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Éxodo 30 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Éxodo 30


(Ex 37.25-28)

El altar del incienso

1 »Haz también un altar de madera de acacia, para quemar incienso.

2 Tiene que ser cuadrado, de cuarenta y cinco centímetros de largo por cuarenta y cinco centímetros de ancho, y de noventa centímetros de altura, y los cuernos del altar deben formar una sola pieza con el altar mismo.

3 Recubre de oro puro su parte superior, sus cuatro lados y sus cuernos, y ponle un ribete de oro alrededor.

4 Ponle también unas argollas de oro debajo del ribete, dos en las esquinas de un lado y dos en las esquinas del otro, para pasar por ellas los travesaños con que va a ser transportado.

5 Haz los travesaños de madera de acacia, y recúbrelos de oro.

6 Pon luego el altar ante el velo que está junto al arca de la alianza, ante la tapa que lo cubre, donde yo me encontraré contigo.

7 Todas las mañanas, a la hora de preparar las lámparas, Aarón quemará incienso aromático sobre este altar,

8 y lo quemará también al atardecer, a la hora de encender las lámparas. Esto se hará en la presencia del Señor siempre, a través de los siglos.

9 No ofrezcas sobre este altar ningún otro incienso, ni holocaustos, ni ofrendas de cereales, ni tampoco ofrendas de vino derramado.

10 Este altar estará completamente consagrado al Señor, y una vez al año ofrecerá Aarón sobre los cuernos del altar la sangre del sacrificio para obtener el perdón de los pecados. Una vez al año, todos los años, sobre este altar se ofrecerá el sacrificio para obtener el perdón de los pecados.»

El rescate por la vida

11 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

12 «Cuando hagas un censo de los israelitas, cada uno de ellos deberá dar una contribución al Señor como rescate por su vida, a fin de que no haya ninguna plaga mortal con motivo del censo.

13 Todo el que sea registrado dará como contribución al Señor cinco gramos de plata, que es la mitad del peso oficial del santuario.

14 Todos los registrados de veinte años para arriba darán esta contribución al Señor,

15 y al dar cada uno al Señor el rescate por su vida, ni el rico dará más de cinco gramos de plata, ni el pobre menos de cinco.

16 Así que recogerás la plata que los israelitas den como rescate por su vida, y la entregarás para el culto de la tienda del encuentro. Eso hará que el Señor se acuerde de los israelitas, y de que dieron el rescate por su vida.»


(Ex 38.8)

La palangana de bronce

17 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

18 «Haz una palangana de bronce, con su base del mismo metal, que sirva para lavarse; ponla entre la tienda del encuentro y el altar, y llénala de agua.

19 Aarón y sus hijos sacarán agua de allí para lavarse las manos y los pies.

20 Y se los lavarán cuando entren en la tienda del encuentro, y cuando se acerquen al altar para oficiar y presentar al Señor la ofrenda quemada. Así no morirán.

21 Para que no mueran, deberán lavarse las manos y los pies. Esta será una ley permanente a través de los siglos para Aarón y sus descendientes.»


(Ex 37.29)

El aceite de consagrar

22 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

23 «Escoge tú mismo las mejores plantas aromáticas: unos seis kilos de la mejor mirra, unos tres kilos de canela y unos tres kilos de caña aromática;

24 unos seis kilos de casia, pesados según el peso oficial del santuario, y tres litros y medio de aceite de oliva.

25 Haz con todo esto el aceite santo de consagrar, de la misma manera que un perfumero prepara sus perfumes. Este será el aceite santo de consagrar,

26 y deberás derramarlo sobre la tienda del encuentro, el arca de la alianza,

27 la mesa con todos sus utensilios, el candelabro con sus utensilios, el altar del incienso,

28 el altar de los holocaustos con todos sus utensilios, y la palangana con su base.

29 Así los consagrarás y serán cosas santísimas; cualquier cosa que las toque, quedará consagrada.

30 »Derrama también de ese aceite sobre Aarón y sus hijos, para consagrarlos como mis sacerdotes,

31 y di a los israelitas lo siguiente: “A través de los siglos, este será mi aceite santo de consagrar.

32 No lo derramen sobre cualquier hombre común, ni preparen otro aceite igual a este. Es un aceite santo, y como cosa santa deben tratarlo.

33 Si alguien prepara un aceite igual a este, o lo derrama sobre cualquier extraño, será eliminado de entre su gente.”»


(Ex 37.29)

El incienso

34 El Señor le dijo a Moisés: «Toma una misma cantidad de las siguientes especias: resina, uña aromática, incienso puro y gálbano aromático,

35 y prepara con ellas un incienso puro y santo, mezclándolo todo bien, como un perfumero al hacer sus perfumes.

36 Muele muy fina una parte, y ponla ante el arca de la alianza, en la tienda del encuentro, o sea donde yo me encontraré contigo. Este incienso será de lo más sagrado para ustedes,

37 y no deben preparar para su propio uso otro incienso igual a este que has preparado. Es del Señor, y para ti será una cosa sagrada.

38 El que prepare un incienso igual para disfrutar de su aroma, será eliminado de entre su gente.»

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Éxodo 30

Éxodo 30 - Introducción

* El altar del incienso (versículos 1-10). El rescate de almas (versículos 11-16). La fuente de bronce (versículos 17-21). El aceite de la unción sagrada, el perfume (versículos 22-38).

Éxodo 30:1-10

1-10 El altar del incienso representaba al Hijo de Dios en su naturaleza humana, y el incienso quemado en él simbolizaba su intercesión por su pueblo. La intercesión continua de Cristo se representaba mediante la quema diaria de incienso en él, por la mañana y por la tarde. Una vez al año, se debía aplicar la sangre de la expiación en él, lo que denotaba que la intercesión de Cristo obtiene toda su virtud de sus sufrimientos en la tierra, y que no necesitamos otro sacrificio ni otro intercesor sino solo a Cristo.

Éxodo 30:11-16

11-16 El tributo era medio siclo, aproximadamente quince peniques de nuestro dinero. Los ricos no debían dar más ni los pobres menos; las almas de los ricos y los pobres son igualmente preciosas, y Dios no hace acepción de personas, Hechos 10:34; Job 34:19. En otras ofrendas, los hombres debían dar según su capacidad terrenal; pero esto, que era el rescate del alma, debía ser igual para todos. Las almas de todos tienen igual valor, igual peligro y todos necesitan igualmente un rescate. El dinero recaudado se debía utilizar en el servicio del tabernáculo. Aquellos que tienen el beneficio no deben escatimar los gastos necesarios para el culto público de Dios. El dinero no puede hacer expiación por el alma, pero puede ser utilizado para la honra de Aquel que hizo la expiación y para el sostenimiento del evangelio mediante el cual se aplica la expiación.

Éxodo 30:17-21

17-21 Un gran recipiente de bronce, lleno de agua, debía colocarse cerca de la puerta del tabernáculo. Aarón y sus hijos debían lavar sus manos y pies en esta fuente cada vez que entraran a ministrar. Esto les enseñaba la pureza en todos sus servicios y a temer la contaminación del pecado. No solo debían lavarse y ser purificados cuando fueran hechos sacerdotes por primera vez, sino que debían lavarse y mantenerse limpios cada vez que fueran a ministrar. Esto nos enseña a asistir a Dios a diario, a renovar nuestro arrepentimiento por el pecado y a mirar diariamente a la sangre de Cristo para obtener el perdón; porque en muchas cosas ofendemos a diario.

Éxodo 30:22-38

22-38 Aquí se dan instrucciones para hacer el aceite de la unción sagrada y el incienso que se utilizará en el servicio del tabernáculo. Para mostrar la excelencia de la santidad, había este aceite aromatizado en el tabernáculo, que era agradable a la vista y al olfato. El nombre de Cristo es como ungüento derramado, Cantares de los Cantares 1:3, y el buen nombre de los cristianos es como un ungüento precioso, Eclesiastés 7:1. El incienso quemado en el altar de oro se preparaba con especias aromáticas. Cuando se usaba, debía ser molido muy fino; así agradó al Señor quebrantar al Redentor cuando se ofreció a sí mismo como un sacrificio de olor fragante. No se debía hacer algo similar para ningún uso común. De esta manera, Dios quería mantener en la mente del pueblo reverencia por sus propios servicios y enseñarnos a no profanar ni abusar de nada por lo cual Dios se da a conocer. Es un gran desprecio a Dios burlarse de las cosas sagradas y hacer chistes con su palabra y ordenanzas. Es muy peligroso y fatal utilizar profesiones del evangelio de Cristo para promover intereses mundanos.


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Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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