, a menudo son conscientes de que están luchando contra Dios. Muchos pretenden servir a sus propios fines; y traicionará a quienes confían en ellos, cuando puedan obtener alguna ventaja. Sin embargo, el Señor sirve sus propios designios, incluso para aquellos que, de este modo, se ven afectados por la venganza, la ambición o la lujuria; pero como pretenden no honrarlo, al final serán arrojados a un lado con desprecio. Había una verdadera generosidad tanto para Michal como para el recuerdo de Saúl, cuando David recibió el primero, recordando probablemente cómo una vez le debía su vida al afecto de ella, y sabiendo que ella estaba separada de él en parte por la autoridad de su padre. Que nadie ponga su corazón en aquello a lo que no tiene derecho. Si algún desacuerdo ha separado al esposo y la esposa, ya que esperan la bendición de Dios, que se reconcilien y vivan juntos en el amor.

2 Samuel 3:22-39

22-39 Se preparan sentencias para burladores como Abner; pero Joab, en lo que hizo, actuó perversamente. David se tomó muy en serio el asesinato de Abner y, en muchos sentidos, expresó su detestación. La culpa de la sangre trae una maldición sobre las familias: si los hombres no la vengan, Dios lo hará. Es algo triste morir como un tonto, ya que de cualquier forma acortan sus propios días, y aquellos que no hacen provisiones para otro mundo. ¿Quién sería aficionado al poder, cuando un hombre puede tener el nombre de este, y debe ser responsable de ello, pero se ve obstaculizado en su uso? David debería haber cumplido con su deber, y luego confió en Dios con el asunto. La política carnal salvó a Joab. El Hijo de David puede demorarse mucho, pero nunca deja de castigar a los pecadores impenitentes. El que ahora reina sobre el trono de David, tiene un reino más noble. Todo lo que hace, lo notan todas sus personas dispuestas y les agrada.


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La Biblia de las América

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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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