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Josué 6 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Josué 6

1 Jericó estaba cerrada a cal y canto por mielo a los israelitas: nadie salía ni entraba.

2 Yahveh dijo a Josué: «Mira, yo pongo en tus manos a Jericó y a sus rey. Vosotros, valientes guerreros,

3 todos los hombres de guerra, rodearéis la ciudad, (dando una vuelta alrededor. Así harás durante seis días.

4 Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. El séptimo día daréis la vuelta a la ciudad siete veces y los sacerdotes tocarán las trompetas).

5 Cuando el cuerno de carnero suene (cuando oigáis la voz de la trompeta), todo el pueblo prorrumpirá en un gran clamoreo y el muro de la ciudad se vendrá abajo. Y el pueblo se lanzará al asalto cada uno por frente a sí.»

6 Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo: «Tomad el arca de la alianza y que siete sacerdotes lleven las trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahveh.»

7 Al pueblo le dijo: «Pasad y dad la vuelta a la ciudad y que la vanguardia pase delante del arca de Yahveh.»

8 (Se hizo según la orden dada por Josué al pueblo). Siete sacerdotes llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante de Yahveh pasaron y tocaron las trompetas; el arca de la alianza de Yahveh iba tras ellos;

9 la vanguardia iba delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas y la retaguardia marchaba detrás del arca. Según iban caminando, tocaban las trompetas.

10 Josué había dado esta orden al pueblo: «No gritéis, ni dejéis oír vuestras voces (que no salga ni una palabra de vuestra boca) hasta el día en que yo os diga: “Gritad.” Entonces gritaréis.»

11 Hizo que el arca de Yahveh diera la vuelta a la ciudad (rodeándola una vez); luego volvieron al campamento, donde pasaron la noche.

12 Josué se levantó de mañana y los sacerdotes tomaron el arca de Yahveh.

13 Siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahveh, iban caminando y tocando las trompetas según caminaban. La vanguardia iba delante de ellos y la retaguardia detrás del arca de Yahveh, desfilando al son de las trompetas.

14 Dieron (el segundo día) una vuelta a la ciudad y volvieron al campamento. Se hizo lo mismo los seis días.

15 El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (según el mismo rito) siete veces. (Sólo aquel día dieron la vuelta a la ciudad siete veces.)

16 La séptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y Josué dijo al pueblo: «¡Lanzad el grito de guerra, porque Yahveh os ha entregado la ciudad!»

17 «La ciudad será consagrada como anatema a Yahveh con todo lo que haya en ella; únicamente, Rajab, la prostituta, quedará con vida, así como todos los que están con ella en su casa, por haber ocultado a los emisarios que enviamos.

18 Pero vosotros guardaos del anatema, no vayáis a quedaros, llevados de la codicia, con algo de lo que es anatema, porque convertiríais en anatema todo el campamento de Israel y le acarrearíais la desgracia.

19 Toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro, están consagrados a Yahveh: ingresarán en su tesoro.»

20 El pueblo clamó y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo la voz de la trompeta, prorrumpió en gran clamor, y el muro se vino abajo. La gente escaló la ciudad, cada uno frente a sí, y se apoderaron de ella.

21 Consagraron al anatema todo lo que había en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, a filo de espada.

22 Josué dijo a los dos hombres que habían explorado el país: «Entrad en la casa de la prostituta y haced salir de ella a esa mujer con todos los suyos, como se lo habéis jurado.»

23 Los jóvenes espías fueron e hicieron salir a Rajab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todos los suyos. También hicieron salir a todos los de su familia y los pusieron a salvo, fuera del campamento de Israel.

24 Prendieron fuego a la ciudad con todo lo que contenía. Sólo la plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro los depositaron el tesoro de la casa de Yahveh.

25 Pero a Rajab, la prostituta, así como a la casa de su padre y a todos los suyos, Josué los conservó con vida. Ella se quedó en Israel hasta el día de hoy, por haber escondido a los emisarios que Josué había enviado a explorar Jericó.

26 En aquel tiempo Josué pronunció este juramento: ¡Maldito sea delante de Yahveh el hombre que se levante y reconstruya esta ciudad (de Jericó)! ¡Sobre su primogénito echará su cimiento y sobre su pequeño colocará las puertas!

27 Y Yahveh estuvo con Josué, cuya fama se extendió por toda la tierra.

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Josué 6

Josué 6 - Introducción

* El asedio de Jericó. (1-5) La ciudad está rodeada. (6-16) Jericho es tomado, Rahab y su familia se salvan. (17-27)

Josué 6:1-5

1-5 Jericó resuelve que Israel no será su amo. Se encerró, siendo fuertemente fortificada tanto por el arte como por la naturaleza. Así fueron necios, y sus corazones se endurecieron hasta su destrucción; el miserable caso de todos los que se fortalecen contra el Todopoderoso. Dios resuelve que Israel será su amo, y eso rápidamente. No se hicieron preparativos bélicos. Por el método poco común de asediar la ciudad, el Señor honró el arca, como símbolo de su presencia, y demostró que todas las victorias fueron de él. La fe y la paciencia de la gente fueron probadas y aumentadas.

Josué 6:6-16

6-16 Dondequiera que fuera el arca, la gente asistía a ella. Los ministros de Dios, por la trompeta del evangelio eterno, que proclama la libertad y la victoria, deben alentar a los seguidores de Cristo en su guerra espiritual. Como las liberaciones prometidas deben esperarse a la manera de Dios, así deben esperarse en su tiempo. Por fin la gente debía gritar: lo hicieron, y los muros cayeron. Este fue un grito de fe; creían que se derrumbarían los muros de Jericó. Fue un grito de oración; ellos claman al cielo por ayuda, y la ayuda vino.

Josué 6:17-27

17-27 Jericó debía ser un sacrificio solemne y terrible para la justicia de Dios, sobre aquellos que habían llenado la medida de sus pecados. Entonces, Él designa a quienes, como criaturas, recibieron sus vidas, y a quienes, como pecadores, los perdieron. Rahab no pereció con los que no creyeron, Hebreos 11:31. Todos sus parientes fueron salvados con ella; así, la fe en Cristo trae salvación a la casa, Hechos 14:31. Ella y ellos con ella fueron arrancados como marcas de la quema. Con Rahab, o con los hombres de Jericó; nuestra porción debe ser asignada, ya que poseemos o ignoramos la señal de salvación; incluso la fe en Cristo, que obra por amor. Recordemos qué depende de nuestra elección, y escojamos en consecuencia. Dios muestra el peso de una maldición divina; donde descansa no hay salida de debajo; porque trae ruina sin remedio.


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Copyright © la Biblia de Jerusalén, editada por Descleé de Brower ©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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