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Génesis 31 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Génesis 31

1 Oyó Jacob que los hijos de Labán decían: «Jacob se ha apoderado de todo lo de nuestro padre, y con lo de nuestro padre ha hecho toda esa fortuna.»

2 Jacob observó el rostro de Labán y vio que ya no era para con él como hasta entonces.

3 Entonces Yahveh dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres, a tu patria, y yo estaré contigo.»

4 Jacob envió a llamar a Raquel y a Lía al campo, donde estaba su rebaño,

5 y les dijo: «Vengo observando que vuestro padre ya no me mira como antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.

6 Vosotras sabéis que he servido a vuestro padre con todas mis fuerzas;

7 pero vuestro padre ha trapaceado conmigo y ha cambiado mi retribución una docena de veces, si bien Dios no le ha dejado perjudicarme.

8 Si él decía: Tu paga serán las reses pintas, entonces todas las ovejas parían pintas. Y si decía: Tu paga será lo listado, entonces todas las ovejas parían listado.

9 De esta suerte Dios ha quitado el ganado a vuestro padre y me lo ha dado a mí.

10 Pues bien: en la época de calentarse el rebaño, alcé los ojos y vi en un sueño cómo los machos que montaban al rebaño eran listados, pintos y salpicados.

11 Y me dijo el Ángel de Dios en aquel sueño: “¡Jacob!” Yo respondí: “Aquí estoy.”

12 Y dijo: Alza los ojos, y verás que todos los machos que montan al rebaño son listados, pintos y salpicados. Es que he visto todo lo que Labán te ha hecho.

13 Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, donde ungiste una estela y donde me hiciste aquel voto. Ahora, levántate, sal de esta tierra y vuelve a tu país natal.»

14 Respondieron Raquel y Lía y le dijeron: «¿Es que tenemos aún parte o herencia en la casa de nuestro padre?

15 ¿No hemos sido consideradas como extrañas para él, puesto que nos vendió y, por comerse, incluso se comió nuestra plata?

16 Así que toda la riqueza que ha quitado Dios a nuestro padre nuestra es y de nuestros hijos. Con que todo lo que te ha dicho Dios, hazlo.»

17 Levantóse Jacob, montó a sus hijos y a sus mujeres en los camellos,

18 y se llevó todo su ganado y toda la hacienda que había adquirido, el ganado de su propiedad, que había adquirido en Paddán Aram, para irse a donde su padre Isaac a Canaán.

19 Como Labán había ido a esquilar sus ovejas, Raquel robó los ídolos familiares que tenía su padre,

20 y Jacob actuó a hurtadillas de Labán el arameo, no dándole ningún indicio de que se fugaba.

21 En efecto, se fugó con todo lo suyo; se levantó, pasó el Río y enderezó hacia la montaña de Galaad.

22 Al tercer día recibió Labán la noticia de que Jacob se había fugado.

23 Entonces tomó a sus hermanos consigo y tras siete jornadas de persecución a su zaga le dio alcance en la montaña de Galaad.

24 Pero aquella noche vino Dios en sueños a Labán el arameo y le dijo: «Guárdate de hablar nada con Jacob, ni bueno ni malo.»

25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob. Este había plantado su tienda en la montaña y Labán plantó la suya con sus hermanos en la misma montaña de Galaad.

26 Y dijo Labán a Jacob: «¿Qué has hecho? Has actuado a hurtadillas de mí y te has llevado a mis hijas cual cautivas de guerra.

27 ¿Por qué te has fugado con disimulo y a hurtadillas de mí, en vez de advertírmelo? Yo te habría despedido con alegría y con cantares, con adufes y arpas.

28 Ni siquiera me has permitido besar a mis hijos e hijas. O sea, que has obrado como un necio.

29 Hay poder en mi mano para hacerte mal: pero el Dios de tu padre me dijo ayer noche: “Guárdate de hablar a Jacob absolutamente nada, ni bueno ni malo.”

30 Así pues, tú te has marchado porque añorabas la casa paterna, pero ¿por qué robaste mis dioses?»

31 Respondió Jacob a Labán: «Es que tuve miedo, pensando que acaso ibas a quitarme a tus hijas.

32 Pero eso sí, que aquel a quien le encuentres tus dioses no quede con vida. Delante de nuestros hermanos reconoce lo tuyo que yo tenga y tómatelo.» En efecto, Jacob ignoraba que Raquel los había robado.

33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la de Lía y en la de las dos criadas, y no halló nada. Salió de la tienda de Lía, y entró en la de Raquel.

34 Pero Raquel había tomada los ídolos familiares y, poniéndolos en la albarda del camello, se había sentado encima. Labán registró toda la tienda sin hallar nada.

35 Ella dijo a su padre: «No le dé enojo a mi señor de que no pueda levantarme en tu presencia, porque estoy con las reglas.» El siguió rebuscando por toda la tienda sin dar con los ídolos.

36 Entonces Jacob, montando en cólera recriminó a Labán, y encarándose con él le dijo: «¿Cual es mi delito? ¿Cuál mi pecado, que me persigues con saña?

37 Al registrar todos mis enseres, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí, ante mis hermanos y los tuyos, y juzguen ellos entre nosotros dos.

38 En veinte años que llevo contigo, tus ovejas y tus cabras nunca han malparido, y los machos de tu rebaño nunca me los he comido.

39 Ganado destrozado por fieras nunca te llevé: yo pagaba el daño, de lo mío te cobrabas tanto si era yo robado de día como si lo era de noche.

40 Estaba yo que de día me devoraba el resistero, y de noche la helada, mientras huía el sueño de mis ojos.

41 Estos fueron mis veinte años en tu casa. Catorce años te serví por tus dos hijas, y seis por tus ovejas, y tú has cambiado mi paga diez veces.

42 Si el Dios de mi Padre, el Dios de Abraham y el Padrino de Isaac no hubiese estado por mí, a fe que ahora me despacharas de vacío. Mi cuita y la fatiga de mis manos las ha visto Dios y ha dado su fallo ayer noche.»

43 Respondió Labán y dijo a Jacob: «Estas hijas son mías, estos hijos son mis hijos, y estas ovejas mis ovejas, todo cuanto ves, mío es. Y, ¿qué voy a hacerles hoy a estas mis hijas?, ¿o a los hijos que me dieron?

44 Ea, pues, ven y hagamos un pacto entre los dos..., y sirva de testigo entre nosotros dos.»

45 Jacob tomó una piedra y la erigió como estela.

46 Y dijo Jacob a sus hermanos: «Recoged piedras.» Tomaron piedras, hicieron un majano y comieron allí sobre el majano.

47 Labán lo llamó Yegar Sahdutá, y Jacob lo llamó Galed.

48 Labán dijo: «Este majano es hoy testigo entre nosotros dos.» Por eso le llamó Galed,

49 y también Mispá, pues dijo: «Que Yahveh nos vigile a los dos, cuando nos alejemos el uno del otro.

50 Si tú humillas a mis hijas, si tomas otras mujeres, además de mis hijas, bien que nadie esté con nosotros que nos vea, sea Dios testigo entre los dos.»

51 Dijo Labán a Jacob: «Aquí está este majano, y aquí esta estela que he erigido entre nosotros dos.

52 Testigo sea este majano, y testigo sea esta estela de que yo no he de traspasar este majano hacia ti, ni tú has de traspasar este majano y esta estela hacia mí para nada malo.

53 El Dios de Abraham y el Dios de Najor juzguen entre nosotros.» Y Jacob juró por el Padrino de su padre Isaac.

54 Jacob hizo un sacrificio en el monte e invitó a sus hermanos a tomar parte. Ellos tomaron parte, e hicieron noche en el monte.

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Génesis 31

Génesis 31 - Introducción

* Jacob se va en secreto. (1-21) Labán persigue a Jacob. (23-35) la queja de Jacob de la conducta de Labán. (36-42) Su pacto en Galeed. (43-55)

Génesis 31:1-21

1-21 Los asuntos de estas familias se relacionan muy minuciosamente, mientras que (lo que se llama) los grandes eventos de estados y reinos en ese período, no se mencionan. La Biblia enseña a las personas los deberes comunes de la vida, cómo servir a Dios, cómo disfrutar de las bendiciones que él otorga y cómo hacer el bien en las diversas estaciones y deberes de la vida. Los hombres egoístas se consideran despojados de todo lo que les pasa, y la codicia incluso se tragará el afecto natural. La sobrevaluación de la riqueza mundana de los hombres es ese error que es la raíz de la codicia, la envidia y todo mal. Los hombres del mundo se interponen en el camino del otro, y cada uno parece estar alejándose del resto; de ahí descontento, envidia y discordia. Pero hay posesiones que serán suficientes para todos; felices los que los buscan en primer lugar. En todos nuestros retiros debemos respetar el mandato y la promesa de Dios. Si Él está con nosotros, no debemos temer. Los peligros que nos rodean son tantos, que nada más puede realmente alentar nuestros corazones. Recordar las temporadas favoritas de comunión con Dios es muy refrescante cuando está en dificultades; y a menudo debemos recordar nuestros votos, que no los cumplimos.

Génesis 31:22-35

22-35 Dios puede poner una brida en la boca de los hombres malvados, para contener su malicia, aunque no cambie sus corazones. Aunque no aman al pueblo de Dios, lo pretenderán y tratarán de hacer un mérito por necesidad. ¡Laban tonto! ¡llamar a esas cosas sus dioses que podrían ser robados! Los enemigos pueden robar nuestros bienes, pero no nuestro Dios. Aquí Labán pone a cargo de Jacob cosas que él no sabía. Aquellos que comprometen su causa a Dios, no tienen prohibido defenderla ellos mismos con mansedumbre y miedo. Cuando leemos que Rachel está robando las imágenes de su padre, ¡qué escena de iniquidad se abre! La familia de Nacor, que dejó a los caldeos idólatras; ¿Esta familia misma se ha vuelto idólatra? Es aun así. La verdad parece ser que fueron como algunos en tiempos posteriores, que se juramentaron por el Señor y por Malcham, Sofonías 1:5; y como otros en nuestros tiempos, que desean servir a Dios y a Mammon. Grandes números reconocerán al verdadero Dios en palabras, pero sus corazones y casas son las moradas de la idolatría espiritual. Cuando un hombre se entrega a la codicia, como Labán, el mundo es su dios; y solo tiene que residir entre grandes idólatras para convertirse en uno, o al menos en un favorito de sus abominaciones.

Génesis 31:36-42

36-42 Si Jacob fuera voluntariamente consumido por el calor en el día, y las heladas por la noche, para convertirse en el yerno de Labán, ¿qué deberíamos negarnos a soportar para convertirnos en hijos de Dios? Jacob habla de Dios como el Dios de su padre; se consideraba indigno de ser considerado, pero era amado por el bien de su padre. Lo llama el Dios de Abraham, y el temor de Isaac; porque Abraham estaba muerto y se había ido a ese mundo donde el amor perfecto expulsa el miedo; pero Isaac todavía estaba vivo, santificando al Señor en su corazón, como su miedo y su temor.

Génesis 31:43-55

43-55 Labán no podía justificarse ni condenar a Jacob, por lo tanto, no desea saber más sobre ese asunto. No está dispuesto a ser culpable, como debería haberlo hecho. Pero él propone un pacto de amistad entre ellos, a lo que Jacob acepta de inmediato. Se levantó un montón de piedras para mantener el recuerdo del evento, y la escritura no se conocía ni se usaba poco. Se ofreció un sacrificio de ofrendas de paz. La paz con Dios pone verdadero consuelo en nuestra paz con nuestros amigos. Comieron pan juntos, participaron de la fiesta sobre el sacrificio. En la antigüedad, los pactos de amistad eran ratificados por las partes que comían y bebían juntas. Dios es juez entre las partes contendientes, y juzgará con rectitud; quien hace mal, es bajo su propio riesgo. Le dieron un nuevo nombre al lugar, El montón de testigos. Después de esta conversación enojada, se separan amigos. Dios a menudo es mejor para nosotros que nuestros temores, y anula los espíritus de los hombres a nuestro favor, más allá de lo que podríamos haber esperado; porque no es en vano confiar en él


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Copyright © la Biblia de Jerusalén, editada por Descleé de Brower ©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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