x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Comentarios





«

Lucas 16 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

×

Lucas 16

La parábola del mayordomo astuto

1 Jesús contó también esto a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un mayordomo; y fueron a decirle que este le estaba malgastando sus bienes.

2 El amo lo llamó y le dijo: “¿Qué es esto que me dicen de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque ya no puedes seguir siendo mi mayordomo.”

3 El mayordomo se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me deja sin trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra, y me da vergüenza pedir limosna.

4 Ya sé lo que voy a hacer, para tener quienes me reciban en sus casas cuando me quede sin trabajo.”

5 Llamó entonces uno por uno a los que le debían algo a su amo. Al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi amo?”

6 Le contestó: “Le debo cien barriles de aceite.” El mayordomo le dijo: “Aquí está tu vale; siéntate en seguida y haz otro por cincuenta solamente.”

7 Después preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto le debes?” Este le contestó: “Cien medidas de trigo.” Le dijo: “Aquí está tu vale; haz otro por ochenta solamente.”

8 El amo reconoció que el mal mayordomo había sido listo en su manera de hacer las cosas. Y es que cuando se trata de sus propios negocios, los que pertenecen al mundo son más listos que los que pertenecen a la luz.

9 »Les aconsejo que usen las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas.

10 »El que se porta honradamente en lo poco, también se porta honradamente en lo mucho; y el que no tiene honradez en lo poco, tampoco la tiene en lo mucho.

11 De manera que, si con las falsas riquezas de este mundo ustedes no se portan honradamente, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas?

12 Y si no se portan honradamente con lo ajeno, ¿quién les dará lo que les pertenece?

13 »Ningún sirviente puede servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.»

14 Los fariseos, que eran amigos del dinero, oyeron todo esto y se burlaron de Jesús.

15 Jesús les dijo: «Ustedes son los que se hacen pasar por justos delante de la gente, pero Dios conoce sus corazones; pues lo que los hombres tienen por más elevado, Dios lo aborrece.

La ley y el reino de Dios

16 »La ley y los profetas llegan hasta Juan. Desde entonces se anuncia la buena noticia acerca del reino de Dios, y a todos se les hace fuerza para que entren.

17 »Es más fácil que el cielo y la tierra dejen de existir, que deje de cumplirse una sola letra de la ley.


(Mt 19.1-12; Mc 10.1-12)

Jesús enseña sobre el divorcio

18 »Si un hombre se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una divorciada, también comete adulterio.

La parábola del rico y el pobre Lázaro

19 »Había un hombre rico, que se vestía con ropa fina y elegante y que todos los días ofrecía espléndidos banquetes.

20 Había también un pobre llamado Lázaro, que estaba lleno de llagas y se sentaba en el suelo a la puerta del rico.

21 Este pobre quería llenarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.

22 Un día el pobre murió, y los ángeles lo llevaron a sentarse a comer al lado de Abraham. El rico también murió, y fue enterrado.

23 »Y mientras el rico sufría en el lugar adonde van los muertos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro sentado a su lado.

24 Entonces gritó: “¡Padre Abraham, ten lástima de mí! Manda a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego.”

25 Pero Abraham le contestó: “Hijo, acuérdate que en vida tú recibiste tu parte de bienes, y Lázaro su parte de males. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú sufres.

26 Aparte de esto, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes; de modo que los que quieren pasar de aquí allá, no pueden, ni de allá tampoco pueden pasar aquí.”»

27 »El rico dijo: “Te suplico entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre,

28 donde tengo cinco hermanos, para que les llame la atención, y así no vengan ellos también a este lugar de tormento.”

29 Abraham dijo: “Ellos ya tienen lo escrito por Moisés y los profetas: ¡que les hagan caso!”

30 El rico contestó: “Padre Abraham, eso no basta; pero si un muerto resucita y se les aparece, ellos se convertirán.”

31 Pero Abraham le dijo: “Si no quieren hacer caso a Moisés y a los profetas, tampoco creerán aunque algún muerto resucite.”»

×

Lucas 16

Lucas 16 - Introducción

La parábola del mayordomo injusto. (1-12) Cristo reprende la hipocresía de los codiciosos fariseos. (13-18) El hombre rico y Lázaro. (19-31)

Lucas 16:1-12

1-12 Todo lo que tenemos, la propiedad de ello es de Dios; sólo tenemos el uso de ello, según la dirección de nuestro gran Señor, y para su honor. Este mayordomo malgastó los bienes de su señor. Y todos somos responsables de la misma acusación; no hemos hecho el debido uso de lo que Dios nos ha confiado. El mayordomo no puede negarlo; debe arreglar sus cuentas y marcharse. Esto puede enseñarnos que la muerte vendrá, y nos privará de las oportunidades que ahora tenemos. El mayordomo se hará amigo de los deudores o inquilinos de su señor, al cancelar una parte considerable de su deuda con éste. El señor al que se refiere esta parábola no elogió el fraude, sino la política del mayordomo. Sólo en ese aspecto es tan notorio. Los hombres mundanos, en la elección de su objeto, son insensatos; pero en su actividad y perseverancia, son a menudo más sabios que los creyentes. El mayordomo injusto no se pone ante nosotros como un ejemplo de cómo engañar a su amo, o para justificar cualquier deshonestidad, sino para señalar las formas cuidadosas de los hombres mundanos. Sería bueno que los hijos de la luz aprendieran la sabiduría de los hombres del mundo, y persiguieran con la misma seriedad su mejor objetivo. Las verdaderas riquezas significan bendiciones espirituales; y si un hombre gasta en sí mismo, o atesora lo que Dios le ha confiado, en cuanto a las cosas exteriores, ¿qué evidencia puede tener de que es un heredero de Dios por medio de Cristo? Las riquezas de este mundo son engañosas e inciertas. Convenzámonos de que son verdaderamente ricos, y muy ricos, los que son ricos en la fe, y ricos para con Dios, ricos en Cristo, en las promesas; pongamos, pues, nuestro tesoro en el cielo, y esperemos de allí nuestra porción.

Lucas 16:13-18

13-18 A esta parábola nuestro Señor añadió una solemne advertencia. No podéis servir a Dios y al mundo, tan divididos están los dos intereses. Cuando nuestro Señor habló así, los fariseos codiciosos trataron sus instrucciones con desprecio. Pero él les advirtió que lo que ellos sostenían como la ley, era un desvío de su significado: esto lo demostró nuestro Señor en un caso relacionado con el divorcio. Hay muchos codiciosos que se aferran a las formas de la piedad, que son los enemigos más acérrimos de su poder, y tratan de poner a otros en contra de la verdad.

Lucas 16:19-31

19-31 Aquí se representan las cosas espirituales, en una descripción del diferente estado del bien y del mal, en este mundo y en el otro. No se nos dice que el hombre rico haya obtenido sus bienes mediante fraude u opresión; pero Cristo muestra que un hombre puede tener una gran cantidad de riqueza, pompa y placer de este mundo, y sin embargo perecer para siempre bajo la ira y la maldición de Dios. El pecado de este hombre rico fue proveer sólo para sí mismo. He aquí un hombre piadoso, y uno que será feliz para siempre, en el fondo de la adversidad y la angustia. A menudo la suerte de algunos de los más queridos santos y siervos de Dios es estar muy afligidos en este mundo. No se nos dice que el hombre rico le hiciera ningún daño, pero no encontramos que tuviera ningún cuidado por él. He aquí la diferente condición de este pobre piadoso, y de este rico malvado, en la muerte y después de ella. El hombre rico en el infierno levantó sus ojos, estando en el tormento. No es probable que haya discursos entre los santos glorificados y los pecadores condenados, pero este diálogo muestra la miseria desesperada y los deseos infructuosos a los que son llevados los espíritus condenados. Se acerca un día en que los que ahora odian y desprecian al pueblo de Dios, recibirán de buen grado la bondad de éste. Pero los condenados en el infierno no tendrán la menor disminución de su tormento. Los pecadores son llamados ahora a recordar; pero no lo hacen, no quieren, encuentran maneras de evitarlo. Así como los malvados sólo tienen cosas buenas en esta vida, y al morir se separan para siempre de todo lo bueno, así los piadosos sólo tienen cosas malas en esta vida, y al morir se apartan para siempre de ellas. En este mundo, bendito sea Dios, no hay abismo entre el estado de naturaleza y el de gracia, podemos pasar del pecado a Dios; pero si morimos en nuestros pecados, no hay salida. El hombre rico tenía cinco hermanos, y quería que los detuvieran en su curso pecaminoso; su llegada a ese lugar de tormento, empeoraría su miseria, que había ayudado a mostrarles el camino hacia allí. ¡Cuántos desearían ahora recordar o deshacer lo que han escrito o hecho! Los que quieren hacer que la oración del rico a Abraham justifique la oración a los santos difuntos, van muy lejos en la búsqueda de pruebas, cuando el error de un pecador condenado es todo lo que pueden encontrar como ejemplo. Y seguramente no hay estímulo para seguir el ejemplo, cuando todas sus oraciones fueron hechas en vano. Un mensajero de entre los muertos no podría decir más de lo que dicen las Escrituras. La misma fuerza de la corrupción que rompe las convicciones de la palabra escrita, triunfaría sobre un testigo de entre los muertos. Busquemos la ley y el testimonio Isaías 8:19; Isaías 8:20, porque esa es la palabra segura de profecía, sobre la cual podemos descansar, 2 Pedro 1:19. Las circunstancias en todas las épocas muestran que ningún terror o argumento puede dar un arrepentimiento verdadero sin la gracia especial de Dios que renueva el corazón del pecador.


»

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos