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2 Reyes 25 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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2 Reyes 25

1 Caída de Jerusalén Jr 52 Pero el año noveno de su reinado, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, acampó frente a ella y construyó torres de asalto alrededor.

2 La ciudad quedó sitiada hasta el año once del reinado de Sedecías,

3 el día noveno del mes cuarto. El hambre apretó en la ciudad, y no había pan para la población.

4 Se abrió brecha en la ciudad, y los soldados huyeron de noche, por la puerta entre las dos murallas, junto a los jardines reales, mientras los caldeos rodeaban la ciudad, y se marcharon por el camino de la estepa.

5 El ejército caldeo persiguió al rey; lo alcanzaron en la estepa de Jericó, mientras sus tropas se dispersaban, abandonándolo.

6 Apresaron al rey, y se lo llevaron al rey de Babilonia, que estaba en Ribla, y lo procesó.

7 A los hijos de Sedecías los hizo ajusticiar ante su vista; a Sedecías lo cegó, le echó cadenas de bronce y lo llevó a Babilonia.

8 El día primero del quinto mes -que corresponde al año diecinueve del renado de Nabucodonosor en Babilonia-llegó a Jerusalén Nabusardán, jefe de la guardia, funcionario del rey de Babilonia.

9 Incendió el templo, el palacio real y las casas de Jerusalén, y puso fuego a todos los palacios.

10 El ejército caldeo, a las órdenes del jefe de la guardia, derribó las murallas que rodeaban a Jerusalén.

11 Nabusardán, jefe de la guardia, se llevó cautivos al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la plebe.

12 De la clase baja dejó algunos, para que cultivaran los campos y las viñas.

13 Los caldeos rompieron las columnas de bronce, las bases y el depósito de bronce que había en el templo, para llevarse el bronce a Babilonia.

14 También llevaron los calderos, paletas, cuchillos, bandejas y todos los utensilios de bronce que servían para el culto.

15 El jefe de la guardia tomó los incensarios e hisopos, y todo lo que había, en dos lotes, de oro y de plata,

16 y las dos columnas, el depósito y los pedestales que había hecho Salomón para el templo; era imposible calcular lo que pesaba el bronce de aquellos objetos;

17 cada columna medía nueve metros y estaba rematada por un capitel de bronce de metro y medio de altura, adornado con trenzados y granadas alrededor, todo de bronce.

18 El jefe de la guardia apresó al sumo sacerdote, Serayas, al vicario Sofonías y a los tres porteros;

19 en la ciudad, apresó también a un dignatario jefe del ejército y a cinco hombres del servicio personal del rey, que se encontraban en la ciudad; al secretario del general en jefe, que había hecho el reclutamiento de los terratenientes, y a sesenta ciudadanos que se encontraban en la ciudad.

20 Nabusardán, jefe de la guardia, los apresó y se los llevó al rey de Babilonia, a Ribla.

21 El rey de Babilonia los hizo ejecutar en Ribla, provincia de Jamat. Así marchó Judá al destierro.

22 Godolías Jr 40s Nabucodonosor, rey de Babilonia, nombró a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, gobernador de los que quedaban en territorio de Judá, la gente que él dejaba.

23 Cuando los capitanes y sus hombres oyeron que el rey de Babilonia había nombrado gobernador a Godolías, fueron a Mispá, a visitarlo, Ismael, hijo de Natanías; Juan, hijo de Carej; Serayas, hijo de Tanjumet, el netofateo, y Yezanías, de Maacá; todos ellos con sus hombres.

24 Godolías les juró: -No teman someterse a los caldeos. Permanezcan en el país, obedezcan al rey de Babilonia y les irá bien.

25 Pero al séptimo mes, Ismael, hijo de Natanías, hijo de Elisamá, de sangre real, llegó con diez hombres y asesinó a Godolías y a los judíos y caldeos de su séquito en Mispá.

26 Todo el pueblo, chicos y grandes, con los capitanes, emprendieron la huida a Egipto, por miedo a los caldeos.

27 Amnistía El año treinta y siete del destierro de Jeconías de Judá, el día veinticuatro del mes doce, Evil Merodac, rey de Babilonia, en el año de su subida al trono, concedió gracia a Jeconías de Judá y lo sacó de la cárcel.

28 Le prometió su favor y colocó su trono más alto que los de los otros reyes que había con él en Babilonia.

29 Le cambió el traje de preso y le hizo comer a su mesa mientras vivió.

30 Y mientras vivió se le pasaba una pensión diaria de parte del rey.

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2 Reyes 25

2 Reyes 25 - Introducción

* Jerusalén asediada, Zedequías capturado (1-7). El templo incendiado, el pueblo llevado cautivo (8-21). El resto de los judíos huyen a Egipto, Evil-merodac libera a Jehoiachin de la cautividad (22-30).

2 Reyes 25:1-7

1-7 Jerusalén estaba tan fortificada que no pudo ser tomada hasta que la hambruna hizo que los asediados no pudieran resistir. En la profecía y Lamentaciones de Jeremías, encontramos más detalles sobre este evento; aquí basta decir que la impiedad y la miseria de los sitiados fueron muy grandes. Finalmente, la ciudad fue tomada por asalto. El rey, su familia y sus grandes hombres escaparon durante la noche, a través de pasajes secretos. Pero se engañan aquellos que piensan escapar de los juicios de Dios, tanto como aquellos que creen desafiarlos. Con lo que le sucedió a Zedequías, se cumplieron dos profecías que parecían contradecirse. Jeremías profetizó que Zedequías sería llevado a Babilonia Jeremias 32:5; Jeremias 34:3; mientras que Ezequiel profetizó que no vería Babilonia Ezequiel 12:13. Fue llevado allí, pero le sacaron los ojos y no la vio.

2 Reyes 25:8-21

8-21 La ciudad y el templo fueron incendiados, y es probable que el arca estuviera dentro. Con esto, Dios mostró cuán poco le importa el fasto externo de su adoración cuando se descuida la vida y la esencia de la religión. Las murallas de Jerusalén fueron derribadas y el pueblo fue llevado cautivo a Babilonia. Los utensilios del templo fueron llevados. Cuando las realidades que representaban fueron perdidas por el pecado, ¿para qué deberían permanecer allí los símbolos? Fue justo por parte de Dios privar a aquellos del beneficio de su adoración que habían preferido falsas adoraciones por encima de ella; aquellos que quisieron tener muchos altares, ahora no tendrán ninguno. Así como el Señor no perdonó a los ángeles que pecaron, como condenó a toda la raza de la humanidad caída a la tumba y a todos los incrédulos al infierno, y como no perdonó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, no debemos sorprendernos por las desgracias que pueda traer sobre naciones culpables, iglesias o personas.

2 Reyes 25:22-30

22-30 El rey de Babilonia nombró a Gedalías para ser el gobernador y protector de los judíos que quedaron en su tierra. Pero las cosas de su paz estaban tan ocultas a sus ojos que no sabían cuándo estaban bien. Ismael lo asesinó vilmente junto con todos sus amigos, y en contra del consejo de Jeremías, los demás fueron a Egipto. Así se puso fin a ellos por completo debido a su propia necedad y desobediencia; ver Jeremías capítulo 40 al 45. Jeconías fue liberado de la prisión, donde había estado durante 37 años. Que nadie diga que nunca volverá a ver el bien, porque durante mucho tiempo han visto poco más que el mal: los más miserables no saben qué giro dará la Providencia a sus asuntos, ni qué consuelos les están reservados, de acuerdo con los días en los que han sido afligidos. Incluso en este mundo, el Salvador libera del cautiverio al pecador angustiado que lo busca, otorgando anticipo de los placeres que están a su derecha para siempre. Solo el pecado puede hacernos daño; solo Jesús puede hacer el bien a los pecadores.


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La Biblia de Nuestro Pueblo

Luis Alonso Schökel, SJ (Traductor) ©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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