Jeremías 7 - Comentario Bíblico de Matthew HenryJeremías 7Jeremías predica en el templo1 El Señor se dirigió a Jeremías, y le dijo: 2 «Ponte a la entrada del templo del Señor y da a conocer allí este mensaje: Habitantes todos de Judá, que entran por estas puertas a adorar al Señor, escuchen este mensaje 3 del Señor todopoderoso, el Dios de Israel: “Mejoren su vida y sus obras, y yo los dejaré seguir viviendo en esta tierra. 4 No confíen en esos que los engañan diciendo: ¡Aquí está el templo del Señor, aquí está el templo del Señor! 5 »”Si mejoran su vida y sus obras y son justos los unos con los otros; 6 si no explotan a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas, ni matan a gente inocente en este lugar, ni dan culto a otros dioses, con lo que ustedes mismos se perjudicarían, 7 yo los dejaré seguir viviendo aquí, en la tierra que di para siempre a sus antepasados. 8 »”Ustedes confían en palabras engañosas que no les sirven de nada. 9 Roban, matan, cometen adulterio, juran en falso, ofrecen incienso a Baal, dan culto a dioses con los que ustedes nada tienen que ver, 10 y después vienen a este templo que me está dedicado, a presentarse ante mí. Se creen que aquí están seguros; creen que pueden seguir haciendo esas cosas que yo no soporto. 11 ¿Acaso piensan que este templo que me está dedicado es una cueva de ladrones? Yo he visto todo eso. Yo, el Señor, lo afirmo. 12 Vayan a mi santuario en Siló, el primer lugar que escogí para residir, y vean lo que hice con él por la maldad de mi pueblo Israel. 13 Y aunque una y otra vez les he advertido acerca de su conducta, ustedes no han querido obedecerme, y ni siquiera me han respondido. Yo, el Señor, lo afirmo. 14 Por eso, lo mismo que hice con el santuario de Siló, lo voy a hacer con este templo dedicado a mí, el cual les di a ustedes y a sus antepasados y en el que ustedes confían. 15 Los arrojaré a ustedes de mi presencia como antes arrojé a sus hermanos, los descendientes de Efraín.” Infidelidad de Israel16 »Tú, Jeremías, no ores por este pueblo, no me ruegues ni me supliques por ellos. No me insistas, porque no te escucharé. 17 ¿No ves lo que ellos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 18 Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego y las mujeres preparan la masa para hacer tortas y ofrecerlas a la diosa que llaman Reina del Cielo. Me ofenden, además, ofreciendo vino a dioses extraños. 19 Pero más que ofenderme a mí, se ofenden a sí mismos, para su propia vergüenza. Yo, el Señor, lo afirmo. 20 Por eso yo, el Señor, les aseguro que voy a descargar toda mi ira contra este lugar y contra la gente, y aun contra los animales, los árboles del campo y las cosechas. Será como un incendio que no se apagará.» 21 El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice a su pueblo: «Ofrezcan todos los holocaustos y sacrificios que quieran, y coman de esa carne. 22 Pero cuando yo saqué a sus antepasados de Egipto, nada les dije ni ordené acerca de holocaustos y sacrificios. 23 Lo que sí les ordené fue que me obedecieran; pues así yo sería su Dios y ellos serían mi pueblo. Y les dije que se portaran como yo les había ordenado, para que les fuera bien. 24 Pero no me obedecieron ni me hicieron caso, sino que tercamente se dejaron llevar por las malas inclinaciones de su corazón. En vez de volverse a mí, me volvieron la espalda. 25 Desde que sus antepasados salieron de Egipto hasta ahora, yo les he enviado a ustedes, uno tras otro, a todos mis siervos los profetas. 26 Pero ustedes no me obedecieron ni me hicieron caso, sino que se portaron aún más tercamente que sus antepasados. 27 »Tú, Jeremías, diles todas estas cosas, aunque no te hagan caso; grítales, aunque no te respondan. 28 Diles: “Esta es la nación que no obedece al Señor su Dios ni quiere ser corregida. La sinceridad ha desaparecido por completo de sus labios.”» Culto pagano en Jerusalén29 ¡Jerusalén, córtate la cabellera y tírala! ¡Entona un canto triste en las lomas desiertas! Porque el Señor está enojado con tu gente, la ha abandonado y rechazado. 30 El Señor afirma: «La gente de Judá ha hecho algo que me disgusta: pusieron sus despreciables ídolos en el templo dedicado a mí, y lo profanaron. 31 En el valle de Ben-hinom construyeron el altar de Tófet para quemar a sus hijos y a sus hijas, cosa que yo no les había ordenado y que ni siquiera me pasó por la mente. 32 Por eso yo, el Señor, afirmo que vendrá el día en que a ese lugar ya no lo llamarán Tófet ni Valle de Ben-hinom, sino Valle de la Matanza. Y en Tófet enterrarán a los muertos, por no haber más lugar. 33 Los cadáveres de esta gente servirán de comida a las aves de rapiña y a las fieras, y no habrá quien las espante. 34 Haré desaparecer de las ciudades de Judá y de las calles de Jerusalén los cantos de fiesta y alegría, y los cantos de bodas; todo el país quedará convertido en un desierto.» Jeremías 7Jeremias 7 - Introducción* La confianza en el templo es vana. (1-16) La provocación al persistir en la idolatría. (17-20) Dios justifica su trato con ellos. (21-28) y amenaza con venganza. (29-34) Jeremias 7:1-161-16 No se beneficiarán las celebraciones, profesiones o supuestas revelaciones si los hombres no modifican sus costumbres y sus acciones. Nadie puede reclamar un interés en la salvación gratuita, quienes se permiten practicar el pecado conocido o vivir en el abandono del deber conocido. Pensaron que el templo que profanaron sería su protección. Pero todos los que continúan en pecado porque la gracia ha abundado, o esa gracia puede abundar, hacen de Cristo el ministro del pecado; y la cruz de Cristo, bien entendida, forma el remedio más efectivo para tales sentimientos venenosos. El Hijo de Dios se entregó por nuestras transgresiones, para mostrar la excelencia de la ley divina y el mal del pecado. Nunca pensemos que podemos hacer maldad sin sufrir por ella. Jeremias 7:17-2017-20 Los judíos se enorgullecían de mostrar celo por sus ídolos. Aprendamos a ser sinceros al servicio de nuestro Dios, incluso a partir de este mal ejemplo. Pensemos que es un honor ser empleado en cualquier trabajo para Dios. Seamos tan diligentes y tan cuidadosos de enseñar a nuestros hijos las verdades de Dios, como muchos deben enseñar los misterios de la iniquidad. La tendencia directa de este pecado es la malicia contra Dios, pero se lastimará a sí mismo. Y descubrirán que no hay escapatoria. La ira de Dios es fuego insaciable. Jeremias 7:21-2821-28 Dios muestra que se les exigió obediencia. Lo que Dios ordenó fue: Escucha diligentemente a la voz del Señor tu Dios. La promesa es muy alentadora. Deje que la voluntad de Dios sea su regla, y su favor será su felicidad. Dios estaba disgustado con la desobediencia. Entendemos el evangelio tan poco como los judíos entendieron la ley, si pensamos que incluso el sacrificio de Cristo disminuye nuestra obligación de obedecer. Jeremias 7:29-3429-34 En señal de dolor y esclavitud, Jerusalén debe ser degradada y separada de Dios, como ella se había separado de él. El corazón es el lugar en el que Dios ha elegido poner su nombre; pero si el pecado tiene el lugar más interno y más elevado allí, contaminamos el templo del Señor. La destrucción de Jerusalén aparece aquí muy terrible. Los muertos serán muchos; ellos lo han hecho el lugar de su pecado. El mal persigue a los pecadores, incluso después de la muerte. Aquellos que, por la gracia de Dios, no serán curados de vana alegría, serán, por la justicia de Dios, privados de toda alegría. ¡Cuántos arruinan su salud y propiedad sin quejarse, cuando se dedican al servicio de Satanás! Que aprendamos a saborear las alegrías santas y a relajarnos con todos los demás aunque sean legales. |
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit