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Éxodo 30 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Éxodo 30

1 Harás también un altar para quemar el incienso. De madera de acacia lo harás.

2 Será cuadrado: de un codo de largo y otro de ancho; su altura será de dos codos. Sus cuernos formarán un solo cuerpo con él.

3 Lo revestirás de oro puro, tanto su parte superior como sus costados, así como sus cuernos. Pondrás en su derredor una moldura de oro,

4 y debajo de la moldura, a los costados, harás dos anillas. Las harás a ambos lados, para meter por ellas los varales con que transportarlo.

5 Harás los varales de madera de acacia y los revestirás de oro.

6 Colocarás el altar delante del velo que está junto al arca del Testimonio y ante el propiciatorio que cubre el Testimonio, donde yo me encontraré contigo.

7 Aarón quemará en él incienso aromático; lo quemará todas la mañanas, al preparar las lámparas,

8 y lo quemará también cuando al atardecer alimente las lámparas. Será incienso continuo ante Yahveh, de generación en generación.

9 No ofrezcáis sobre él incienso profano, ni holocausto ni oblación, ni derraméis sobre él libación alguna.

10 Aarón una vez al año hará expiación sobre los cuernos de este altar. Con la sangre del sacrificio por el pecado, es decir, el de la expiación, una vez cada año hará expiación por él en vuestras sucesivas generaciones. Cosa sacratísima es el altar en honor de Yahveh.

11 Habló Yahveh a Moisés, diciendo:

12 Cuando cuentes el número de los israelitas para hacer su censo, cada uno pagará a Yahveh el rescate por su vida al ser empadronado, para que no haya plaga entre ellos con motivo del empadronamiento.

13 Esto es lo que ha de dar cada uno de los comprendidos en el censo: medio siclo, en siclos del Santuario. Este siclo es de veinte óbolos. El tributo reservado a Yahveh es medio siclo.

14 Todos los comprendidos en el censo, de veinte años en adelante, pagarán el tributo reservado a Yahveh.

15 El rico no dará más, ni el pobre menos del medio siclo, al pagar el tributo a Yahveh como rescate de vuestras vidas.

16 Tomarás el dinero del rescate de parte de los israelitas, y lo darás para el servicio de la Tienda del Encuentro; y será para los israelitas como recordatorio ante Yahveh por el rescate de sus vidas.

17 Habló Yahveh a Moisés, diciendo:

18 Haz una pila de bronce, con su base de bronce, para las abluciones. Colócala entre la Tienda del Encuentro y el altar, y echa agua en ella,

19 para que Aarón y sus hijos se laven las manos y los pies con su agua.

20 Antes de entrar en la Tienda del Encuentro se han de lavar con agua para que no mueran; también antes de acercarse al altar para el ministerio de quemar los manjares que se abrasan en honor de Yahveh.

21 Se lavarán las manos y los pies, y no morirán. Este será decreto perpetuo para ellos, para Aarón y su posteridad, de generación en generación.

22 Habló Yahveh a Moisés, diciendo:

23 Toma tú aromas escogidos: de mirra pura, quinientos siclos; de cinamomo, la mitad, o sea, 250; de caña aromática, 250;

24 de casia, quinientos, en siclos del Santuario, y un sextario de aceite de oliva.

25 Prepararás con ello el óleo para la unción sagrada, perfume aromático como lo prepara el perfumista. Este será el óleo para la unción sagrada.

26 Con él ungirás la Tienda del Encuentro y el arca del Testimonio,

27 la mesa con todos sus utensilios, el candelabro con todos sus utensilios, el altar del incienso,

28 el altar del holocausto con todos sus utensilios y la pila con su base.

29 Así los consagrarás y serán cosa sacratísima. Todo cuanto los toque quedará santificado.

30 Ungirás también a Aarón y a sus hijos y los consagrarás para que ejerzan mi sacerdocio.

31 Hablarás a los israelitas, diciendo: Este será para vosotros el óleo de la unción sagrada de generación en generación.

32 No debe derramarse sobre el cuerpo de ningún hombre; no haréis ningún otro de composición parecida a la suya. Santo es y lo tendréis por cosa sagrada.

33 Cualquiera que prepare otro semejante, o derrame de él sobre un laico, será exterminado de su pueblo.

34 Dijo Yahveh a Moisés: Procúrate en cantidades iguales aromas: estacte, uña marina y gálbano, especias aromáticas e incienso puro.

35 Prepara con ello, según el arte del perfumista, un incienso perfumado, sazonado con sal, puro y santo;

36 pulverizarás una parte que pondrás delante del Testimonio, en la Tienda del Encuentro, donde yo me encontraré contigo. Será para vosotros cosa sacratísima.

37 Y en cuanto a la composición de este incienso que vas a hacer, no la imitéis para vuestro uso. Lo tendrás por consagrado a Yahveh.

38 Cualquiera que prepare otro semejante para aspirar su fragancia, será exterminado de en medio de su pueblo.

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Éxodo 30

Éxodo 30 - Introducción

* El altar del incienso (versículos 1-10). El rescate de almas (versículos 11-16). La fuente de bronce (versículos 17-21). El aceite de la unción sagrada, el perfume (versículos 22-38).

Éxodo 30:1-10

1-10 El altar del incienso representaba al Hijo de Dios en su naturaleza humana, y el incienso quemado en él simbolizaba su intercesión por su pueblo. La intercesión continua de Cristo se representaba mediante la quema diaria de incienso en él, por la mañana y por la tarde. Una vez al año, se debía aplicar la sangre de la expiación en él, lo que denotaba que la intercesión de Cristo obtiene toda su virtud de sus sufrimientos en la tierra, y que no necesitamos otro sacrificio ni otro intercesor sino solo a Cristo.

Éxodo 30:11-16

11-16 El tributo era medio siclo, aproximadamente quince peniques de nuestro dinero. Los ricos no debían dar más ni los pobres menos; las almas de los ricos y los pobres son igualmente preciosas, y Dios no hace acepción de personas, Hechos 10:34; Job 34:19. En otras ofrendas, los hombres debían dar según su capacidad terrenal; pero esto, que era el rescate del alma, debía ser igual para todos. Las almas de todos tienen igual valor, igual peligro y todos necesitan igualmente un rescate. El dinero recaudado se debía utilizar en el servicio del tabernáculo. Aquellos que tienen el beneficio no deben escatimar los gastos necesarios para el culto público de Dios. El dinero no puede hacer expiación por el alma, pero puede ser utilizado para la honra de Aquel que hizo la expiación y para el sostenimiento del evangelio mediante el cual se aplica la expiación.

Éxodo 30:17-21

17-21 Un gran recipiente de bronce, lleno de agua, debía colocarse cerca de la puerta del tabernáculo. Aarón y sus hijos debían lavar sus manos y pies en esta fuente cada vez que entraran a ministrar. Esto les enseñaba la pureza en todos sus servicios y a temer la contaminación del pecado. No solo debían lavarse y ser purificados cuando fueran hechos sacerdotes por primera vez, sino que debían lavarse y mantenerse limpios cada vez que fueran a ministrar. Esto nos enseña a asistir a Dios a diario, a renovar nuestro arrepentimiento por el pecado y a mirar diariamente a la sangre de Cristo para obtener el perdón; porque en muchas cosas ofendemos a diario.

Éxodo 30:22-38

22-38 Aquí se dan instrucciones para hacer el aceite de la unción sagrada y el incienso que se utilizará en el servicio del tabernáculo. Para mostrar la excelencia de la santidad, había este aceite aromatizado en el tabernáculo, que era agradable a la vista y al olfato. El nombre de Cristo es como ungüento derramado, Cantares de los Cantares 1:3, y el buen nombre de los cristianos es como un ungüento precioso, Eclesiastés 7:1. El incienso quemado en el altar de oro se preparaba con especias aromáticas. Cuando se usaba, debía ser molido muy fino; así agradó al Señor quebrantar al Redentor cuando se ofreció a sí mismo como un sacrificio de olor fragante. No se debía hacer algo similar para ningún uso común. De esta manera, Dios quería mantener en la mente del pueblo reverencia por sus propios servicios y enseñarnos a no profanar ni abusar de nada por lo cual Dios se da a conocer. Es un gran desprecio a Dios burlarse de las cosas sagradas y hacer chistes con su palabra y ordenanzas. Es muy peligroso y fatal utilizar profesiones del evangelio de Cristo para promover intereses mundanos.


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Copyright © la Biblia de Jerusalén, editada por Descleé de Brower ©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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