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1 Reyes 1 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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1 Reyes 1

1 1 reyes Salomón sucede a David 1 Cr 29,23-25 El rey David ya era viejo, de edad avanzada; por más ropa que le echaban encima, no entraba en calor.

2 Los cortesanos le dijeron: -Sería conveniente buscarle al rey, mi señor, muchacha soltera, que atienda y asista a su majestad; cuando duerma en sus brazos, su majestad entrará en calor.

3 Entonces fueron por todo el territorio israelita buscando una joven hermosa; encontraron a Abisag, de Sunán, y se la llevaron al rey.

4 Era muy hermosa; atendía al rey y lo cuidaba, pero el rey no se unió a ella.

5 Mientras tanto, Adonías, hijo de Jaguit, que ambicionaba el trono, se consiguió un carro de guerra, caballos y cincuenta hombres de escolta.

6 Su padre nunca lo había reprendido preguntándole por qué hacía eso. Además era muy apuesto y más joven que Absalón.

7 Se alió con Joab, hijo de Seruyá, y con el sacerdote Abiatar, que apoyaron su causa.

8 En cambio, el sacerdote Sadoc, Benayas, hijo de Yehoyadá, el profeta Natán, Semeí y sus compañeros y los guerreros de David no se unieron a Adonías.

9 Junto a Eben Zojélet, cerca de En-Roguel, Adonías sacrificó ovejas, toros y terneros cebados; convidó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los funcionarios reales de Judá,

10 pero no convidó al profeta Natán, a Benayas, al cuerpo de los valientes de David ni a su hermano Salomón.

11 Natán dijo entonces a Betsabé, madre de Salomón: -¿No has oído que Adonías, hijo de Jaguit, se ha proclamado rey sin que lo sepa David, nuestro señor?

12 Ahora bien, te voy a dar un consejo para que salgas con vida tú y tu hijo Salomón:

13 ve a presentarte al rey David y dile: Majestad, tú me juraste: Tu hijo Salomón me sucederá en el reino y se sentará en mi trono. Entonces, ¿por qué Adonías se ha proclamado rey?

14 Mientras estés tú allí hablando con el rey, entraré yo detrás de ti para confirmar tus palabras.

15 Betsabé se presentó al rey en su habitación privada. El rey estaba muy viejo y la sunamita Abisag lo cuidaba.

16 Betsabé se inclinó, postrándose ante el rey, y éste le preguntó: -¿Qué quieres?

17 Betsabé respondió: -¡Señor! Tú le juraste a tu servidora por el Señor, tu Dios: Tu hijo Salomón me sucederá en el reino y se sentará en mi trono.

18 Pero ahora resulta que Adonías se ha proclamado rey sin que su majestad lo sepa.

19 Ha sacrificado toros, terneros cebados y ovejas en cantidad y ha convidado a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y al general Joab, pero no ha convidado a tu siervo Salomón.

20 ¡Majestad! Todo Israel está pendiente de ti, esperando que les anuncies quién va a suceder en el trono al rey, mi señor.

21 De lo contrario cuando mi señor el rey se vaya a descansar con sus antepasados, yo y mi hijo Salomón correremos la suerte de los culpables.

22 Estaba todavía hablando con el rey, cuando llegó el profeta Natán.

23 Avisaron al rey: -Está aquí el profeta Natán. Natán se presentó al rey, se postró ante él rostro en tierra,

24 y dijo: -¡Majestad! Sin duda tú has dicho: Adonías me sucederá en el reino y se sentará en mi trono;

25 porque hoy ha ido a sacrificar toros, terneros cebados y ovejas en cantidad, y ha convidado a todos los hijos del rey, a los generales y al sacerdote Abiatar, y ahí están, banqueteando con él, y le aclaman: ¡Viva el rey Adonías!

26 Pero no ha convidado a este servidor tuyo, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benayas, hijo de Yehoyadá, ni a tu siervo Salomón.

27 Si esto se ha hecho por orden de su majestad, ¿por qué no habías comunicado a tus servidores quién iba a sucederte en el trono?

28 El rey David dijo: -Llámenme a Betsabé. Ella se presentó al rey y se quedó de pie ante él.

29 Entonces el rey juró:

30 -¡Por la vida de Dios, que me libró de todo peligro! Te juro por el Señor, Dios de Israel: Tu hijo Salomón me sucederá en el reino y se sentará en mi trono. ¡Hoy mismo daré cumplimiento a lo que te he jurado!

31 Betsabé se inclinó rostro en tierra ante el rey, y dijo: -¡Viva para siempre mi señor el rey David!

32 El rey David ordenó: -Llámenme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benayas, hijo de Yehoyadá. Cuando se presentaron ante el rey,

33 éste les dijo: -Tomen con ustedes a los ministros de su señor. Monten a mi hijo Salomón en mi propia mula. Bájenlo al Guijón.

34 Allí el sacerdote Sadoc lo ungirá rey de Israel; toquen la trompeta y aclamen: ¡Viva el rey Salomón!

35 Luego subirán detrás de él, y cuando llegue se sentará en mi trono y me sucederá en el reino, porque lo nombro jefe de Israel y Judá.

36 Benayas, hijo de Yehoyadá, respondió al rey: -¡Amén! ¡Así lo haga el Señor, el Dios de mi señor el rey!

37 ¡Que el Señor esté con Salomón como lo ha estado con su majestad! ¡Que haga su trono más glorioso que el trono de su majestad!

38 Entonces, el sacerdote Sadoc, el profeta Natán y Benayas, hijo de Yehoyadá, los quereteos y los pelteos bajaron a Salomón montado en la mula del rey David y lo condujeron al Guijón.

39 El sacerdote Sadoc tomó del santuario el cuerno de aceite y ungió a Salomón. Sonaron las trompetas y todos aclamaron: ¡Viva el rey Salomón!

40 Luego subieron todos detrás de él al son de flautas, y dando tantas señales de alegría, que la tierra parecía estallar bajo sus gritos.

41 Adonías y sus convidados lo oyeron cuando acababan de comer. Joab oyó el sonido de la trompeta y preguntó: -¿Por qué está alborotada toda la ciudad?

42 Todavía estaba hablando cuando apareció Jonatán, hijo del sacerdote Abiatar. Adonías dijo: -Entra, que tú eres buena persona y traerás buenas noticias.

43 Jonatán le respondió: -Al contrario. Su majestad, el rey David, ha nombrado rey a Salomón.

44 Ha mandado al sacerdote Sadoc, al profeta Natán, a Benayas, hijo de Yehoyadá, y a los quereteos y los pelteos que lleven a Salomón montado en la mula del rey;

45 y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido rey en El Guijón. Desde allí han subido en plan de fiesta; la ciudad está alborotada. Ése es el griterío que ustedes han oído.

46 Y todavía más, Salomón se ha sentado en el trono real,

47 y los cortesanos han ido a felicitar a su majestad, el rey David: ¡Que tu Dios haga a Salomón más famoso que tú y su trono más glorioso que el tuyo! Y el rey, desde el lecho, ha exclamado, haciendo una inclinación:

48 ¡Bendito el Señor, Dios de Israel, que hoy me concede ver a un hijo mío sentado en mi trono!

49 Todos los convidados se aterrorizaron, y levantándose de la mesa, se fue cada uno por su lado.

50 Adonías tuvo miedo de Salomón y fue a agarrarse a los salientes del altar.

51 Avisaron a Salomón: -Adonías te tiene miedo y está agarrado a los salientes del altar, pidiendo que le jures hoy que no lo matarás.

52 Salomón dijo: -Si se porta como un hombre de honor, no caerá a tierra ni un pelo suyo. Pero si se le sorprende en alguna falta, morirá.

53 El rey Salomón envió gente que lo bajara del altar. Adonías se presentó al rey Salomón, se postró ante él y el rey le dijo: -Vete a casa.

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1 Reyes 1

1 Reyes 1:1-4

1-4 Tenemos a David hundiéndose bajo enfermedades. Fue castigado por sus pecados recientes, y sintió los efectos de sus antiguos trabajos y dificultades.

1 Reyes 1:5-10

5-10 Los padres indulgentes a menudo son castigados con hijos desobedientes, que están ansiosos por poseer sus propiedades. Ninguna sabiduría mundana, ni experiencia, ni carácter sagrado, pueden asegurar la continuidad en cualquier curso anterior de aquellos que permanecen bajo el poder del amor propio. Pero bien podemos preguntarnos por qué artes Joab y Abiatar podrían dejarse de lado.

1 Reyes 1:11-31

11-31 Observe la dirección de Nathan a Betsabé. Déjame darte consejos sobre cómo salvar tu propia vida y la vida de tu hijo. Tal como este es el consejo que los ministros de Cristo nos dan en su nombre, para dar toda la diligencia, no solo que ningún hombre tome nuestra corona, Apocalipsis 3:11, sino que salvemos nuestras vidas, incluso las vidas de nuestras almas. . David hizo una declaración solemne de su firme apego a su resolución anterior, que Salomón debería ser su sucesor. Incluso el recuerdo de las angustias de las cuales el Señor lo redimió, aumentó su comodidad, inspiró sus esperanzas y lo animó a cumplir con su deber, bajo las descomposiciones de la naturaleza y el acercamiento de la muerte.

1 Reyes 1:32-53

32-53 La gente expresó gran alegría y satisfacción en la elevación de Salomón. Todo verdadero israelita se regocija en la exaltación del Hijo de David. Las combinaciones formadas sobre principios malvados se disolverán pronto, cuando el interés propio llame a otra manera. ¿Cómo pueden los que hacen malas acciones esperar buenas noticias? Adonías había despreciado a Salomón, pero pronto lo temió. Vemos aquí, como en un vaso, a Jesús, el Hijo de David y el Hijo de Dios, exaltado al trono de la gloria, a pesar de todos sus enemigos. Su reino es mucho mayor que el de su padre David, y en él se alegra cordialmente todo el verdadero pueblo de Dios. La prosperidad de su causa es la irritación y el terror a sus enemigos. Ningún cuerno del altar, ni formas de piedad, ni pretensiones de religión, pueden beneficiar a aquellos que no se someterán a su autoridad y aceptarán su salvación; y si su sumisión es hipócrita, perecerán sin remedio.


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La Biblia de Nuestro Pueblo

Luis Alonso Schökel, SJ (Traductor) ©

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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