x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Comentarios





«

Lamentaciones 4 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

×

Lamentaciones 4

IV. CUARTO LAMENTO
(4.1-22)

1 ¡Cómo se ha empañado el oro! ¡Cómo perdió su brillo el oro fino! ¡Esparcidas por todas las esquinas están las piedras del santuario!

2 Los habitantes de Sión, tan estimados, los que valían su peso en oro, ahora son tratados como ollas de barro hechas por un simple alfarero.

3 Hasta las hembras de los chacales dan la teta y amamantan a sus cachorros, pero la capital de mi pueblo es cruel, cruel como un avestruz del desierto.

4 Tienen tanta sed los niños de pecho que la lengua se les pega al paladar. Piden los niños pan, pero no hay nadie que se lo dé.

5 Los que antes comían en abundancia, ahora mueren de hambre por las calles. Los que crecieron en medio de lujos, ahora viven en los muladares.

6 La maldad de la capital de mi pueblo es mayor que el pecado de Sodoma, la cual fue destruida en un instante sin que nadie la atacara.

7 Más blancos que la nieve eran sus hombres escogidos, más blancos que la leche; su cuerpo, más rojizo que el coral; su porte, hermoso como el zafiro.

8 Pero ahora se ven más sombríos que las tinieblas; nadie en la calle podría reconocerlos. La piel se les pega a los huesos, ¡la tienen seca como leña!

9 Mejor les fue a los que murieron en batalla que a los que murieron de hambre, porque estos murieron lentamente al faltarles los frutos de la tierra.

10 Con sus propias manos, mujeres de buen corazón cocieron a sus hijos; sus propios hijos les sirvieron de comida al ser destruida la capital de mi pueblo.

11 El Señor agotó su enojo, dio rienda suelta al ardor de su furia; le prendió fuego a Sión y destruyó hasta sus cimientos.

12 Jamás creyeron los reyes de la tierra, todos los que reinaban en el mundo, que el enemigo, el adversario, entraría por las puertas de Jerusalén.

13 ¡Y todo por el pecado de sus profetas, por la maldad de sus sacerdotes, que dentro de la ciudad misma derramaron sangre inocente!

14 Caminan inseguros, como ciegos, por las calles de la ciudad; tan sucios están de sangre que nadie se atreve a tocarles la ropa.

15 «¡Apártense, apártense —les gritan—; son gente impura, no los toquen!» «Son vagabundos en fuga —dicen los paganos—, no pueden seguir viviendo aquí.»

16 La presencia del Señor los dispersó, y no volvió a dirigirles la mirada. No hubo respeto para los sacerdotes ni compasión para los ancianos.

17 Con los ojos cansados, pero atentos, en vano esperamos ayuda. Pendientes estamos de la llegada de un pueblo que no puede salvar.

18 Vigilan todos nuestros pasos; no podemos salir a la calle. Nuestro fin está cerca, nos ha llegado la hora; ¡ha llegado nuestro fin!

19 Más veloces que las águilas del cielo son nuestros perseguidores; nos persiguen por los montes, ¡nos ponen trampas en el desierto!

20 Preso ha caído el escogido del Señor, el que daba aliento a nuestra vida, el rey de quien decíamos: «A su sombra viviremos entre los pueblos.»

21 ¡Ríete, alégrate, nación de Edom; tú que reinas en la región de Us! ¡También a ti te llegará el trago amargo, y quedarás borracha y desnuda!

22 Tu castigo ha terminado, ciudad de Sión; el Señor no volverá a desterrarte. Pero castigará tu maldad, nación de Edom, y pondrá al descubierto tus pecados.

×

Lamentaciones 4

Lamentaciones 4 - Introducción

* El estado deplorable de la nación se contrasta con su antigua prosperidad.

Lamentaciones 4:1-12

1-12 ¡Qué cambio hay aquí! El pecado empaña la belleza de los poderes más exaltados y los dones más excelentes; pero ese oro, probado en el fuego, que Cristo otorga, nunca nos será quitado; su apariencia externa puede verse atenuada, pero su valor real nunca se puede cambiar. Los horrores del asedio y la destrucción de Jerusalén se describen nuevamente. Al contemplar las tristes consecuencias del pecado en la iglesia de antaño, consideremos seriamente cuáles son las mismas causas que pueden derribar la iglesia ahora. Pero, Señor, aunque nos hemos alejado de ti en rebelión, nos volvemos hacia nosotros y volvemos nuestros corazones hacia ti, para que podamos temer tu nombre. Ven a nosotros, bendícenos con el despertar, la conversión, la renovación, la gracia confirmadora.

Lamentaciones 4:13-20

13-20 Nada madura más a un pueblo para la ruina, ni llena la medida más rápido, que los pecados de sacerdotes y profetas. El rey mismo no puede escapar, porque la venganza divina lo persigue. Nuestro Rey ungido solo es la vida de nuestras almas; podemos vivir a salvo bajo su sombra y regocijarnos en Él en medio de nuestros enemigos, porque Él es el Dios verdadero y la vida eterna.

Lamentaciones 4:21-22

21,22 Aquí se predice que se debe poner fin a los problemas de Sión. No se merecía la plenitud del castigo, sino lo que Dios ha determinado infligir. Se pondrá fin a los triunfos de Edom. Todos los problemas de la iglesia y del creyente se cumplirán pronto. Y se acerca la ruina de sus enemigos. El Señor sacará a la luz sus pecados, y se acostarán en dolor eterno. Edom aquí representa a todos los enemigos de la iglesia. Y la corrupción y el pecado de Israel, que el profeta ha demostrado ser universal, justifica los juicios del Señor. Muestra la necesidad de esa gracia en Cristo Jesús, que el pecado y la corrupción de toda la humanidad hacen tan necesaria.


»

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos