x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Comentarios





«

1 Samuel 2 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

×

1 Samuel 2

Cántico de Ana

1 Y Ana oró de esta manera: «Señor, yo me alegro en ti de corazón porque tú me das nuevas fuerzas. Puedo hablar contra mis enemigos porque tú me has ayudado. ¡Estoy alegre!

2 ¡Nadie es santo como tú, Señor! ¡Nadie protege como tú, Dios nuestro! ¡Nadie hay fuera de ti!

3 Que nadie hable con orgullo, que nadie se jacte demasiado, porque el Señor es el Dios que todo lo sabe, y él pesa y juzga lo que hace el hombre.

4 Él destruye los arcos de los poderosos, y reviste de poder a los débiles;

5 los que antes tenían de sobra, ahora se alquilan por un pedazo de pan; pero los que tenían hambre, ahora ya no la tienen. La mujer que no podía tener hijos, ha dado a luz siete veces; pero la que tenía muchos hijos, ahora está completamente marchita.

6 El Señor quita la vida y la da; nos hace bajar al sepulcro y de él nos hace subir.

7 El Señor nos hace pobres o ricos; nos hace caer y nos levanta.

8 Dios levanta del suelo al pobre y saca del basurero al mendigo, para sentarlo entre grandes hombres y hacerle ocupar un lugar de honor; porque el Señor es el dueño de las bases de la tierra, y sobre ellas colocó el mundo.

9 Él cuida los pasos de sus fieles, pero los malvados mueren en la oscuridad, porque nadie triunfa por la fuerza.

10 El Señor hará pedazos a sus enemigos, y desde el cielo enviará truenos contra ellos. El Señor juzgará al mundo entero; dará poder al rey que ha escogido y hará crecer su poder.»

11 Luego regresó Elcaná a su casa, en Ramá, pero el niño se quedó sirviendo al Señor bajo las órdenes del sacerdote Elí.

La maldad de los hijos de Elí

12 Los hijos de Elí eran unos malvados, y no les importaba el Señor

13 ni los deberes de los sacerdotes para con el pueblo; pues cuando alguien ofrecía un sacrificio, llegaba un criado del sacerdote con un tenedor en la mano y, mientras la carne estaba cociéndose,

14 metía el tenedor en el perol, en la olla, en el caldero o en la cazuela, y todo lo que sacaba con el tenedor era para el sacerdote. Así hacían con todo israelita que llegaba a Siló.

15 Además, antes de que quemaran la grasa en el altar, llegaba el criado del sacerdote y decía al que iba a ofrecer el sacrificio: «Dame carne para asársela al sacerdote; porque no te va a aceptar la carne ya cocida, sino cruda.»

16 Y si la persona le respondía que primero tenían que quemar la grasa, y que luego él podría tomar lo que quisiera, el criado contestaba: «¡No, me la tienes que dar ahora! De lo contrario, te la quitaré a la fuerza.»

17 Así pues, el pecado que estos jóvenes cometían ante el Señor era gravísimo, porque trataban con desprecio las ofrendas que pertenecían al Señor.

18 Mientras tanto, el joven Samuel, vestido con un efod de lino, continuaba al servicio del Señor.

19 Y cada año, cuando su madre iba al templo con su marido para ofrecer el sacrificio anual, le llevaba una capa pequeña que le había hecho.

20 Entonces Elí bendecía a Elcaná y a su esposa, diciendo: «Que el Señor te recompense dándote hijos de esta mujer, a cambio del que ella le ha dedicado.» Después de esto regresaban a su hogar,

21 y el Señor bendecía a Ana, la cual quedaba embarazada. De esa manera, Ana dio a luz tres hijos y dos hijas, y el niño Samuel seguía creciendo ante el Señor.

22 En cuanto a Elí, era ya muy viejo, pero estaba enterado de todo lo que sus hijos les hacían a los israelitas, y que hasta se acostaban con las mujeres que estaban de servicio a la entrada de la tienda del encuentro con Dios.

23 Por tanto les dijo: «Todo el mundo me habla de las malas acciones de ustedes. ¿Por qué se portan así?

24 No, hijos míos, no es nada bueno lo que sé que el pueblo del Señor anda contando acerca de ustedes.

25 Si una persona comete una falta contra otra, el Señor puede intervenir en su favor; pero si una persona ofende al Señor, ¿quién la defenderá?» Pero ellos no hicieron caso de lo que su padre les dijo, porque el Señor había decidido quitarles la vida.

26 Mientras tanto, el joven Samuel seguía creciendo, y su conducta agradaba tanto al Señor como a los hombres.

27 Por ese tiempo llegó un profeta a visitar a Elí, y le dijo: «El Señor ha declarado lo siguiente: “Cuando tus antepasados estaban en Egipto al servicio del faraón, claramente me manifesté a ellos.

28 Y de entre todas las tribus de Israel los escogí para que fueran mis sacerdotes, para que ofrecieran holocaustos sobre mi altar, y quemaran incienso, y llevaran el efod en mi presencia. Además concedí a tus antepasados todas las ofrendas que los israelitas queman en honor del Señor.

29 ¿Por qué, pues, han despreciado los sacrificios y ofrendas que yo he ordenado realizar? ¿Por qué das más preferencia a tus hijos que a mí, engordándolos con lo mejor de todas las ofrendas de Israel, mi pueblo?”

30 Por lo tanto, el Señor, el Dios de Israel, que había dicho que tú y tu familia le servirían siempre, ahora declara: “Jamás permitiré tal cosa, sino que honraré a los que me honren, y los que me desprecien serán puestos en ridículo. Yo, el Señor, lo afirmo.

31 Ya se acerca el momento en que voy a destruir tu poder y el de tus antepasados, y ninguno de tu familia llegará a viejo.

32 Contemplarás con angustia y envidia todo el bien que yo haré en Israel, y jamás nadie en tu familia llegará a viejo.

33 Pero dejaré a alguno de tus parientes cerca de mi altar, para que se consuman de envidia sus ojos y de dolor su alma, y todos tus otros descendientes serán asesinados.

34 Te servirá de muestra lo que ocurrirá a tus dos hijos, Hofní y Finees: los dos morirán el mismo día.

35 Luego pondré un sacerdote digno de confianza y que actúe de acuerdo con mi voluntad y criterio, al que le daré una descendencia continua y le haré estar siempre al servicio del rey que yo haya escogido.

36 Entonces, todo el que haya quedado vivo en tu familia vendrá a inclinarse ante él a cambio de una moneda de plata o un trozo de pan, rogándole que le dé algún trabajo entre los sacerdotes para poder ganarse el alimento.”»

×

1 Samuel 2

1 Samuel 2 - Introducción

* Cántico de agradecimiento de Ana (1-10). La maldad de los hijos de Eli y el ministerio de Samuel (11-26). La profecía contra la familia de Eli (27-36).

1 Samuel 2:1-10

1-10 El corazón de Ana se regocijó, no en Samuel, sino en el Señor. Ella mira más allá del regalo y alaba al Dador. Se regocijó en la salvación del Señor y en la expectativa de Su venida, Él que es toda la salvación de su pueblo. Los fuertes pronto se debilitan y los débiles pronto se fortalecen, cuando así lo quiere Dios. ¿Somos pobres? Dios nos hizo pobres, lo cual es una buena razón para que estemos contentos y aceptemos nuestra condición. ¿Somos ricos? Dios nos hizo ricos, lo cual es una buena razón para que estemos agradecidos, lo sirvamos alegremente y hagamos el bien con la abundancia que nos da. Él no respeta la sabiduría o las supuestas excelencias del hombre, sino que elige a aquellos a quienes el mundo considera necios, enseñándoles a reconocer su culpa y a valorar su salvación gratuita y preciosa. Esta profecía mira al reino de Cristo, ese reino de gracia del cual habla Ana, después de haber hablado extensamente del reino de la providencia. Y aquí es la primera vez que nos encontramos con el nombre MESÍAS, o su Ungido. Los súbditos del reino de Cristo estarán seguros y los enemigos serán derrotados; porque el Ungido, el Señor Cristo, es capaz de salvar y destruir.

1 Samuel 2:11-26

11-26 Samuel, consagrado al Señor de manera especial, desde niño fue empleado en el santuario en los servicios que era capaz de realizar. Al hacerlo con una disposición piadosa, se le llamaba servir al Señor. Recibió una bendición del Señor. Aquellos jóvenes que sirven a Dios lo mejor que pueden, Él les permitirá mejorar para que le sirvan de manera aún mejor. Elí evitaba los problemas y el esfuerzo. Esto lo llevó a consentir a sus hijos, sin usar la autoridad parental para restringirlos y corregirlos cuando eran jóvenes. Pasó por alto los abusos en el servicio del santuario hasta que se convirtieron en costumbres, y llevaron a abominaciones. Sus hijos, en lugar de enseñar lo bueno a aquellos que participaban en el servicio del santuario, los incitaban a la maldad. Su ofensa se cometió incluso al ofrecer los sacrificios por los pecados, que tipificaban la expiación del Salvador. Los pecados contra el remedio, la expiación misma, son los más peligrosos, ya que pisotean la sangre del pacto. La reprensión de Elí fue demasiado suave y amable. En general, nadie está más perdido que los hijos degenerados de personas piadosas cuando rompen las restricciones.

1 Samuel 2:27-36

27-36 Aquellos que permiten que sus hijos sigan un camino malo y no usan su autoridad para frenarlos y castigarlos, en efecto, los honran más que a Dios. Que el ejemplo de Elí impulse a los padres a esforzarse en contra de los inicios de la maldad y a criar a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor. En medio de la sentencia contra la casa de Elí, se promete misericordia para Israel. La obra de Dios nunca fracasará por falta de manos que la lleven a cabo. Cristo es ese sumo sacerdote misericordioso y fiel, a quien Dios levantó cuando se desechó el sacerdocio levítico, quien siempre hizo la voluntad de su Padre y para quien Dios edificará una casa segura, sobre roca, de manera que el infierno no prevalezca contra ella.


»

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos