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1 Samuel 20 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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1 Samuel 20

Jonatán ayuda a David

1 Entonces David huyó de Naiot en Ramá, vino ante Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad y cuál es mi pecado contra tu padre para que busque mi vida?

2 Y él le respondió: De ninguna manera; no morirás. He aquí, mi padre no hace ninguna cosa, grande o pequeña, sin revelármela. ¿Por qué, pues, me ha de ocultar esto mi padre? No será así.

3 Pero David volvió a jurar, diciendo: Tu padre sabe bien que he hallado gracia ante tus ojos, y ha dicho: «Que no lo sepa Jonatán para que no se entristezca». Pero ciertamente, vive el Señor y vive tu alma, que apenas hay un paso entre mí y la muerte.

4 Entonces Jonatán dijo a David: Lo que tú digas, haré por ti.

5 Y David respondió a Jonatán: He aquí, mañana es luna nueva y debo sentarme a comer con el rey, pero déjame ir para que me esconda en el campo hasta el atardecer del tercer día.

6 Si tu padre me echa de menos, entonces di: «David me rogó mucho que le dejara ir a toda prisa a Belén su ciudad, porque allá se celebra el sacrificio anual por toda la familia».

7 Si él dice: «Está bien», tu siervo estará seguro; pero si se enoja, sabrás que ha decidido hacer el mal.

8 Trata entonces con misericordia a tu siervo, ya que has hecho entrar a tu siervo en un pacto del Señor contigo. Pero si hay maldad en mí, mátame tú, pues, ¿por qué llevarme a tu padre?

9 Respondió Jonatán: ¡Nunca tal te suceda! Porque si yo me entero que mi padre ha decidido que el mal caiga sobre ti, ¿no te lo avisaría yo?

10 David respondió a Jonatán: ¿Quién me avisará si tu padre te responde ásperamente?

11 Y Jonatán dijo a David: Ven, salgamos al campo. Y ambos salieron al campo.

12 Entonces Jonatán dijo a David: El Señor, Dios de Israel, sea testigo. Cuando yo haya hablado con mi padre como a esta hora mañana, o al tercer día, he aquí, si hay buen ánimo para con David, ¿no habré de enviar a ti para hacértelo saber?

13 Si mi padre quiere hacerte mal, que así haga el Señor a Jonatán y aun le añada si no te lo hago saber y te envío para que vayas en paz. Y que el Señor sea contigo, como ha sido con mi padre.

14 Y si todavía vivo, ¿no me mostrarás la misericordia del Señor, para que no muera?

15 No quitarás tu misericordia de mi casa para siempre, ni aun cuando el Señor haya quitado de la faz de la tierra a cada uno de los enemigos de David.

16 Jonatán, pues, hizo un pacto con la casa de David, diciendo: El Señor lo demande de la mano de los enemigos de David.

17 Y Jonatán hizo jurar a David otra vez a causa de su amor por él, pues le amaba como a sí mismo.

18 Entonces Jonatán le dijo: Mañana es luna nueva y serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.

19 Cuando hayas estado ausente tres días, descenderás aprisa y vendrás al lugar donde te escondiste el día de aquel suceso, y permanecerás junto a la piedra de Ezel.

20 Yo tiraré tres saetas hacia un lado, como tirando al blanco.

21 Y he aquí, enviaré al muchacho, diciendo: «Ve, busca las saetas». Si digo claramente al muchacho: «He aquí, las saetas están más acá de ti, tómalas», entonces ven porque hay seguridad para ti y no habrá mal, vive el Señor.

22 Pero si digo al joven: «He aquí, las saetas están más allá de ti», vete, porque el Señor te ha enviado.

23 En cuanto al acuerdo del cual tú y yo hemos hablado, he aquí, el Señor está entre nosotros dos para siempre.

24 Se escondió, pues, David en el campo. Cuando vino la luna nueva, el rey se sentó a comer.

25 El rey se sentó en su asiento como de costumbre, el asiento junto a la pared; entonces Jonatán se levantó, y Abner se sentó al lado de Saúl, pero el lugar de David estaba vacío.

26 Sin embargo, Saúl no dijo nada aquel día, porque se dijo: Es una casualidad, no estará limpio; de seguro que no se ha purificado.

27 Y sucedió al día siguiente, el segundo día de la luna nueva, que el lugar de David estaba aún vacío; entonces Saúl dijo a su hijo Jonatán: ¿Por qué no ha venido el hijo de Isaí a la comida ni ayer ni hoy?

28 Y Jonatán respondió a Saúl: David me rogó encarecidamente que le dejara ir a Belén,

29 y dijo: «Te ruego que me dejes ir, pues nuestra familia tiene sacrificio en la ciudad y mi hermano me ha mandado que asista. Ahora pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego me dejes ir para ver a mis hermanos». Por este motivo no ha venido a la mesa del rey.

30 Se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: ¡Hijo de perversa y rebelde! ¿Acaso no sé yo que prefieres al hijo de Isaí, para tu propia vergüenza y para vergüenza de la desnudez de tu madre?

31 Pues mientras viva sobre la tierra el hijo de Isaí, ni tú ni tu reino serán establecidos. Ahora pues, manda a traérmelo, porque ciertamente ha de morir.

32 Pero Jonatán respondió a su padre Saúl, y le dijo: ¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha hecho?

33 Entonces Saúl le arrojó la lanza para matarlo; así Jonatán supo que su padre había decidido matar a David.

34 Jonatán se levantó de la mesa ardiendo en ira y no comió pan el segundo día de la luna nueva, pues estaba entristecido por David, porque su padre le había afrentado.

35 A la mañana siguiente Jonatán salió al campo para reunirse con David, y un muchacho pequeño iba con él.

36 Y dijo al muchacho: Corre, busca ahora las saetas que voy a tirar. Y mientras el muchacho corría, tiró una saeta más allá de él.

37 Cuando el muchacho llegó a la saeta que Jonatán había tirado, Jonatán le gritó al muchacho, y dijo: ¿No está la saeta más allá de ti?

38 Y Jonatán llamó al muchacho: Corre, date prisa, no te detengas. Y el muchacho de Jonatán recogió la saeta y volvió a su señor.

39 Pero el muchacho no estaba al tanto de nada; solo Jonatán y David sabían del asunto.

40 Entonces Jonatán dio sus armas al muchacho y le dijo: Vete, llévalas a la ciudad.

41 Cuando el muchacho se fue, David se levantó del lado del sur, y cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Y se besaron el uno al otro y lloraron juntos, pero David lloró más.

42 Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, ya que nos hemos jurado el uno al otro en el nombre del Señor, diciendo: «El Señor esté entre tú y yo, y entre mi descendencia y tu descendencia para siempre». David se levantó y se fue, y Jonatán entró en la ciudad.

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1 Samuel 20

1 Samuel 20 - Introducción

* David consulta a Jonathan. (1-10) el pacto de Jonatán con David. (11-23) Saúl, extrañando a David, busca matar a Jonathan. (24-34) Jonathan se despide de David. (35-42)

1 Samuel 20:1-10

1-10 Las pruebas con las que se encontró David lo prepararon para un futuro avance. Así el Señor trata con aquellos a quienes prepara para la gloria. Él no los pone en posesión inmediata del reino, sino que los conduce a él a través de mucha tribulación, lo que hace que sea el medio adecuado para ellos. Que no murmuren ante su amable cita, ni desconfíen de su cuidado; pero dejen que miren hacia adelante con gozosa expectativa hacia la corona que les está reservada. A veces nos parece que solo hay un paso entre nosotros y la muerte; en todo momento puede ser así, y debemos prepararnos para el evento. Pero aunque los peligros parecen ser más amenazantes, no podemos morir hasta que se cumpla el propósito de Dios sobre nosotros; ni hasta que hayamos servido a nuestra generación según su voluntad, si somos creyentes. Jonathan ofrece generosamente a David sus servicios. Esta es la verdadera amistad. Así Cristo nos testifica su amor, Pide, y se hará por ti; y debemos testificar nuestro amor hacia él, guardando sus mandamientos.

1 Samuel 20:11-23

11-23 Jonathan promete fielmente que le haría saber a David cómo encontró a su padre afectado por él. Será amabilidad con nosotros mismos y con los nuestros, asegurar un interés en aquellos a quienes Dios favorece y hacer que sus amigos sean nuestros. La verdadera amistad descansa sobre una base firme, y es capaz de silenciar la ambición, el amor propio y el respeto indebido hacia los demás. ¡Pero quién puede comprender completamente el amor de Jesús, quien se entregó a sí mismo como sacrificio por los pecadores rebeldes y contaminados! ¡Qué grande debería ser la fuerza y ​​los efectos de nuestro amor hacia él, hacia su causa y hacia su pueblo!

1 Samuel 20:24-34

24-34 Ninguno fue más constante que David al asistir a los deberes sagrados; tampoco había estado ausente, pero la autoconservación lo obligó a retirarse. En gran peligro, las oportunidades actuales para las ordenanzas divinas pueden ser agitadas. Pero es malo para nosotros, excepto en caso de necesidad, omitir cualquier oportunidad de asistir explícitamente a ellos. Jonathan hizo sabiamente y bien para sí mismo y su familia, para asegurar un interés en David, pero por esto se le culpa. Es bueno tomar al pueblo de Dios por nuestro pueblo. Finalmente será una ventaja para nosotros, sin embargo, ahora puede pensarse en contra de nuestros intereses. Saúl era indignante. ¡Qué bestias salvajes, y peor, la ira hace a los hombres!

1 Samuel 20:35-42

35-42 La separación de dos amigos tan fieles fue dolorosa para ambos, pero el caso de David fue el más deplorable, ya que David estaba dejando todas sus comodidades, incluso las del santuario de Dios. Los cristianos no necesitan tristeza, como hombres sin esperanza; pero siendo uno con Cristo, son uno con el otro, y se encontrarán en su presencia por mucho tiempo, para no separarse más; para encontrarse donde todas las lágrimas se limpiarán de sus ojos.


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La Biblia de las América

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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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