Deuteronomio 15 - Comentario Bíblico de Matthew HenryDeuteronomio 151 Cada siete años harás remisión. 2 En esto consiste la remisión. Todo acreedor que posea una prenda personal obtenida de su prójimo, le hará remisión; no apremiará a su prójimo ni a su hermano, si se invoca la remisión en honor de Yahveh. 3 Podrás apremiar al extranjero, pero a tu hermano le concederás la remisión de lo que te debe. 4 Cierto que no debería haber ningún pobre junto a ti, porque Yahveh te otorgará su bendición en la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia para que la poseas, 5 pero sólo si escuchas de verdad la voz de Yahveh tu Dios cuidando de poner en práctica todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy. 6 Sí, Yahveh tu Dios te bendecirá como te ha dicho: prestarás a naciones numerosas, y tú no pedirás prestado, dominarás a naciones numerosas, y a ti no te dominarán. 7 Si hay junto a ti algún pobre de entre tus hermanos, en alguna de las ciudades de tu tierra que Yahveh tu Dios te da, no endurecerás tu corazón ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre, 8 sino que le abrirás tu mano y le prestarás lo que necesite para remediar su indigencia. 9 Cuida de no abrigar en tu corazón estos perversos pensamientos: «Ya pronto llega el año séptimo, el año de la remisión», para mirar con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada; él apelaría a Yahveh contra ti y te cargarías con un pecado. 10 Cuando le des algo, se lo has de dar de buena gana, que por esta acción te bendecirá Yahveh, tu Dios en todas tus obras y en todas tus empresas. 11 Pues no faltarán pobres en esta tierra; por eso te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra. 12 Si tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti, te servirá durante seis años y al séptimo le dejarás libre. 13 Al dejarle libre, no le mandarás con las manos vacías; 14 le harás algún presente de tu ganado menor, de tu era y de tu lagar; le darás según como te haya bendecido Yahveh tu Dios. 15 Recordarás que tu fuiste esclavo en el país de Egipto y que Yahveh tu Dios te rescató: por eso te mando esto hoy. 16 Pero si él te dice: «No quiero marcharme de tu lado», porque te ama, a ti y a tu casa, porque le va bien contigo, 17 tomarás un punzón, le horadarás la oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre. Lo mismo harás con tu sierva. 18 No se te haga demasiado duro el dejarle en libertad, porque el haberte servido seis años vale por un doble salario de jornalero. Y Yahveh tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas. 19 Todo primogénito que nazca en tu ganado mayor o menor, si es macho, lo consagraras a Yahveh tu Dios. No someterás al trabajo al primogénito de tu vaca ni esquilarás al primogénito de tu oveja. 20 Lo comerás, tú y tu casa, cada año, en presencia de Yahveh tu Dios, en el lugar elegido por Yahveh. 21 Si tiene alguna tara, si es cojo o ciego o con algún otro defecto grave, no lo sacrificarás a Yahveh tu Dios. 22 Lo comerás en tus ciudades, lo mismo el puro que el impuro, como si fuese gacela o ciervo; 23 sólo la sangre no la comerás; la derramarás en tierra como agua. Deuteronomio 15Deuteronomio 15 - Introducción* El año de liberación. (1-11) Sobre la liberación de los siervos. (12-18) Respecto a los primogénitos del ganado. (19-23) Deuteronomio 15:1-111-11 EEste año de liberación tipificaba la gracia del evangelio, en el cual se proclama el año aceptable del Señor; y por el cual obtenemos la liberación de nuestras deudas, es decir, el perdón de nuestros pecados. La ley es espiritual y pone restricciones a los pensamientos del corazón. Nos equivocamos si creemos que los pensamientos están libres del conocimiento de Dios y de Su corrección. Es un corazón verdaderamente malvado el que engendra malos pensamientos a partir de la buena ley de Dios, como lo hicieron aquellos que, porque Dios los había obligado a la caridad del perdón, negaron la caridad de dar. Aquellos que desean abstenerse del acto del pecado deben mantener fuera de sus mentes incluso el pensamiento mismo del pecado. Es una cosa terrible tener el clamor de los pobres justamente en contra de nosotros. No seas tacaño con tu hermano; no desconfíes de la providencia de Dios. Lo que haces, hazlo de corazón, porque a Dios le agrada el dador alegre, 2 Corintios 9:7. Deuteronomio 15:12-1812-18 Aquí se repite la ley concerniente a los siervos hebreos. Se añade una disposición que requiere a los amos poner algún capital en manos de sus siervos para que puedan establecerse por sí mismos cuando salgan de su servidumbre, en la cual no habían recibido salario. Podemos esperar bendiciones familiares, fuentes de prosperidad familiar, cuando cumplimos con nuestro deber hacia nuestras relaciones familiares. Debemos recordar que somos deudores de la justicia divina y no tenemos nada con qué pagar. Somos esclavos, pobres y pereciendo. Pero el Señor Jesucristo, al empobrecerse y derramar su sangre, ha hecho una provisión completa y gratuita para el pago de nuestras deudas, el rescate de nuestras almas y el suministro de todas nuestras necesidades. Cuando el evangelio se predica claramente, se proclama el año aceptable del Señor; el año de liberación de nuestras deudas, de la liberación de nuestras almas y de la obtención de descanso en Él. Y a medida que la fe en Cristo y el amor por Él prevalecen, triunfarán sobre el egoísmo del corazón y sobre la falta de amabilidad del mundo, eliminando las excusas que surgen del incredulidad, la desconfianza y la avaricia. Deuteronomio 15:19-2319-23 Aquí se da una dirección sobre qué hacer con los primogénitos. No estamos limitados como lo estaban los israelitas; no hacemos diferencia entre un primer becerro o cordero y el resto. Entonces, miremos al significado del evangelio de esta ley, dedicándonos a nosotros mismos y a lo primero de nuestro tiempo y fuerza a Dios; y utilizando todos nuestros consuelos y disfrutes para su alabanza y bajo la dirección de su ley, ya que todos los tenemos como un regalo suyo. |
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit