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Deuteronomio 12 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Deuteronomio 12

III. EL CÓDIGO DEUTERONÓMICO
(12—26)

El santuario único

1 »Estas son las leyes y los decretos que ustedes deberán poner en práctica durante toda su vida, en la tierra que el Señor y Dios de sus antepasados les va a dar en posesión.

2 »Destruyan por completo todos los lugares donde los pueblos que van a conquistar adoran a sus dioses: en los montes, en las colinas y bajo los árboles frondosos.

3 Derriben sus altares, hagan pedazos las piedras y quemen los troncos a los que rinden culto, y destruyan las imágenes de sus dioses; borren de aquellos lugares su recuerdo.

4 »Al Señor su Dios no deben adorarlo de esa manera.

5 Entre las tribus de ustedes, el Señor escogerá un lugar como residencia de su nombre, y a ese lugar podrán ustedes ir a adorarlo.

6 Allí sacrificarán y quemarán animales en su honor, y le llevarán sus diezmos, contribuciones, promesas y ofrendas voluntarias, así como las primeras crías de sus vacas y ovejas.

7 Comerán allí, delante del Señor su Dios, y en compañía de sus familias se alegrarán del fruto de su trabajo con que el Señor su Dios los haya bendecido.

8 »Allí no deberán hacer ustedes lo que ahora hacemos aquí, donde cada uno de nosotros hace lo que mejor le parece.

9 Realmente todavía no han llegado ustedes al lugar tranquilo que el Señor su Dios les va a dar en posesión.

10 Pero una vez que hayan cruzado el Jordán y vivan en el país que él les va a entregar, y ya estén libres de todos los enemigos que los rodean, y sin ningún temor,

11 entonces, en el lugar que el Señor su Dios escoja como residencia de su nombre, le ofrecerán ustedes todo lo que les he ordenado: animales sacrificados y quemados en su honor, diezmos, contribuciones y todo lo más escogido de las promesas que le hayan hecho al Señor.

12 Y harán fiesta en presencia del Señor su Dios, junto con sus hijos y sus siervos, y con los levitas que vivan entre ustedes, ya que ellos no han recibido entre ustedes ninguna tierra en propiedad.

13 »Cuídense de no quemar animales al Señor en cualquier lugar que encuentren;

14 únicamente podrán hacerlo en el lugar que el Señor su Dios escoja en una de sus tribus. Allí cumplirán todo lo que les he ordenado.

15 »Sin embargo, podrán matar y comer carne en sus poblaciones en cualquier momento, según los bienes que el Señor su Dios les haya dado. La podrán comer todos ustedes, estén o no ritualmente puros, como si fuera carne de gacela o de ciervo.

16 Pero la sangre no deben comerla, sino derramarla en la tierra como agua.

17 »No podrán ustedes comer dentro de su ciudad el diezmo de su trigo, de su vino o de su aceite, ni las primeras crías de sus vacas y ovejas, ni nada de lo que hayan prometido al Señor, ni de sus ofrendas voluntarias.

18 Solo podrán hacerlo delante del Señor su Dios, en el lugar que él escoja; allí, en presencia del Señor su Dios y en compañía de sus hijos y sus criados, y de los levitas que vivan entre ustedes, se alegrarán del fruto de su trabajo.

19 Mientras ustedes vivan en el país, no abandonen jamás a los levitas.

20 »Cuando el Señor su Dios haya extendido el territorio de ustedes, tal como se lo ha prometido, si a ustedes les apetece comer carne, podrán comerla en cualquier momento.

21 Si el lugar que el Señor su Dios escogió para poner allí su nombre está lejos de donde ustedes viven, podrán matar de las vacas y ovejas que el Señor les haya dado y comer todo lo que quieran allí donde ustedes habiten, tal como se lo he ordenado.

22 Igual que en el caso de la carne de gacela o de ciervo, todos ustedes podrán comerla, estén o no ritualmente puros.

23 Pero de ninguna manera deben comer la sangre, porque la sangre es la vida; así que no deben comer la vida junto con la carne.

24 Lo que deben hacer es derramarla en la tierra como agua.

25 No la coman, y les irá bien a ustedes y a sus hijos por hacer lo recto a los ojos del Señor.

26 En cuanto a las cosas que hayan dedicado como ofrenda, y las promesas que hayan hecho, las presentarán en el lugar que el Señor escoja,

27 y allí, sobre el altar del Señor su Dios, ofrecerán sus holocaustos. La sangre de los animales que ustedes ofrezcan la derramarán sobre el altar del Señor su Dios, pero la carne podrán comerla.

28 »Escuchen y cumplan todo lo que les he ordenado, para que a ustedes y a sus hijos les vaya bien siempre, por hacer lo que es agradable y recto a los ojos del Señor su Dios.

Advertencias contra la idolatría

29 »Cuando el Señor su Dios haya destruido las naciones que ustedes van a conquistar, y después de destruidas ustedes ocupen su territorio y vivan en él, tengan cuidado de no seguir el ejemplo de esas naciones, ni de recurrir a sus dioses con la idea de rendirles culto también.

30

31 No le hagan eso al Señor su Dios, porque todas las cosas despreciables que el Señor no soporta son las que esas naciones cometen para honrar a sus dioses, llegando al extremo de sacrificar a sus propios hijos en el fuego.

32 32 (13.1) »Pongan siempre en práctica todo lo que les he ordenado, sin añadir ni quitar nada.

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Deuteronomio 12

Deuteronomio 12 - Introducción

* Monumentos de idolatría a ser destruidos. (1-4) El lugar del servicio de Dios a ser guardado. (5-32)

Deuteronomio 12:1-4

1-4 Moisés llega a los estatutos que debía impartir a Israel y comienza con aquellos que se relacionan con la adoración de Dios. Se les ordena a los israelitas que no introduzcan los ritos y prácticas de los idólatras en la adoración de Dios, ni siquiera bajo el pretexto de mejorarla. No podemos servir a Dios y a las riquezas; ni adorar al Dios verdadero y a los ídolos; ni depender de Cristo Jesús y de confianzas supersticiosas o autojustificantes.

Deuteronomio 12:5-32

5-32 El mandato de llevar TODOS los sacrificios a la puerta del tabernáculo se explicó ahora en referencia a la tierra prometida. En cuanto al servicio moral, entonces, como ahora, los hombres podían orar y adorar en cualquier lugar, como lo hacían en sus sinagogas. El lugar que Dios elegiría se dice que sería el lugar donde Él pondría Su nombre. Sería Su morada, donde, como Rey de Israel, sería encontrado por todos los que lo buscaran con reverencia. Ahora, bajo el evangelio, no tenemos templo ni altar que santifique la ofrenda sino solo Cristo; y en cuanto a los lugares de adoración, los profetas predijeron que en cada lugar se ofrecería incienso espiritual, Malaquías 1:11. Nuestro Salvador declaró que son aceptados como verdaderos adoradores los que adoran a Dios con sinceridad y verdad, sin tener en cuenta ni este monte ni Jerusalén, Juan 4:21. Y un israelita devoto podía honrar a Dios, mantener comunión con Él y obtener misericordia de Él, aunque no tuviera la oportunidad de llevar un sacrificio a Su altar. El trabajo para Dios debe hacerse con santa alegría y felicidad. Incluso los niños y los siervos deben alegrarse delante de Dios; los servicios de la religión deben ser un placer y no una tarea o un trabajo duro. Es deber de las personas ser amables con sus ministros, quienes les enseñan bien y les dan buenos ejemplos. Mientras vivamos, necesitamos su ayuda, hasta que lleguemos a ese mundo donde no se necesitarán ordenanzas. Ya sea que comamos o bebamos, o hagamos cualquier cosa, se nos ordena hacerlo todo para la gloria de Dios. Y debemos hacer todo en el nombre del Señor Jesucristo, dando gracias al Padre por medio de Él. Ni siquiera deben inquirir en los modos y formas de la adoración idólatra. ¿De qué les serviría conocer esas profundidades de Satanás? Y nuestra satisfacción interior será cada vez mayor, a medida que abundemos en amor y buenas obras, que brotan de la fe y la morada del Espíritu de Cristo.


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Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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