Ezequiel 29 - Comentario Bíblico de Matthew HenryEzequiel 29Profecía contra Egipto1 El día doce del mes décimo del año décimo, el Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2 «Tú, hombre, dirígete ahora al faraón, rey de Egipto, y habla en mi nombre contra él y contra todo Egipto. 3 Dile: »“Esto dice el Señor: Yo me declaro tu enemigo, faraón, rey de Egipto, monstruo gigantesco que estás echado en tu río y dices: El Nilo es mío, yo lo hice. 4 Voy a ponerte ganchos en el hocico, y haré que los peces de tu río se peguen a tus escamas. ¡De tu río te sacaré con todos los peces pegados a tus escamas! 5 Te arrojaré al desierto, junto con todos los peces de tu río; caerás en campo abierto, y nadie te recogerá para enterrarte. Haré que te devoren las fieras salvajes y las aves del cielo. 6 Todos los habitantes de Egipto reconocerán que yo soy el Señor. El pueblo de Israel buscó tu apoyo, pero fuiste como una caña: 7 cuando te tomaron entre sus manos, tú te quebraste y les heriste el costado; cuando quisieron apoyarse en ti, tú te rompiste y los hiciste caer. 8 »”Por eso yo, el Señor, digo: Egipto, voy a hacer que te ataquen con espadas, y que maten a tus hombres y tus animales. 9 Quedarás convertido en un desierto, y la gente reconocerá que yo soy el Señor. Tú dijiste: El Nilo es mío, yo lo hice. 10 Pues bien, yo me declaro enemigo tuyo y de tu río. Voy a convertirte en un desierto espantoso y desolado, desde Migdol hasta Asuán, hasta la frontera con Etiopía. 11 Ni hombres ni animales pasarán por allí. Durante cuarenta años nadie vivirá allí. 12 Yo te convertiré, Egipto, en el país más desolado; durante cuarenta años tus ciudades quedarán en ruinas, en peor estado que otras ciudades en ruinas, y desterraré a tus habitantes y los dispersaré entre los demás países y naciones. 13 »”Yo, el Señor, digo: Después de los cuarenta años, reuniré a los egipcios de los países adonde los había dispersado. 14 Haré que los prisioneros egipcios vuelvan y se instalen en el sur de Egipto, en su lugar de origen, donde formarán un reino sin importancia. 15 Será el reino menos importante de todos, y no volverá a levantarse por encima de las demás naciones. Lo haré tan pequeño que no podrá dominar a otros países; 16 y el pueblo de Israel no volverá a confiar en Egipto, pues esto les hará ver lo equivocados que estaban cuando fueron allá a buscar ayuda. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.”» 17 El día primero del mes primero del año veintisiete, el Señor se dirigió a mí, y me dijo: 18 «Nabucodonosor, el rey de Babilonia, ha lanzado su ejército a una gran campaña contra Tiro; tanto que a todos se les ha pelado la cabeza y se les han llagado los hombros; pero ni él ni su ejército han sacado ningún provecho de esa campaña contra Tiro. 19 Por eso yo, el Señor, digo: Voy a hacer que Nabucodonosor se apodere de Egipto, y que le quite sus riquezas y todo lo que tenga; con lo que le robe tendrá para pagar a su ejército. 20 Voy a hacer que Nabucodonosor se apodere de Egipto en pago de la campaña que lanzó contra Tiro, porque ha trabajado para mí. Yo, el Señor, lo afirmo. 21 »En ese tiempo haré que aumente la fuerza del pueblo de Israel, y que tú, Ezequiel, puedas hablarles abiertamente. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.» Ezequiel 29Ezequiel 29 - Introducción* La desolación de Egipto. (1-16) También una promesa de misericordia a Israel. (17-21) Ezequiel 29:1-161-16 Las mentes mundanas y carnales se enorgullecen de su propiedad, olvidando que, sea lo que sea que tengamos, lo recibimos de Dios y debemos usarlo para Dios. ¿Por qué, entonces, nos jactamos? El yo es el gran ídolo que adora todo el mundo, en desprecio de Dios y su soberanía. Dios puede forzar a los hombres a salir de aquello en lo que son más seguros y fáciles. Tal persona, y todos los que se unen a él, perecerán juntos. Así terminan el orgullo, la presunción y la seguridad carnal de los hombres. El Señor está en contra de aquellos que hacen daño a su pueblo, y aún más en contra de aquellos que los llevan al pecado. Egipto volverá a ser un reino, pero será el más bajo de los reinos; tendrá poca riqueza y poder. La historia muestra el cumplimiento completo de esta profecía. Dios, no solo en justicia, sino en sabiduría y bondad para con nosotros, rompe las criaturas en las que nos apoyamos, para que ya no sean nuestra confianza. Ezequiel 29:17-2117-21 Los sitiadores de Tiro obtuvieron poco saqueo. Pero cuando Dios emplea a hombres ambiciosos o codiciosos, los recompensará de acuerdo con los deseos de sus corazones; porque cada hombre tendrá su recompensa. Dios tuvo misericordia reservada para la casa de Israel poco después. La historia de las naciones explica mejor las antiguas profecías. Todos los eventos cumplen con las Escrituras. Así, en las escenas más profundas de la adversidad, el Señor siembra la semilla de nuestra futura prosperidad. Dichosos los que desean su favor, gracia e imagen; se deleitarán en su servicio y no codiciarán ninguna recompensa terrenal; y las bendiciones que han elegido les serán seguras para siempre. |
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit