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Salmos 41 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Salmos 41

Oración de un hombre enfermo


1 (1) Del maestro de coro. Salmo de David.

1 1 (2) Dichoso el que piensa en el débil y pobre; el Señor lo librará en tiempos malos.

2 2 (3) El Señor lo protegerá, le dará vida y felicidad en la tierra, y no lo abandonará al capricho de sus enemigos.

3 3 (4) El Señor le dará fuerzas en el lecho del dolor; ¡convertirá su enfermedad en salud!

4 4 (5) Yo he dicho: «Señor, tenme compasión; cúrame, aunque he pecado contra ti.»

5 5 (6) Mis enemigos me desean lo peor: «¿Cuándo morirá y se perderá su recuerdo?»

6 6 (7) Vienen a verme, y no son sinceros; guardan en su memoria todo lo malo, y al salir a la calle lo dan a saber.

7 7 (8) Los que me odian se juntan y hablan de mí; piensan que estoy sufriendo por mi culpa,

8 8 (9) y dicen: «Su enfermedad es cosa del demonio; ha caído en cama y no volverá a levantarse.»

9 9 (10) Aun mi mejor amigo, en quien yo confiaba, el que comía conmigo, se ha vuelto contra mí.

10 10 (11) Pero tú, Señor, tenme compasión; haz que me levante y les dé su merecido.

11 11 (12) En esto conoceré que te he agradado: en que mi enemigo no cante victoria sobre mí.

12 12 (13) En cuanto a mí, que he vivido una vida sin tacha, tómame en tus manos, manténme siempre en tu presencia.

13 13 (14) ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, ahora y siempre! ¡Amén!

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Salmos 41

Salmo 41 - Introducción

* El cuidado de Dios por su pueblo. (1-4) La traición de los enemigos de David. (5-13)

Salmo 41:1-4

1-4 El pueblo de Dios no está libre de pobreza, enfermedad o aflicción externa, pero el Señor considerará su caso y enviará los suministros correspondientes. Del ejemplo de su Señor, el creyente aprende a considerar a sus hermanos pobres y afligidos. Esta rama de la piedad generalmente se recompensa con bendiciones temporales. Pero nada es tan angustiante para el creyente contrito, como el miedo o la sensación del disgusto divino o del pecado en su corazón. El pecado es la enfermedad del alma; perdonar la misericordia lo cura, renovar la gracia lo cura, y para esta curación espiritual deberíamos ser más sinceros que para la salud corporal.

Salmo 41:5-13

5-13 Nos quejamos, y justamente, de la falta de sinceridad, y de que apenas hay amistad verdadera entre los hombres; Pero los días anteriores no fueron mejores. Uno en particular, en quien David había depositado una gran confianza, participó con sus enemigos. Y no pensemos que es extraño, si recibimos el mal de aquellos que suponemos que somos amigos. ¿No hemos roto nosotros nuestras palabras hacia Dios? Comemos de su pan todos los días, pero levantamos el talón contra él. Pero aunque no nos deleitemos en la caída de nuestros enemigos, sí nos complace hacer vanos sus diseños. Cuando podemos discernir el favor del Señor en cualquier misericordia, personal o pública, eso lo duplica. Si la gracia de Dios no nos cuidó constantemente, no deberíamos ser sostenidos. Pero déjanos, mientras estamos en la tierra, un sincero asentimiento a esas alabanzas que los redimidos en la tierra y en el cielo rinden a su Dios y Salvador


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Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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