1 Reyes 3 - Comentario Bíblico de Matthew Henry1 Reyes 31 Salomón fue yerno de Faraón, rey de Egipto; tomó la hija de Faraón y la llevó a la Ciudad de David, mientras terminaba de construir su casa, la casa de Yahveh y la muralla en torno a Jerusalén. 2 Con todo, el pueblo ofrecía sacrificios en los altos, porque en aquellos días no había sido aún construida una casa para el Nombre de Yahveh. 3 Salomón amaba a Yahveh y andaba según los preceptos de David su padre, pero ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los altos. 4 Fue el rey a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, porque aquel es el alto principal. Salomón ofreció mil holocaustos en aquel altar. 5 En Gabaón Yahveh se apareció a Salomón en sueños por la noche. Dijo Dios: «Pídeme lo que quieras que te dé.» 6 Salomón dijo: «Tú has tenido gran amor a tu siervo David mi padre, porque él ha caminado en tu presencia con fidelidad, con justicia y rectitud de corazón contigo. Tú le has conservado este gran amor y le has concedido que hoy se siente en su trono un hijo suyo. 7 Ahora Yahveh mi Dios, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre, pero yo soy un niño pequeño que no sabe salir ni entrar. 8 Tu siervo está en medio del pueblo que has elegido, pueblo numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre. 9 Concede, pues, a tu siervo, un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?» 10 Plugo a los ojos del Señor esta súplica de Salomón, 11 y le dijo Dios: «Porque has pedido esto y, en vez de pedir para ti larga vida, riquezas, o la muerte de tus enemigos, has pedido discernimiento para saber juzgar, 12 cumplo tu ruego y te doy un corazón sabio e inteligente como no lo hubo antes de ti ni lo habrá después. 13 También te concedo lo que no has pedido, riquezas y gloria, como no tuvo nadie entre los reyes. 14 Si andas por mis caminos, guardando mis preceptos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo prolongaré tus días.» 15 Se despertó Salomón y era un sueño. Entró en Jerusalén y se puso delante del arca de la alianza del Señor; ofreció holocaustos y sacrificios de comunión y dio un banquete a todos sus servidores. 16 Vinieron por entonces al rey dos prostitutas y se presentaron ante él. 17 Una de las mujeres dijo: «Oyeme, mi señor. Yo y esta mujer vivíamos en una misma casa, y yo he dado a luz, estando ella conmigo en la casa. 18 A los tres días de mi alumbramiento, también dio a luz esta mujer; estábamos juntas, no había ningún extraño con nosotras en la casa, fuera de nosotras dos. 19 El hijo de esa mujer murió una noche, porque ella se había acostado sobre él. 20 Se levantó ella durante la noche y tomó a mi hijo de mi lado, mientras tu sierva dormía, y lo acostó en su regazo, y a su hijo muerto lo acostó en mi regazo. 21 Cuando me levanté por la mañana para dar de mamar a mi hijo, lo hallé muerto; pero fijándome en él por la mañana vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.» 22 La otra mujer dijo: «No, todo lo contrario, mi hijo es el vivo y tu hijo es el muerto.» Pero la otra replicó: «No; tu hijo es el muerto y mi hijo es el vivo.» Y discutían delante del rey. 23 Dijo el rey: «Esta dice: “Mi hijo es éste, el vivo, y tu hijo es el muerto.” Pero la otra dice: “No, tu hijo es el muerto, y mi hijo es el vivo.” 24 Dijo el rey: «Traedme una espada.» Llevaron una espada ante el rey. 25 Dijo el rey: «Partid en dos al niño vivo y dad una mitad a una y otra a la otra». 26 La mujer de quien era el niño vivo habló al rey, porque sus entrañas se conmovieron por su hijo, y dijo: «Por favor, mi señor, que le den el niño vivo y que no le maten.» Pero la otra dijo: «No será ni para mí ni para ti: que lo partan.» 27 Respondió el rey: «Entregad a aquélla el niño vivo y no le matéis; ella es la madre.» 28 Todo Israel oyó el juicio que hizo el rey y reverenciaron al rey, pues vieron que había en él una sabiduría divina para hacer justicia. 1 Reyes 31 Reyes 3 - Introducción* El matrimonio de Salomón. (1-4) Su visión, Su oración por sabiduría. (5-15) el juicio de Salomón. (16-28) 1 Reyes 3:1-41-4 El que amaba al Señor, debería, por su bien, haber fijado su amor en uno de los del pueblo del Señor. Salomón era un hombre sabio, un hombre rico, un gran hombre; Sin embargo, la alabanza más brillante de él es la que es el carácter de todos los santos, incluso los más pobres: "Amaba al Señor". Donde Dios siembra abundantemente, espera cosechar en consecuencia; y aquellos que verdaderamente aman a Dios y su adoración, no guardarán rencor a los gastos de su religión. Nunca debemos pensar en ese desperdicio que se presenta al servicio de Dios. 1 Reyes 3:5-155-15 El sueño de Salomón no era común. Mientras sus poderes corporales estaban encerrados en el sueño, los poderes de su alma se fortalecieron; fue capacitado para recibir la visión Divina y tomar una decisión adecuada. Dios, de la misma manera, nos prepara para ser felices, asegurándonos que tendremos lo que necesitamos y rezaremos. Salomón tomó esa decisión cuando estaba dormido, y los poderes de la razón menos activos, mostraron que venía de la gracia de Dios. Teniendo un sentido humilde de sus propios deseos y debilidades, suplica: Señor, no soy más que un niño pequeño. Cuanto más sabios y considerados son los hombres, mejor conocen su propia debilidad y más celosos de sí mismos. Salomón le ruega a Dios que le dé sabiduría. Debemos orar por ello, Santiago 1:5, para que pueda ayudarnos en nuestro llamado particular y en las diversas ocasiones que tenemos. Aquellos son aceptados por Dios, quienes prefieren las bendiciones espirituales al bien terrenal. Era una oración prevaleciente, y prevaleció por más de lo que pidió. Dios le dio sabiduría, como ningún otro príncipe fue bendecido; y también le dio riquezas y honor. Si nos aseguramos de la sabiduría y la gracia, esto traerá prosperidad externa con ellos, o endulzará la falta de ella. La forma de obtener bendiciones espirituales es luchar con Dios en oración por ellos. La forma de obtener bendiciones terrenales es referirnos a Dios con respecto a ellas. Salomón le ha dado la sabiduría, porque él lo pidió, y la riqueza, porque no lo hizo. 1 Reyes 3:16-2816-28 Se da una instancia de la sabiduría de Salomón. Note la dificultad del caso. Para descubrir a la verdadera madre, no pudo probar cuál amaba más al niño y, por lo tanto, intentó cuál amaba mejor al niño: se probará la sinceridad de la madre cuando el niño esté en peligro. Deje que los padres muestren su amor a sus hijos, especialmente cuidando sus almas y arrebatándolos como marcas de la quema. Por este y otros casos de la sabiduría con la que Dios lo dotó, Salomón tenía una gran reputación entre su pueblo. Esto era mejor para él que las armas de guerra; Por esto era temido y amado. |
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit