Ester 5 - Comentario Bíblico de Matthew HenryEster 5Ester se presenta al rey1 Tres días después, Ester se puso las vestiduras reales y entró en el patio interior de palacio, deteniéndose ante la sala en que el rey estaba sentado en su trono, el cual quedaba frente a la puerta. 2 En cuanto el rey vio a la reina Ester en el patio, se mostró cariñoso con ella y extendió hacia ella el cetro de oro que llevaba en la mano. Ester se acercó y tocó el extremo del cetro, 3 y el rey le preguntó: —¿Qué te pasa, reina Ester? ¿Qué deseas? ¡Aun si me pides la mitad de mi reino, te la concederé! Y Ester respondió: 4 —Si le parece bien a Su Majestad, le ruego que asista hoy al banquete que he preparado en su honor, y que traiga también a Amam. Entonces el rey ordenó: 5 —Busquen en seguida a Amam, y que se cumpla el deseo de la reina Ester. Así el rey y Amam fueron al banquete que la reina había preparado. 6 Durante el banquete, el rey dijo a Ester: —¡Pídeme lo que quieras, y te lo concederé, aun si me pides la mitad de mi reino! 7 Y Ester contestó: —Solo deseo y pido esto: 8 que si Su Majestad me tiene cariño y accede a satisfacer mi deseo y a concederme lo que pido, asista mañana, acompañado de Amam, a otro banquete que he preparado en su honor. Entonces haré lo que Su Majestad me pide. Amam prepara la horca para Mardoqueo9 Amam salió del banquete muy contento y satisfecho; pero se llenó de ira al ver que Mardoqueo, que estaba a la puerta del palacio, no se levantaba y ni siquiera se movía al verlo pasar. 10 Sin embargo, en ese momento no demostró el odio que sentía; pero cuando llegó a su casa mandó llamar a sus amigos y a Zeres, su mujer, 11 y habló con ellos de sus grandes riquezas, de los muchos hijos que tenía, y de cómo el rey lo había distinguido entre sus funcionarios y colaboradores, dándole un puesto superior al de todos ellos. 12 Y añadió: —Además, yo soy el único a quien la reina Ester ha invitado al banquete que hoy ofreció al rey; y me ha invitado de nuevo al banquete que le ofrecerá mañana. 13 Sin embargo, mientras yo vea a ese judío Mardoqueo sentado a la puerta del palacio real, todo esto no significará nada para mí. 14 Entonces su mujer y todos sus amigos le dijeron: —Manda construir una horca, de unos veintidós metros de altura, y mañana por la mañana pídele al rey que cuelguen en ella a Mardoqueo. Así podrás ir al banquete con el rey sin ninguna preocupación. Esta idea le agradó a Amam, y mandó preparar la horca. Ester 5Ester 5 - Introducción* Solicitud de Esther recibida. (1-8) Amán se prepara para colgar a Mardoqueo. (9-14) Ester 5:1-81-8 Esther habiendo tenido poder con Dios, y prevaleciendo, como Jacob, también tenía poder con los hombres. El que perderá su vida por Dios, la salvará o la encontrará en una vida mejor. El rey la animó. Animémonos de esto a orar siempre a nuestro Dios y no desmayarnos. Esther llegó a ser un hombre orgulloso e imperioso; pero llegamos al Dios del amor y la gracia. Ella no fue llamada, pero nosotros sí; el Espíritu dice: Ven, y la Novia dice: Ven. Ella tenía una ley contra ella, tenemos una promesa, muchas promesas, a favor de nosotros; Pregunta, y se te dará. No tenía amigos que la acompañaran, ni que la suplicaran; por el contrario, el que entonces era el favorito del rey, era su enemigo; pero tenemos un Abogado con el Padre, en quien él está complacido. Por lo tanto, vamos valientemente al trono de la gracia. Dios puso en el corazón de Esther retrasar su petición un día más; ella no sabía, pero Dios sí, lo que iba a pasar esa misma noche. Ester 5:9-149-14 Esta cuenta de Amán es un comentario sobre Proverbios 21:24. Los admiradores y aduladores de uno mismo son realmente autoengañadores. Amán, cuanto más alto se eleva, más impaciente es el desprecio y más se enfurece. La afrenta de Mardoqueo lo echó todo a perder. Una leve afrenta, que un hombre humilde apenas notaría, atormentará a un hombre orgulloso, incluso hasta la locura, y estropeará todas sus comodidades. Aquellos dispuestos a sentirse incómodos, nunca querrán que algo les incomode. Tales son los hombres orgullosos; aunque tienen mucho en mente, si no tienen todo en su mente, no es nada para ellos. Muchos llaman felices a los orgullosos, que muestran pompa y hacen un espectáculo; Pero este es un pensamiento equivocado. Muchos habitantes pobres se sienten mucho menos inquietos que los ricos, con todas sus ventajas imaginarias a su alrededor. El hombre que no conoce a Cristo, es pobre aunque sea rico, porque es completamente indigente de lo que solo es la verdadera riqueza. |
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit