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Salmos 122 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Salmos 122

Alabanzas a Jerusalén


1a (1a) Cántico de las subidas, de David.

1 1 (1b) ¡Qué alegría cuando me dicen: «Vamos al templo del Señor»!

2 Jerusalén, ¡ya estamos dentro de tus puertas!

3 Jerusalén, ciudad construida para que en ella se reúna la comunidad.

4 A ella vienen las tribus del Señor para alabar su nombre, como se le ordenó a Israel.

5 En ella están los tribunales de justicia, los tribunales de la casa real de David.

6 Digan ustedes de corazón: «Que haya paz en ti, Jerusalén; que vivan tranquilos los que te aman.

7 Que haya paz en tus murallas; que haya seguridad en tus palacios.»

8 Y ahora, por mis hermanos y amigos diré: «Que haya paz en ti.

9 Por el templo del Señor nuestro Dios, procuraré tu bien.»

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Salmos 122

Salmo 122 - Introducción

* Estima por Jerusalén. (1-5) Preocupación por su bienestar. (6-9)

Salmo 122:1-5

1-5 El placer y el beneficio de los medios de gracia deberían hacernos pasar por alto los problemas y la fatiga al acudir a ellos; y debemos apresurarnos mutuamente a lo que es bueno. Deberíamos desear que nuestros amigos cristianos, cuando tengan un buen trabajo entre manos, nos llamen y nos lleven con ellos. ¡Con qué disposición debemos pensar en la Jerusalén celestial! ¡Cuán alegremente debemos llevar la cruz y dar la bienvenida a la muerte, con la esperanza de una corona de gloria! Jerusalén se llama la ciudad hermosa. Era un tipo de iglesia evangélica, que es compacta en amor santo y comunión cristiana, de modo que todo es como una sola ciudad. Si todos los discípulos de Cristo fueran de una sola mente y mantuvieran la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz, sus enemigos se verían privados de sus principales ventajas contra ellos. Pero la máxima de Satanás siempre ha sido dividir para conquistar; y pocos cristianos son lo suficientemente conscientes de sus designios.

Salmo 122:6-9

6-9 Aquellos que no pueden hacer nada más por la paz de Jerusalén, pueden rezar por ella. Consideremos a todos los que buscan la gloria del Redentor, como nuestros hermanos y compañeros de viaje, sin considerar las diferencias que no afectan nuestro bienestar eterno. Bendito Espíritu de paz y amor, que habitó en el alma del santo Jesús, descendió a su iglesia y llenó a los que la componen con su temperamento celestial; hacer cesar las amargas disputas y hacer que seamos de una sola mente. El amor a los hermanos y el amor a Dios, debe animarnos a buscar ser como el Señor Jesús en oración ferviente y trabajo incansable, para la salvación de los hombres y la gloria divina.


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Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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