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Salmos 106 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Salmos 106

La constante rebeldía de Israel

1 ¡Aleluya! Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno.

2 ¿Quién podrá describir las victorias del Señor? ¿Quién podrá alabarlo como merece?

3 Felices los que practican la justicia y hacen siempre lo que es justo.

4 Acuérdate de mí, Señor, cuando hagas bien a tu pueblo; tenme presente cuando vengas a salvar,

5 para que vea yo la dicha de tus escogidos, para que me alegre y enorgullezca con el pueblo que te pertenece.

6 Hemos pecado igual que nuestros padres; nos hemos pervertido; hemos hecho lo malo.

7 Nuestros padres, allá en Egipto, no dieron importancia a tus grandes hechos; se olvidaron de tu gran amor, y junto al Mar Rojo se rebelaron contra ti.

8 Pero Dios los salvó, y dio a conocer su poder haciendo honor a su nombre.

9 Reprendió al Mar Rojo y lo dejó seco. Los hizo pasar por el fondo del mar como por un desierto.

10 Así los salvó de sus enemigos, del poder de quienes los odiaban.

11 El agua cubrió a sus rivales y ni uno de ellos quedó con vida.

12 Entonces creyeron en las promesas de Dios y le cantaron alabanzas.

13 Pero muy pronto olvidaron los hechos de Dios, y no esperaron a conocer sus planes.

14 Allá, en la soledad del desierto, pusieron a prueba a Dios exigiéndole que les cumpliera sus deseos.

15 Y Dios les dio lo que pidieron, pero les mandó una enfermedad mortal.

16 En el campamento tuvieron envidia de Moisés, y también de Aarón, el consagrado del Señor.

17 Entonces se abrió la tierra y se tragó a Datán, y también a la pandilla de Abiram.

18 ¡El fuego ardió contra todos ellos! ¡Las llamas quemaron a los malvados!

19 En el monte Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro fundido, y lo adoraron:

20 ¡cambiaron al Dios glorioso por la imagen de un buey que come hierba!

21 Olvidaron a Dios, su Salvador, que había hecho grandes cosas en Egipto,

22 que había hecho maravillas en el país de Cam y cosas sorprendentes en el Mar Rojo.

23 Dios habló de destruirlos; pero Moisés, su escogido, se interpuso y calmó el furor de Dios, evitando que los destruyera.

24 Más tarde despreciaron un país hermoso, y no creyeron en las promesas de Dios;

25 dentro de sus tiendas hablaron mal del Señor, y no obedecieron sus órdenes.

26 Entonces él levantó la mano y les juró que los haría morir en el desierto,

27 que haría morir a sus descendientes y los dispersaría entre las naciones paganas.

28 Se hicieron esclavos de Baal-peor, y comieron de lo sacrificado a dioses sin vida.

29 Con sus malas acciones provocaron a Dios, y se extendió una plaga entre ellos.

30 Pero Finees se levantó y ejecutó al culpable, y así la plaga se detuvo.

31 Y Dios le tomó en cuenta esa justa acción, para siempre y de padres a hijos.

32 Hicieron también que Dios se enojara junto a las aguas de Meribá, y por causa de ellos le fue muy mal a Moisés,

33 pues le amargaron el ánimo y él habló sin pensar lo que decía.

34 No destruyeron a los pueblos que el Señor había ordenado destruir.

35 Por el contrario, se mezclaron con los paganos y aprendieron sus costumbres:

36 adoraron ídolos paganos, los cuales fueron causa de su ruina,

37 pues ofrecieron a sus hijos y a sus hijas en sacrificio a esos demonios.

38 Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas, y la ofrecieron a los dioses de Canaán. La tierra se manchó con su sangre,

39 y ellos se mancharon y prostituyeron con todas sus malas acciones.

40 El Señor se enfureció contra su pueblo, y renegó de ellos, de los que eran suyos;

41 los abandonó en manos de los paganos, y sus enemigos los dominaron;

42 sus enemigos los aplastaron, los humillaron bajo su poder.

43 Dios los salvó muchas veces, pero ellos se opusieron a sus planes y se hundieron en su propia maldad.

44 Sin embargo, al verlos angustiados y al escuchar sus lamentos,

45 se acordó de su alianza con ellos y cambió de parecer, porque su amor es muy grande:

46 ¡hizo que aun sus conquistadores los trataran con bondad!

47 ¡Sálvanos, Señor y Dios nuestro! ¡Recógenos de entre las naciones para que alabemos tu santo nombre, para que alegres te alabemos!

48 ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, por toda la eternidad! ¡Que todos digan: «Amén»! ¡Aleluya!

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Salmos 106

Salmo 106 - Introducción

* La felicidad del pueblo de Dios. (1-5) los pecados de Israel. (6-12) sus provocaciones. (13-33) sus rebeliones en Canaán. (34-46) Oración por una liberación más completa. (47,48)

Salmo 106:1-5

1-5 Ninguno de nuestros pecados o sufrimientos debe impedir que atribuyamos gloria y alabanza al Señor. Cuanto más indignos somos, más se admira su amabilidad. Y aquellos que dependen de la justicia del Redentor se esforzarán por copiar su ejemplo, y de palabra y obra para mostrar su alabanza. El pueblo de Dios tiene razones para ser gente alegre; y no necesita envidiar a los hijos de los hombres por su placer u orgullo.

Salmo 106:6-12

6-12 Aquí comienza una confesión de pecado; porque debemos reconocer que el Señor ha hecho lo correcto, y lo hemos hecho malvadamente. Se nos alienta a esperar que, aunque se corrija con justicia, no seamos completamente abandonados. El pueblo afligido de Dios se considera culpable ante él. Dios desconfía porque sus favores no son recordados. Si no nos salvó por amor de su propio nombre, y para alabanza de su poder y gracia, todos pereceríamos.

Salmo 106:13-33

13-33 Aquellos que no esperarán el consejo de Dios, serán entregados justamente a los deseos de sus propios corazones, para caminar en sus propios consejos. Un deseo indebido, incluso por cosas lícitas, se vuelve pecaminoso. Dios mostró su disgusto por esto. Los llenó de inquietud mental, terror de conciencia y auto-reproche. Muchos que gozan deliciosamente todos los días, y cuyos cuerpos son saludables, tienen delgadez en sus almas: sin amor a Dios, sin agradecimiento, sin apetito por el Pan de vida, y luego el alma debe estar delgada. Aquellos miserablemente se olvidan de sí mismos, que deleitan sus cuerpos y matan de hambre a sus almas. Incluso el verdadero creyente verá abundantes motivos para decir: Es de la misericordia del Señor que no me consuma. A menudo hemos establecido ídolos en nuestros corazones, unidos a algún objeto prohibido; de modo que si un mayor que Moisés no se hubiera levantado para alejar la ira del Señor, deberíamos haber sido destruidos. Si Dios trató severamente con Moisés por palabras desaconsejadas, ¿qué merecen aquellos que hablan muchas palabras orgullosas y malvadas? Es justo en Dios eliminar esas relaciones que son una bendición para nosotros, cuando somos irritantes y provocadores, y afligimos sus espíritus.

Salmo 106:34-48

34-48 La conducta de los israelitas en Canaán, y los tratos de Dios con ellos, muestran que el camino del pecado es cuesta abajo; Las omisiones dejan paso a las comisiones: cuando se olvidaron de destruir a los paganos, aprendieron sus obras. Un pecado llevó a muchos más, y trajo los juicios de Dios sobre ellos. Su pecado fue, en parte, su propio castigo. Los pecadores a menudo se ven arruinados por aquellos que los llevaron al mal. Satanás, que es un tentador, será un atormentador. Finalmente, Dios mostró compasión por su pueblo por el bien de su pacto. La inmutabilidad de la naturaleza misericordiosa y el amor de Dios hacia su pueblo, lo hace cambiar el curso de la justicia en misericordia; y ningún otro cambio se entiende por el arrepentimiento de Dios. Nuestro caso es horrible cuando se considera la iglesia exterior. Cuando las naciones que profesan el cristianismo son tan culpables como nosotros, no es de extrañar si el Señor los humilla por sus pecados. A menos que haya un arrepentimiento general y profundo, no puede haber más perspectiva que calamidades crecientes. El salmo concluye con una oración por completar la liberación del pueblo de Dios, y alabar el comienzo y el progreso del mismo. Que todas las personas de la tierra, antes de tiempo, agreguen su Amén


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Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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