Levítico 24 - Comentario Bíblico de Matthew HenryLevítico 241 Yahveh habló a Moisés, diciendo: 2 Manda a los israelitas que te traigan para el alumbrado aceite puro de oliva molida, para alimentar continuamente la llama. 3 Aarón lo preparará fuera del velo del Testimonio, en la Tienda del Encuentro para que arda de continuo ante Yahveh desde la tarde hasta la mañana. Es decreto perpetuo para vuestros descendientes. 4 El colocará las lámparas sobre el candelabro puro que permanece ante Yahveh. 5 Tomarás flor de harina, y cocerás con ella doce tortas, dos décimas para cada una. 6 Las colocarás en dos filas, seis en cada fila, sobre la mesa pura en la presencia de Yahveh. 7 Pondrás sobre cada fila incienso puro, que hará del pan un memorial, manjar abrasado para Yahveh. 8 Se colocará en orden cada sábado en presencia continua ante Yahveh de parte de los israelitas, como alianza perpetua. 9 Será de Aarón y de sus hijos, y lo comerán en lugar sagrado; porque lo considerarás como cosa sacratísima, de los manjares que se abrasan para Yahveh. Decreto perpetuo. 10 Había salido con los israelitas el hijo de una mujer israelita y de padre egipcio. Cuando el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campo, 11 el hijo de la israelita blasfemó y maldijo el Nombre, por lo que le llevaron ante Moisés. Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibrí, de la tribu de Dan. 12 Lo retuvieron en custodia hasta decidir el caso por sentencia de Yahveh. 13 Y entonces Yahveh habló a Moisés y dijo: 14 Saca al blasfemo fuera del campamento; todos los que lo oyeron pongan las manos sobre su cabeza, y que lo lapide toda la comunidad. 15 Y hablarás así a los israelitas: Cualquier hombre que maldiga a su Dios, cargará con su pecado. 16 Quien blasfeme el Nombre de Yahveh, será muerto; toda la comunidad lo lapidará. Sea forastero o nativo, si blasfema el Nombre, morirá. 17 El que hiera mortalmente a cualquier otro hombre, morirá. 18 El que hiera de muerte a un animal indemnizará por él: vida por vida. 19 Si alguno causa una lesión a su prójimo, como él hizo así se le hará: 20 fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le hará la misma lesión que él haya causado a otro. 21 El que mate un animal, indemnizará por él; mas el que mate a un hombre, morirá. 22 Del mismo modo juzgarás al forastero y al nativo; porque yo soy Yahveh vuestro Dios. 23 Habló entonces Moisés a los israelitas. Sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo lapidaron. Los israelitas hicieron como Yahveh había mandado a Moisés. Levítico 24Levítico 24 - Introducción* Aceite para las lámparas, El pan de la proposición. (1-9) La ley de la blasfemia, blasfemo es apedreado. (10-23) Levítico 24:1-91-9 Los panes simbolizan a Cristo como el Pan de vida y el alimento del alma de su pueblo. Él es la Luz de su iglesia, la Luz del mundo; a través de su palabra, esta luz brilla. Por esta luz discernimos el alimento preparado para nuestras almas, y debemos alimentarnos de él diariamente, pero especialmente de sábado a sábado, en nuestros corazones con gratitud. Y así como los panes permanecieron en el santuario, así debemos permanecer con Dios hasta que Él nos despida. Levítico 24:10-2310-23 Este transgresor era hijo de un padre egipcio y una madre israelita. La mención de sus padres muestra el común y perjudicial efecto de los matrimonios mixtos. Se promulgó una ley permanente para lapidar a los blasfemos a raíz de esta ocasión. Se hace hincapié en esta ley en gran medida. Se aplica tanto a los extranjeros entre ellos como a los nacidos en la tierra. Los extranjeros, al igual que los israelitas nativos, deben tener derecho a los beneficios de la ley, de manera que no sufran injusticias, y deben estar sujetos a la pena de esta ley en caso de que hagan lo incorrecto. Si aquellos que profanan el nombre de Dios escapan al castigo de los hombres, el Señor nuestro Dios no permitirá que escapen de sus justos juicios. Cuánta enemistad contra Dios debe haber en el corazón del hombre cuando blasfemias contra Dios salen de su boca. Si el que despreció la ley de Moisés murió sin piedad, ¿qué castigo merecerán aquellos que desprecian y abusan del evangelio del Hijo de Dios? Vigilemos contra la ira, no hagamos el mal, evitemos toda conexión con personas malvadas y reverenciemos ese santo nombre que los pecadores blasfeman. |
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit