Salmos 86 - Comentario Bíblico de Matthew HenrySalmos 86Solo tú eres Dios1a (1a) Oración de David. 1 1 (1b) Señor, dígnate escucharme, porque estoy muy triste y pobre; 2 protégeme, pues te soy fiel. Tú eres mi Dios; ¡salva a este siervo tuyo que en ti confía! 3 Señor, ten compasión de mí, que a ti clamo a todas horas. 4 Señor, alegra el ánimo de este siervo tuyo, pues a ti dirijo mi oración. 5 Porque tú, Señor, eres bueno y perdonas; eres todo amor con los que te invocan. 6 Señor, escucha mi oración, ¡atiende mi plegaria! 7 En mi angustia clamo a ti, porque tú me respondes. 8 ¡No hay dios comparable a ti, Señor! ¡No hay nada que iguale a tus obras! 9 Oh Señor, tú has formado a todas las naciones, y ellas vendrán a ti para adorarte y para glorificar tu nombre. 10 Porque solo tú eres Dios; ¡tú eres grande y haces maravillas! 11 Oh Señor, enséñame tu camino, para que yo lo siga fielmente. Haz que mi corazón honre tu nombre. 12 Mi Señor y Dios, te alabaré con todo el corazón y glorificaré siempre tu nombre. 13 ¡Inmenso es tu amor por mí! ¡Me has librado de caer en el sepulcro! 14 Oh Dios, una banda de insolentes y violentos, que no te tienen presente, se han puesto en contra mía y quieren matarme. 15 Pero tú, Señor, eres Dios tierno y compasivo, paciente, todo amor y verdad. 16 Mírame, ¡ten compasión de mí! ¡Salva a este siervo tuyo! ¡Dale tu fuerza! 17 Dame una clara prueba de tu bondad, y que al verla se avergüencen los que me odian. ¡Tú, Señor, me das ayuda y consuelo! Salmos 86Salmo 86 - Introducción* El salmista aboga por su seriedad y la misericordia de Dios, como razones por las cuales su oración debe ser escuchada. (1-7) Renueva sus pedidos de ayuda y consuelo. (8-17) Salmo 86:1-71-7 Nuestra pobreza y miseria, cuando se sienten, suplican poderosamente en nuestro nombre ante el trono de la gracia. La mejor autoconservación es comprometernos a guardar a Dios. Soy uno a quien favoreces, te has apartado para ti mismo y has hecho partícipe de la gracia santificante. Es un gran estímulo para la oración, sentir que hemos recibido la gracia conversora de Dios, hemos aprendido a confiar en él y a ser sus siervos. Podemos esperar consuelo de Dios, cuando mantenemos nuestra comunión con Dios. La bondad de Dios aparece en dos cosas, en dar y perdonar. Hagan lo que hagan los demás, invoquemos a Dios y confiemos nuestro caso a él; No buscaremos en vano. Salmo 86:8-178-17 Nuestro Dios solo posee el poder todopoderoso y el amor infinito. Cristo es el camino y la verdad. Y el alma creyente tendrá más deseos de que le enseñen el camino y la verdad. Y el alma creyente estará más deseosa de que se le enseñe el camino y la verdad de Dios, para caminar en ella, que ser liberado de la angustia terrenal. Los que no ponen al Señor delante de ellos, buscan las almas de los creyentes; pero la compasión, la misericordia y la verdad de Dios serán su refugio y consuelo. Y aquellos cuyos padres eran los siervos del Señor, pueden instar esto como una súplica por la que debería escucharlos y ayudarlos. Al considerar la experiencia de David y la del creyente, no debemos perderle de vista a Él, quien aunque era rico, por nuestro bien se volvió pobre, para que nosotros, a través de su pobreza, pudiéramos ser ricos. |
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit