Levítico 20 - Comentario Bíblico de Matthew HenryLevítico 201 Habló Yahveh a Moisés y dijo: 2 Dirás a los israelitas: Si un hombre cualquiera de entre los israelitas o de los forasteros que residen en Israel entrega uno de sus hijos a Mólek, morirá sin remedio; el pueblo de la tierra lo lapidara. 3 Yo mismo volveré mi rostro contra ese hombre y los exterminaré de en medio de su pueblo, por haber entregado un hijo suyo a Mólek, haciendo impuro mi santuario y profanando mi nombre santo. 4 Si el pueblo de la tierra cierra los ojos ante ese hombre que entregó uno de sus hijos a Mólek, y no le da muerte, 5 yo mismo volveré mi rostro contra ese hombre y contra su familia, y lo exterminaré de entre su pueblo, a él y a todos los que como él se prostituyan tras Mólek. 6 Si alguien consulta a los nigromantes, y a los adivinos, prostituyéndose en pos de ellos, yo volveré mi rostro contra él y lo exterminaré de en medio de su pueblo. 7 Santificaos y sed santos; porque yo soy Yahveh, vuestro Dios. 8 Guardad mis preceptos y cumplidlos. Yo soy Yahveh, el que os santifico. 9 Quien maldiga a su padre o a su madre, será muerto sin remedio, pues ha maldecido a su padre o a su madre; su sangre caerá sobre él. 10 Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, será muerto tanto el adúltero como la adúltera. 11 El que se acueste con la mujer de su padre, ha descubierto la desnudez de su padre; ambos morirán: caerá sobre ellos su sangre. 12 Si un hombre se acuesta con su nuera, ambos morirán; han hecho una infamia: su sangre caerá sobre ellos. 13 Si alguien se acuesta con varón, como se hace con mujer, ambos han cometido abominación: morirán sin remedio; su sangre caerá sobre ellos. 14 Si uno toma por esposas a una mujer y a su madre, es un incesto. Serán quemados tanto él como ellas para que no haya tal incesto en medio de vosotros. 15 El que se una con bestia, morirá sin remedio. Mataréis también la bestia. 16 Si una mujer se acerca a una bestia para unirse a ella, matarás a la mujer y a las bestia. Morirán; caerá sobre ellos su sangre. 17 Si alguien toma por esposa a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, viendo así la desnudez de ella y ella la desnudez de él, es una ignominia. Serán exterminados en presencia de los hijos de su pueblo. Ha descubierto la desnudez de su hermana: cargará con su iniquidad. 18 El que se acueste con mujer durante el tiempo de la reglas descubriendo la desnudez de ella, ha puesto al desnudo la fuente de su flujo y ella también ha descubierto la fuente de su sangre. Ambos serán exterminados de entre su pueblo. 19 No descubras la desnudez de la hermana de tu madre ni de la hermana de tu padre, porque desnudas su propia carne; por eso cargarán con su iniquidad. 20 El que se acueste con la mujer de su tío paterno, descubre la desnudez de éste. Cargarán con su pecado; morirán sin hijos. 21 Si uno toma por esposa a la mujer de su hermano, es cosa impura, pues descubre la desnudez de su hermano; quedarán sin hijos. 22 Guardad, pues, todos mis preceptos y todas mis normas, y cumplidlos; así no os vomitará la tierra adonde os llevo para que habitéis en ella. 23 No caminéis según las costumbres de las naciones que yo voy a expulsar ante vosotros; pues, porque han obrado así, yo estoy asqueado de ellas. 24 Pero a vosotros os he dicho: «Poseeréis su suelo, el que yo os daré en herencia, tierra que mana leche y miel.» Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os ha separado de estos pueblos. 25 Habéis de hacer separación entre animales puros e impuros, y entre aves impuras y puras; para que no os hagáis abominables, ni con animales ni con aves, ni con lo que se arrastra por el suelo; porque os he separado todo eso como impuro. 26 Sed, pues, santos para mí, porque yo, Yahveh, soy santo, y os he separado de entre los pueblos, para que seáis míos. 27 El hombre o la mujer en que haya espíritu de nigromante o adivino, morirá sin remedio: los lapidarán. Caerá su sangre sobre ellos. Levítico 20Levítico 20 - Introducción* Ley contra el sacrificio de niños a Moloch, de niños que maldicen a sus padres. (1-9) Leyes repetidas, santidad ordenada. (10-27) Levítico 20:1-91-9 Nos escandaliza la crueldad antinatural de los antiguos idólatras al sacrificar a sus hijos? Con razón. Pero ¿no hay muchos padres que, por la mala enseñanza y los malos ejemplos, y por los misterios de iniquidad que muestran a sus hijos, los entregan al servicio de Satanás, y adelantan su ruina eterna, de una manera aún más lamentable? ¡Qué cuentas deben rendir a Dios tales padres, y qué encuentro tendrán con sus hijos en el día del juicio! Por otra parte, que los hijos recuerden que el que maldecía al padre o a la madre era condenado a muerte. Esta ley la confirmó Cristo. Se repiten las leyes anteriores y se les añaden penas. Si los hombres no evitan las malas prácticas, porque la ley ha hecho de estas prácticas pecado, y es justo que sigamos ese principio, sin duda deberían evitarlas cuando la ley las ha hecho muerte, por un principio de autoconservación. En medio de estas leyes viene un encargo general: Santificaos, y sed santos. Es el Señor quien santifica, y su obra se hará, aunque sea difícil. Sin embargo, su gracia está tan lejos de anular nuestros esfuerzos, que los alienta fuertemente. Obrad por vuestra salvación, porque Dios es el que obra en vosotros. Levítico 20:10-2710-27 Estos versículos repiten lo que se había dicho antes, pero era necesario que hubiera una línea sobre otra. ¡Qué alabanzas le debemos a Dios por haber enseñado el mal del pecado y la forma segura de librarse de él! Que tengamos gracia para adornar la doctrina de Dios nuestro Salvador en todas las cosas; que no tengamos comunión con las obras infructuosas de las tinieblas, sino que las reprochemos. |
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit