Jeremías 39 - Comentario Bíblico de Matthew HenryJeremías 39(2~R 24.20—25.21; 2~Cr 36.17-21; Jer 52.3-30) Caída de Jerusalén1 En el mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías en Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió. 2 El día nueve del mes cuarto del año once del gobierno de Sedequías, el ejército enemigo entró en la ciudad, 3 y todos los oficiales del rey de Babilonia entraron y se instalaron en la puerta central. Eran Nergal-sarézer, Samgar-nebó, Sarsequim, alto funcionario de la corte, y otro Nergal-sarézer, también alto funcionario. 4 Cuando el rey Sedequías y sus soldados vieron lo que pasaba, huyeron de la ciudad. Salieron de noche por el camino de los jardines reales, por la puerta situada entre las dos murallas, y tomaron el camino del valle del Jordán. 5 Pero los soldados caldeos los persiguieron, y alcanzaron a Sedequías en la llanura de Jericó. Lo capturaron y lo llevaron ante el rey Nabucodonosor, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia: hizo degollar a los hijos de Sedequías en presencia de este, y también a todos los nobles de Judá. 7 En cuanto a Sedequías, mandó que le sacaran los ojos y que lo encadenaran para llevarlo a Babilonia. 8 Los caldeos prendieron fuego al palacio real y a las casas de la ciudad, y derribaron las murallas de Jerusalén. 9 Por último, Nebuzaradán, comandante de la guardia real, llevó desterrados a Babilonia tanto a los habitantes de la ciudad que aún quedaban como a los que se habían pasado a los caldeos; en fin, a todo el pueblo. 10 Solo dejó en el territorio de Judá a algunos de los más pobres, de los que no tenían nada, y ese día les dio viñedos y campos de cultivo. Jeremías es puesto en libertad11 El rey Nabucodonosor de Babilonia dio a Nebuzaradán, comandante de la guardia, las siguientes órdenes respecto de Jeremías: 12 «Tómalo bajo tu cuidado, y no lo trates mal, sino dale todo lo que te pida.» 13 Entonces Nebuzaradán, junto con Nebusazbán y Nergal-sarézer, dos altos funcionarios de la corte, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia, 14 mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y lo pusieron bajo el cuidado de Guedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán, para que lo llevaran a su casa. Así pues, Jeremías se quedó a vivir entre el pueblo. Promesas a Ébed-mélec15 Cuando Jeremías estaba todavía preso en el patio de la guardia, el Señor se dirigió a él, y le dijo: 16 «Ve y dile a Ébed-mélec, el etiope: “El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: Voy a cumplir lo que le he anunciado a esta ciudad, para su mal y no para su bien. Cuando esto suceda, tú estarás presente. 17 Pero yo te protegeré, para que no caigas en poder de esa gente a la que temes. Yo, el Señor, lo afirmo. 18 Yo te libraré de que te maten. Podrás escapar con vida, porque confiaste en mí. Yo, el Señor, lo afirmo.”» Jeremías 39Jeremias 39 - Introducción* La toma de Jerusalén. (1-10) Jeremías usó bien. (11-14) Promesas de seguridad a Ebed-melech. (15-18) Jeremias 39:1-101-10 Jerusalén era tan fuerte que los habitantes creían que el enemigo nunca podría entrar. Pero el pecado provocó que Dios retirara su protección, y luego fue tan débil como otras ciudades. Sedequías tenía los ojos apagados; entonces fue condenado a la oscuridad que había cerrado los ojos contra la luz clara de la palabra de Dios. Aquellos que no crean las palabras de Dios, serán convencidos por el evento. Observe los maravillosos cambios de la Providencia, cuán inciertas son las posesiones terrenales; y vea los tratos justos de la Providencia: pero si el Señor hace a los hombres pobres o ricos, nada los beneficiará mientras se unen a sus pecados. Jeremias 39:11-1411-14 Solo los siervos de Dios están preparados para todos los eventos; y son liberados y consolados, mientras que los impíos sufren. A menudo se encuentran con más amabilidad de los profanos que de los hipócritas profesores de piedad. El Señor los levantará amigos, los hará bien y cumplirá todas sus promesas. Jeremias 39:15-1815-18 Aquí hay un mensaje para asegurarle a Ebed-melech una recompensa por su gran amabilidad con Jeremías. Porque has puesto tu confianza en mí, dice el Señor. Dios recompensa los servicios de los hombres de acuerdo con sus principios. Aquellos que confían en Dios en el camino del deber, como lo hizo este buen hombre, encontrarán que su esperanza no fracasará en tiempos de mayor peligro. |
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit